Rusia ha conseguido recuperarse de la profunda recesión de 2009. Según datos del Servicio Federal Estatal de Estadísticas, la economía rusa creció un 5,2% interanual en el segundo trimestre de 2010, habiendo registrado un aumento del 2,9% en el primer trimestre. Los factores más significativos que explican esta recuperación son el aumento del precio del petróleo, una mayor demanda de consumo y la caída del desempleo. El precio medio del crudo al contado [clasificación del petróleo en crudo de los Urales Noroeste de Europa] a lo largo del segundo trimestre se mantuvo en 76,66 dólares por barril, la media trimestral más alta desde el tercer trimestre de 2008. El petróleo y el gas representan un 30% del PIB de Rusia, el 50% de su presupuesto y el 65% de sus exportaciones. Los precios minoristas siguieron una tendencia al alza como resultado del aumento de la demanda en el segundo trimestre y el índice de desempleo cayó del 9,2% en enero al 6,8% a finales de junio. El sector financiero sigue siendo motivo de preocupación debido al número de créditos morosos, al haber acumulado, tanto las empresas como el sector bancario, un exceso de obligaciones en deuda extranjera en los últimos años. La falta de liquidez, la caída de los precios de los activos y la desaceleración de la demanda interna durante la crisis económica generaron problemas de flujo de caja en todos los sectores, especialmente pequeñas empresas y bancos. En Rusia, los créditos morosos se calculan con criterios diferentes de los que suelen utilizar las entidades financieras occidentales, por lo que resulta difícil evaluar el riesgo real. Sin embargo, el sector bancario ruso está incrementado progresivamente su apetito de riesgo, y Crédito y Caución prevé un aumento estable pero sustancial de los préstamos en los próximos 18 meses. El nuevo apetito de riesgo de los bancos se refleja en unos tipos de interés notablemente más bajos, al haber rebajado el Banco de Rusia su tasa de refinanciación varias veces desde marzo de 2009. Se prevé que los tipos de interés se mantengan en niveles bajos a corto plazo como resultado de la recuperación general y la mejor calidad de los activos. Al mismo tiempo, se han producido fuertes presiones políticas, en particular en los principales bancos, para que aumentaran su apetito de riesgo con el fin de que ayudaran a bancos más pequeños y empresas con problemas. El propio gobierno ha destinado un total de 250.000 millones de dólares a diversas medidas de rescate, dedicando casi 100.000 millones a ayudar a bancos y empresas en dificultades. La sequía y los incendios no han tenido consecuencias importantes Las previsiones de crecimiento de Rusia a medio y largo plazo son buenas, pero la reciente sequía y los incendios han arrojado dudas sobre si el fuerte rebote observado en el primer semestre de 2010 puede mantenerse el resto del año. Por lo que respecta a la agricultura, la sequía ha sido una de las peores en muchos años y los incendios resultantes han generado problemas importantes para los agricultores. Como modo de asegurar las existencias y aliviar los precios en el mercado doméstico, el Gobierno ha impuesto una prohibición a las exportaciones de trigo que se mantendrá hasta la cosecha del próximo año. Se estima que con esta decisión Rusia perderá ingresos por exportación de grano por valor aproximado de 3.000 millones de dólares. La producción industrial se redujo un 5,9% como resultado de la ola de calor en julio y agosto. Se harán esfuerzos por compensar esta bajada mediante un aumento de la producción durante el resto del año, pero no parece probable que se pueda recuperar totalmente la producción perdida. Se prevé que las ventas minoristas caigan como resultado de los incendios, ya que el denso humo que cubrió Moscú disuadió a los compradores. Por tanto, Crédito y Caución prevé que las repercusiones en la producción industrial y las ventas minoristas sólo se sientan a corto plazo, mientras que el sector de la agricultura puede verse afectado también a medio plazo. |
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