En el segundo trimestre, México sufrió una de las peores contracciones del PIB de su historia, que alcanzó el 10,3% interanual y la tasa de paro se disparó hasta el 6,2 en agosto, la más alta de los últimos 13 años. Entre los meses de enero y agosto, las exportaciones mexicanas han caído un 25%. Las exportaciones a Estados Unidos constituyen una quinta parte del PIB mexicano por lo que esta evolución de su comercio exterior se explica, fundamentalmente, por el deterioro de la demanda estadounidense. También las remesas de trabajadores expatriados se redujeron en un 12% en la primera mitad del año, en comparación con un crecimiento anual medio del 16% durante la última década. Este factor, unida a la contracción del crédito bancario, ha retraído considerable la liquidez de la economía.
Todos estos factores repercuten en el comportamiento de pagos de las empresas, que se refleja en el incremento continuado de la Frecuencia Prevista de Impagos desde septiembre de 2008 hasta alcanzar al cierre del primer trimestre niveles que no se veían desde 2005. Desde entonces ha mostrado una ligera mejoría, pero sigue mostrando un alto nivel de incumplimiento de las empresas mexicanas.
El crecimiento se recuperará en 2010
El Fondo Monetario Internacional [FMI] pronostica una contracción del PIB del 7,3% para este año. Es la mayor caída desde la crisis Tequila de 1995 y la peor de Latinoamérica este año. Dicho esto, se prevé una recuperación del crecimiento de la producción del 3,3% para el año próximo. No obstante, la tasa de insolvencias continúa siendo alta y hay que operar con prudencia en este mercado.
Por sectores, aún no vemos una verdadera recuperación de la construcción, si bien la Administración ha anunciado proyectos a gran escala para apoyar a la industria. La construcción adolece aún de importantes carencias, con proyectos congelados y sin disponibilidad presupuestaria.
El sector mexicano de la automoción ha demostrado ser un productor barato de piezas y repuestos, pero su lugar entre los diez productores principales de automoción se ve amenazado por los BRIC [Brasil, Rusia, India y China]. Durante el año próximo, los niveles productivos de México dependerán de la demanda estadounidense de coches nuevos.
El turismo ha sufrido el impacto de la epidemia de gripe porcina y la cobertura que los medios han dado a la violencia de bandas de narcotraficantes en determinadas partes del país, mientras el gobierno se esfuerza por endurecer las medidas en la lucha contra el narcotráfico.
El consumidor mexicano está modificando sus hábitos y patrones lo que explica la tendencia positiva que muestran las ventas de alimentación en medio de una recesión. Por ello, el sector de la alimentación sigue clasificado como un sector positivo, sólo afectado por la volatilidad de los precios internacionales del grano básico, pero no por las tensiones de la demanda.
No obstante, la reducción de otros ámbitos del consumo, como confección y electrónica, está afectando al comercio minorista, donde Crédito y Caución no prevé posibilidad auténtica de mejora en los próximos meses. Cabe esperar que las cadenas de supermercados capeen el temporal financiero mejor que los almacenes y comercios de barrio. En 2009 se ha producido un incremento pronunciado de retrasos en los pagos en este sector, causado por un ciclo más lento de cobros y por el incremento de los impagos.
Las empresas que comercien con empresas mexicanas del sector minorista, deben analizar el ciclo crediticio en su integridad, prestando especial atención a las cuentas a cobrar y a la rotación de inventarios. Es importante vigilar la rentabilidad, porque muchos minoristas están vendiendo con tasas de descuento para mover el inventario. También deben tener en cuenta la ubicación geográfica del minorista, puesto que algunas áreas rurales están experimentando dificultades mayores que otras. La combinación de productos del minorista es muy importante para determinar en qué medida depende de las mercancías que han sufrido más el impacto de la crisis económica.
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Otro sector en dificultades es el químico. La mayor parte de los grupos químicos han incrementado sus niveles de endeudamiento en el último trimestre de 2008, puesto que necesitaban financiación adicional para sus operaciones, adquisiciones en México y en Sudamérica, y para cubrir las pérdidas causadas por la caída de los márgenes y las fluctuaciones del tipo de cambio a finales de año. Pero, al endurecerse la financiación bancaria y contraerse las inversiones de capital de dichas sociedades, como ocurrió en muchos casos, 2009 ha sido un año dedicado a pagar o reestructurar la deuda.
A lo largo del año, el sector ha experimentado quiebras y un significativo incremento de los plazos de pago, ya que muchas empresas con alto nivel de apalancamiento se encontraban de pronto con que sus líneas de crédito o las de sus proveedores se reducían o cancelaban. Los distribuidores, muchos de los cuales operan en el sector de los fertilizantes, han declarado altos niveles de inventarios caros que tienen que vender a pérdida, debido a la caída de los precios de las materias primas en 2009 y a la devaluación del peso.
Las empresas que comercien con empresas mexicanas del sector químico deben fijarse en el nivel de apalancamiento de sus clientes, puesto que el sistema financiero mexicano ha endurecido sus políticas de crédito. Las sociedades que importan o toman dinero a préstamo en divisas fuertes deberían ser sometidas a un escrutinio más estrecho, vista la volatilidad del peso. Además, los proveedores deberán confirmar el estado de las líneas bancarias y el cumplimiento de las clausulas de crédito.
También es importante conocer el subsector y el mercado final de las empresas químicas. Si bien la mayor parte de los subsectores registraron tendencias negativas, las empresas químicas que presentaron los mejores resultados en 2009 fueron aquellas cuyo mercado final era el sector de la alimentación y las bebidas. Los fabricantes de lubricantes, de hecho, han presentado tendencias de exportación positivas. Algunos sectores como el agroquímico están habitualmente infracapitalizados, y por ello es necesario hacer un análisis más a fondo de sus tendencias de inventario.
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