Mayor riesgo de recaída en Turquía

La economía de Turquía crecerá un 6,7%, con una posterior desaceleración al 4,5% en 2012. La inflación se mantendrá en niveles elevados el próximo año, situándose en torno al 6%.
Analisis Credito y Caución
Madrid - 07-dic.-2011

Las elecciones generales de junio de 2011 dieron una clara victoria al Partido de la Justicia y el Desarrollo [AKP], proeuropeo y de orientación religiosa conservadora. Este resultado supone que el AKP puede gobernar de nuevo con mayoría absoluta por tercer mandato consecutivo. En los últimos años, el AKP ha conseguido frenar progresivamente el poder político del Ejército y ha reforzado el control democrático sobre la Justicia.

Los actuales enfrentamientos políticos están alimentados por el conflicto social y económico entre los denominados `turcos blancos´ la antigua clase dirigente que incluye al ejército y a la población urbana de las regiones occidentales y los turcos negros, cuyos defensores proceden de las zonas rurales de Anatolia, muchos de los cuales han emigrado, en las últimas décadas, a las principales ciudades. Esta nueva clase puede calificarse como piadosa, con espíritu emprendedor y amplio apoyo al AKP. Estos turcos negros han ido haciéndose con el poder económico y político a expensas de la antigua élite secular, que teme ahora perder influencia.

El AKP mantendrá su firme control del poder hasta las próximas elecciones presidenciales de 2014 y las elecciones generales de 2015, gracias a una mayoría absoluta en el parlamento. No obstante, la situación del país seguirá siendo difícil como consecuencia de las actuales tensiones y de la falta de confianza entre el AKP, la antigua clase dirigente y el ejército.

¿Se aleja la perspectiva de adhesión a la Unión Europea?

Las negociaciones para la incorporación de Turquía a la Unión Europea llevan de hecho aplazándose desde diciembre de 2006, cuando la Unión Europea suspendió las negociaciones de ocho de los 35 capítulos hasta que Ankara abriera sus puertos y aeropuertos al tráfico greco-chipriota. Existen otros obstáculos importantes para la incorporación a la Unión Europea, como la cuestión kurda, la necesidad de reformas y la resistencia encubierta de los principales Estados de la Unión Europea a la adhesión de Turquía.

Debido a la lentitud del proceso, el apoyo popular anteriormente generalizado a la adhesión a la Unión Europea está decayendo. Además, algunos grupos políticos importantes siguen sin tener una postura consistente en relación con la entrada en la Unión Europea. El Gobierno se centra ahora más en las relaciones con Oriente Medio y Asia Central, con el propósito de reforzar los lazos políticos y económicos con los países de esas regiones.

La incorporación de Turquía a la Unión Europea no parece probable antes de 2020 como muy pronto. Si bien son posibles avances en relación con la cuestión de Chipre a medio plazo, sigue habiendo muchos otros obstáculos, como los derechos humanos, la libertad religiosa y la cuestión kurda. Los Estados miembros de la Unión Europea siguen divididos en relación con la adhesión de Turquía, y la propia Turquía alberga cada vez más dudas sobre las ventajas de la adhesión [en relación con los costes], al tiempo que su política exterior ha trasladado su atención de la Unión Europea a Oriente Medio y Asia.

Indicios crecientes de sobrecalentamiento de la economía

Después de una contracción de la economía turca del 4,8% en 2009, el país se recuperó rápidamente, registrando en 2010 un crecimiento del PIB del 8,9% en términos interanuales, gracias fundamentalmente a la demanda interna. Este repunte se aceleró todavía más en 2011, con un crecimiento económico del 11,6% en el primer trimestre y del 8,8% en el segundo trimestre, apuntando claramente a un sobrecalentamiento de la economía. Este boom se ha visto impulsado por los bajos tipos de interés, el gasto del sector público antes de las elecciones generales de 2011 y un despegue de la liquidez impulsado por la entrada de capital extranjero y el crecimiento del crédito bancario.

En el segundo trimestre, varios sectores registraron cifras de crecimiento impresionantes: construcción [13,2%], comercio mayorista/minorista [13%] y sector financiero [14,3%]. La producción industrial registró un crecimiento notable en el primer semestre del año con un índice medio del 7%. La utilización de la capacidad también mejoró, situándose en el 76% en agosto, frente al 73% en agosto de 2010. Sin embargo, si bien el consumo privado y la inversión en empresas han aumentado claramente, el ritmo de crecimiento de las exportaciones de Turquía es más lento.

Tras una subida del 8,6% en 2010, la inflación ha bajado algo en 2011, aunque en septiembre todavía estaba en niveles altos un 6,15%. La inflación se explica por el fuerte crecimiento económico, varias subidas de impuestos y la debilidad de la lira, que ha incrementado los costes de las importaciones.

El sector bancario mantiene su fortaleza, con un ratio de adecuación del capital por encima del 18%, una alta rentabilidad y una cartera de préstamos transparente que no incluye productos hipotecarios. En consonancia con la mejora del rendimiento de las empresas, los préstamos no rentables se redujeron del 3,6% en julio de 2010 al 2,9%. Los cheques sin fondos, un excelente indicador del comportamiento de pagos debido al uso habitual de cheques en Turquía, se redujeron un 44% en los ocho primeros meses del año.

Las finanzas públicas registraron un brusco deterioro en 2009, con un déficit del 5,5% del PIB, debido a una caída de ingresos fiscales que se suma a los subsidios y el gasto público destinados a impulsar la actividad económica. Sin embargo, la consolidación fiscal ha reducido el déficit presupuestario hasta el 3,7% del PIB en 2010 y hasta el 2,2% en 2011. La deuda pública es moderada [el 43% del PIB] y el presupuesto primario [es decir, sin incluir pagos por intereses sobre la deuda] presenta un superávit significativo a finales del primer semestre de 2011. En general, el ritmo de las reformas estructurales [seguridad social, sector bancario y administración fiscal] sigue siendo demasiado lento. No obstante, los esfuerzos por privatizar han dado buenos resultados.

Las importantes entradas de capital extranjero han propulsado la liquidez de Turquía. Para frenar este fuerte flujo de activos denominados en lira turca, el Banco Central ha adoptado medidas procíclicas relajando la política monetaria y bajando el tipo de interés repo a una semana [del 6,25% al 5,75% en agosto de 2011]. Sin embargo, en lugar de frenar el exceso de gasto interno, esta política monetaria ha impulsado todavía más el crecimiento. Una vez dicho esto, con el fin de reforzar la lira y de enfriar la demanda interna, en octubre de 2011, el Banco Central subió el tipo aplicado a préstamos a 1 día del 9% al 12,5%.

Perspectivas

Se prevé que, este año, la economía crecerá un 6,7%, con una posterior desaceleración al 4,5% en 2012, y que la inflación se mantendrá en niveles elevados el próximo año, situándose en torno al 6%.

Si bien la situación global de liquidez y de solvencia de Turquía es razonable, existe el riesgo de que el actual sobrecalentamiento de la economía conduzca a un aterrizaje brusco. El masivo déficit por cuenta corriente [que se prevé crezca hasta el 10,5% del PIB en 2011 y que se reduzca solo ligeramente en 2012, hasta el 9% del PIB] y la reciente depreciación de la lira turca podrían llevar a una pérdida de control del crecimiento económico.

Habida cuenta de que gran parte del actual déficit por cuenta corriente se financia por medio de inversiones volátiles a corto plazo, cualquier turbulencia en los mercados financieros podría provocar una retirada masiva. Actualmente, la confianza de los inversores se ve ensombrecida por el alto nivel de la cuenta corriente y la crisis de la deuda de la zona euro.

No cabe descartar una brusca caída del tipo de cambio de la lira, lo que encarecería el servicio de la deuda exterior. Todo ello, sumado a una política monetaria más estricta, podría generar un nivel mucho más alto de préstamos bancarios no rentables y más impagos en el sector privado. Turquía es conocida por sus episodios de `auge y caída´, es decir, años de alto crecimiento del PIB seguidos de recesión, y por consiguiente las oportunidades de negocio en ese país deben evaluarse con cautela.

No obstante, el Banco Central ha reaccionado: a mediados de octubre utilizó sus reservas en moneda extranjera para una intervención directa en el mercado con el propósito de contener la debilidad de la lira, que se había depreciado más del 15% frente al dólar estadounidense en los nueve primeros meses de 2011. A finales de octubre, el banco central adoptó medidas adicionales para subir los tipos de interés efectivos con el fin de estabilizar la moneda y frenar el crecimiento del crédito.

Textiles y plásticos siguen acusando un impacto negativo

Prácticamente todos los sectores se han beneficiado de la recuperación económica. El sector del automóvil es el segundo sector exportador y un cliente importante de varios sectores. La producción tanto de vehículos como de piezas de recambio ha aumentado significativamente en 2010 y 2011, debido fundamentalmente a la demanda exterior. El aumento de la demanda procedente de los sectores del automóvil, la maquinaria y la construcción, junto con el crecimiento económico global, han supuesto una ayuda para el sector del acero/metales. La industria farmacéutica mantiene su estabilidad y solidez.

Sin embargo, el sector textil sigue siendo particularmente vulnerable, debido a una combinación de exceso de capacidad, falta de producción de marca, baja capitalización, reducción de la demanda interna y de las exportaciones, competencia de los países de Extremo Oriente y préstamos bancarios no rentables de cerca de un 10%. En el sector de productos químicos, el subsector de plásticos se enfrenta a problemas estructurales similares, lo que agrava sus dificultades.

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