A mediados de 2010, China se convirtió en la segunda economía más grande del mundo, superando a Japón. Sólo Estados Unidos se sitúa por delante según las cifras publicadas en agosto por la oficina nacional de estadísticas. El PIB nominal de China ascendió a 1,33 billones de dólares de Estados Unidos, por encima de los 1,28 billones de dólares de la economía japonesa. El PIB real de China creció un 10,3% en términos interanuales en el segundo trimestre de 2010, ligeramente por debajo del 11,9% registrado en el primer trimestre, lo que refleja la intención del Gobierno de evitar un crecimiento económico recalentado. Es probable que esta desaceleración se mantenga durante el resto del año, mediante medidas de la Administración china para normalizar la política monetaria y fiscal tras un aumento histórico del crédito destinado a contrarrestar la crisis mundial. El Gobierno temía que un crecimiento demasiado rápido pudiera generar una burbuja inmobiliaria y comprometer sus objetivos medioambientales. Por tanto, ha ido retirando gradualmente el enorme estímulo inyectado a la economía desde finales de 2008, a la vez que tomaba medias drásticas contra la especulación inmobiliaria y la expansión de industrias contaminantes y de alto consumo energético. En los siete primeros meses del año, el valor de las importaciones y las exportaciones de China dio un salto del 40,9% interanual, situándose en 1,62 billones de dólares de Estados Unidos. China exportó bienes por valor de 850.490 millones de dólares, un aumento interanual del 35,6% aunque, a pesar del rebote de las exportaciones registrado desde diciembre de 2009, en términos absolutos se mantienen muy por debajo de los niveles de julio de 2008. Antes de poder concluir definitivamente que las exportaciones se han recuperado, será necesario esperar a registrar una tendencia mantenida de cambio significativo a lo largo de 12 meses antes de poder concluir definitivamente que las exportaciones se han recuperado. El Gobierno chino ha señalado recientemente seis sectores claves con problemas de exceso de capacidad: hierro y acero, cemento, vidrio, carbón, polisilicona y equipos de energía eólica. Para que el crecimiento pueda mantenerse de forma estable, el Gobierno ha adoptado una serie de medidas destinadas a controlar el exceso de capacidad, que tiene un fuerte impacto en las empresas en cada una de las fases de la cadena de suministro y en los usuarios finales. En el primer semestre de 2010, el sector del acero tuvo que hacer frente a elevados costes de producción debido al fracaso en la negociación de precios contractuales más bajos para el mineral de hierro, conjugado con un exceso masivo de la oferta. El mercado del acero depende en gran medida del comportamiento del mercado internacional y, en particular, del estímulo de la demanda para consumo. Las dificultades de la eurozona y la recuperación lenta, aunque estable, en América del Norte parecen indicar que es poco probable que se produzca una sólida recuperación del sector del acero en China antes de 2011. La recuperación progresiva de la economía mundial y las políticas nacionales de apoyo al sector textil y de la confección han permitido un aumento sostenido de las exportaciones chinas de productos de confección, pero el sector sigue teniendo problemas. La demanda externa sigue siendo débil, el proteccionismo comercial sigue aumentando y los costes de exportación son elevados, ya que la regulación del mercado del algodón este año ha incrementado los gastos corrientes de las empresas nacionales chinas. Como resultado de ello, la competitividad de las exportaciones de textil y confección se ha visto debilitada. Sin embargo, junto a estos sectores en dificultades, también existen sectores saneados, como la industria farmacéutica, que ha registrado un crecimiento estable gracias al estímulo de la nueva reforma del sistema sanitario lanzada por el Gobierno en 2009. La industria farmacéutica china se encuentra entre las cinco primeras del mundo en términos de tamaño global, y cuenta con una amplia cantera de mano de obra general y científica de bajo coste y alta cualificación. La reforma de la regulación de la inversión extranjera directa [IED] ha supuesto un cambio significativo de la regulación del sector farmacéutico, en particular, en los últimos años. Muchos procesos se están adaptando a las normas internacionales, de manera que el entorno de negocios es cada vez transparente para los inversores exteriores. Las farmacéuticas internacionales han reconocido las oportunidades que ofrece un mercado farmacéutico en rápido crecimiento en China y están interesadas en establecer una presencia significativa a largo plazo en China. Apoyo a las pequeñas y medianas empresas China está reforzando su apoyo financiero a las pequeñas y medianas empresas con políticas fiscales preferentes y canales de financiación de más fácil acceso. El Gobierno ha ampliado hasta finales de 2010 el período de implementación para permitir a las pyme en dificultades aplazar pagos a la seguridad social o pagar una cuota reducida. Al margen de estas medidas, el Gobierno también quiere que los bancos pequeños presten un mayor apoyo financiero a las pyme. En los últimos seis meses no se ha registrado ningún aumento notable de la morosidad. Los pagos atrasados se han debido en mayor medida a un problema de fraude que a dificultades financieras. 2010 será un año decisivo pero complejo para la economía de China. El país sigue luchando contra los efectos de la crisis financiera mundial a la vez que mantiene un crecimiento económico estable y relativamente rápido y ajusta su estructura económica. El Gobierno es consciente de los riesgos de un aumento de la inflación y de un recalentamiento de burbujas de activos, por lo que ha endurecido su política monetaria, aunque sólo moderadamente: con una reducción de la oferta de crédito que se ha situado en 7,5 billones de yuan en 2010, tras haber registrado un volumen de préstamos bancarios de 9,59 billones de yuan en 2009 con una política monetaria flexible. La bajada de los precios inmobiliarios, la tensión en el sistema bancario, una demanda global de exportaciones chinas debilitada, la finalización formal de la vinculación yuan/USD, las presiones inflacionistas y salariales, todo apunta a un crecimiento más lento. |
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