Crecimiento superior al esperado en Japón

La previsión de crecimiento en Japón apunta al 1,6% en 2013. Crédito y Caución prevé que la reducción de insolvencias iniciada en 2009 se mantenga.
Analisis Credito y Caución
Madrid - 12-ago.-2013

La economía japonesa puede beneficiarse de los drásticos cambios del nuevo gobierno, diseñados para sacar al país de una década de deflación. Desde principios de 2013, el nuevo gobierno del Primer Ministro Shinzo Abe se ha centrado en mejorar la economía, mediante una triple actuación: aplicar una política fiscal flexible que incluye medidas de estímulo a corto y medio plazo; llevar al Banco de Japón a aplicar una política monetaria flexible; e iniciar un programa para estimular el crecimiento potencial.

El 23 de enero, el gobierno anunció su compromiso para aplicar un nuevo paquete de estímulo fiscal por valor de 23 billones de yenes, destinándose 10,3 billones [116.000 millones de dólares] a labores de reconstrucción tras el terremoto, estimulación de la inversión y medidas sociales.

El objetivo de la política monetaria es conseguir, simultáneamente, la depreciación del yen y evitar la deflación. El nuevo gobernador del Banco Central de Japón, nombrado en marzo de este año, apoya la política del Primer Ministro. Tras su nombramiento, anunció que el banco ya no tendría como objetivo los tipos de interés, y se centraría, por el contrario, en la base monetaria. En efecto, su objetivo es prácticamente duplicar la base monetaria a finales de 2014, mediante la compra de bonos a largo plazo.

Posteriormente, el 4 de abril, anunció que la base monetaria se expandiría sustancialmente y que el Banco Central tiene la determinación de situar la inflación en el 2% para luchar contra la deflación estructural de Japón, que ha frenado el consumo interno, ya que tanto las empresas como los consumidores tienden a retrasar compras a la espera de obtener mejores condiciones en el futuro.

Se espera que, aumentando la cantidad de efectivo en circulación, sumado a bajos tipos de interés, las empresas y los consumidores dispondrán de más efectivo para gastos. De este modo, activando la demanda, los precios deberían subir y los bienes inmobiliarios y los valores tendrían más atractivo para los compradores.

En el primer trimestre de 2013, la economía japonesa creció un 1% en relación con el trimestre anterior, gracias a la demanda interna. En general se prevé que la actividad económica crezca un 1,6% en 2013 y un 1,9% en 2014. El crecimiento del consumo privado será menor en 2013 y en 2014 que en 2012. No obstante, los temores por el desempleo se han reducido y hay una visión más positiva de la economía: en mayo la confianza de los consumidores aumentó, situándose en su nivel más alto desde mayo de 2007. Se prevé que los precios de consumo sigan siendo deflacionarios en 2013, experimentando una subida del 1,9% en 2014.

Desde 2009, las insolvencias de empresas anuales se han reducido en este país.

Crédito y Caución prevé que esta tendencia se mantenga en 2013, si bien en menor medida que en años anteriores.

Se prevé que la inversión de las empresas y la producción industrial registren un crecimiento del 4,8% y del 5,3% respectivamente en 2004, y la confianza de las empresas del sector manufacturero se ha reforzado claramente. En mayo, el indicador trimestral de confianza de las empresas del Banco de Japón referido al sector manufacturero fue positivo por primera vez en casi dos años.

La política monetaria flexible ha dado lugar a una depreciación del yen, lo que ha disparado el crecimiento de las exportaciones. En mayo, las exportaciones aumentaron un 10% en términos interanuales, el mayor crecimiento desde 2010.

A pesar, de este reciente repunte, sigue habiendo motivos de preocupación. Un inconveniente inmediato de la política de estímulos del gobierno es que el déficit presupuestario puede superar el 10% del PIB en 2013, lo que podría ser un revés para la ratio de deuda pública en relación con el PIB de Japón, que ya se sitúa en niveles récord de más del 200%. La administración tendrá que evaluar detenidamente la posición de la deuda de Japón, ya que actualmente registra la mayor ratio deuda-PIB del mundo, siendo su deuda pública la segunda más importante después de la de Estados Unidos.

Al mismo tiempo, existe preocupación respecto de la falta de reformas estructurales, a pesar del objetivo declarado del Primer Ministro de poner en marcha dichas reformas para impulsar el rendimiento económico a largo plazo del país. Para lograr una recuperación sostenible, es necesario, de manera urgente, flexibilizar el mercado de trabajo y poner fin a la protección de agricultores, médicos y empresas farmacéuticas, así como introducir una mayor desregulación de las empresas.

No obstante, el plan de reformas del Primer Ministro no ha cumplido de momento las expectativas de las empresas y de los inversores, y queda por ver si Abe adoptara reformas más audaces después de las elecciones a la cámara alta en julio de 2013, en las que el partido gobernante, el LDP, espera obtener la mayoría.

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