La recuperación japonesa, impulsada por las exportaciones

La recuperación se ha consolidado en Japón en los últimos meses. El crecimiento se aceleró hasta el 5% en el primer trimestre de 2010, al aumentar las exportaciones un 30%.
Analisis Credito y Caución
Madrid - 28-sept.-2010

La economía está saliendo de una de sus recesiones más profundas desde la Segunda Guerra Mundial [el PIB se contrajo un 5,2% en 2009]. La recuperación se ha consolidado en los últimos meses en Japón, impulsada por la solidez de las exportaciones y los estímulos del gobierno: el crecimiento se aceleró hasta el 5% en el primer trimestre de 2010, al aumentar las exportaciones un 30%, debido fundamentalmente a la fortaleza de la demanda de Asia. A pesar de la caída de los ingresos disponibles de los hogares en 2009, el consumo privado contribuyó positivamente al crecimiento, con medidas de estímulo fiscal que apoyan el gasto, en particular por medio de subvenciones a los productos duraderos verdes que han fomentado un aumento del consumo.

Al igual que la recesión, en 2009 el desempleo también alcanzó niveles máximos desde la Segunda Guerra Mundial, llegando al 5,1% de la población activa. Sin embargo, la situación del empleo ha mejorado progresivamente y, si bien se mantiene en niveles inaceptables, se prevé que el índice de paro mejore ligeramente, hasta situarse en el 4,9% en 2010. La deflación ha sido un problema persistente para la economía japonesa durante muchos años y, en 2009, el índice de precios de consumo [IPC] cayó un 1,4%. La deflación sigue siendo una amenaza, pero se aprecian signos de mejora, prediciendo el Fondo Monetario Internacional [FMI] una desaceleración de la deflación en 2010 y 2011.

La ética de pagos en Japón se mantiene elevada: normalmente, los compradores pagarán sus facturas en la fecha de vencimiento o antes. Sin embargo, habida cuenta de que tantas empresas japonesas siguen pagando diligentemente hasta el momento de declararse en quiebra, los pagos puntuales no significan necesariamente que el cliente japonés tenga una generación de flujo de caja sólida. Para muchas empresas, dichos pagos puntuales sólo son posibles porque los bancos han mostrado generosidad en la financiación, lo que ha generado balances débiles y muy apalancados.

Perspectivas de recuperación frágiles

Nuestras previsiones de consenso prevén que el crecimiento del PIB de Japón aumente un 3,2% en el conjunto de 2010. Sin embargo, la recuperación sigue siendo frágil y es probable que el ritmo de la recuperación se modere en el segundo semestre del año al finalizar las medidas de estímulo y estabilizarse el crecimiento de las exportaciones. La fortaleza del yen respecto a otras monedas obstaculizará un mayor crecimiento de las exportaciones, y los elevados precios de los bienes japoneses de exportación pueden dejarlos fuera de mercado.

La deuda del gobierno de Japón ha aumentado de manera constante en los últimos años, llegando a un máximo histórico de 883 billones de yenes al cierre del año fiscal 2009 [el 218% del PIB]. El FMI prevé un mayor aumento de esta deuda, hasta situarse en el 227% del PIB  en 2010 y en el 235% del PIB en 2011. Si bien la naturaleza de autofinanciación de la deuda soberana de Japón la diferencia de muchas otras naciones endeudadas y el rendimiento de la misma sugiere que sigue siendo manejable, la tendencia incremental no es sostenible. El gobierno ha señalado su compromiso por limitar mayores aumentos de la deuda y revertir la tendencia incremental. Teniendo en cuenta el margen limitado para recortar el gasto, los ajustes fiscales dependerán de nuevas fuentes de ingresos y de la limitación del aumento del gasto, lo que puede conseguirse mediante reformas fiscales globales [como puede ser un aumento de los impuestos al consumo] y mediante la contención del aumento del gasto público no esencial.

Standard & Poors advirtió a Japón a finales de enero de que rebajaría la calificación del país de AA estable a AA negativo si los datos económicos se mantienen débiles y no se impulsa un crecimiento a medio plazo, en particular a la luz del elevado endeudamiento público y su débil perfil demográfico. Esta amenaza ya se ha materializado y la calificación del país se ha rebajado a AA negativo. No obstante, el riesgo soberano de Japón mantiene la calificación AA.

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