Actual entorno de negocio El primer semestre del año 2010, se ha caracterizado por las convulsiones del mercado de deuda soberana, con un protagonista en especial: Grecia. La situación financiera del país heleno ha hecho saltar las alarmas en los mercados financieros internacionales, de forma especialmente grave en el área de la moneda única europea. Ante la amenaza de un nuevo colapso de los mercados financieros, las instituciones monetarias europeas, junto con el FMI, han instaurado medidas de rescate de la economía griega que han dado estabilidad en los mercados. Adicionalmente, las mismas autoridades monetarias han implementado un mecanismo de estabilización, con fondos de hasta 750.000 millones de euros y adquisición de deuda soberana por parte del propio Banco Central Europeo. Este conjunto de medidas adoptadas globalmente se complementan con ajustes fiscales y de gasto público en las distintas economías del ámbito euro. En este contexto, la economía española, si bien ha logrado colocar sus emisiones de deuda pública entre los inversores, ha tenido que asumir mayores primas de riesgo derivadas de la volatilidad de los mercados de deuda soberana. Con la finalidad de dar confianza a los mercados, el Gobierno de España ha adoptado una serie de medidas de ajuste fiscal y corrección del déficit público, con el objetivo de reducir el déficit presupuestario hasta el 6% en 2011. Al mismo tiempo, se ha acometido una reforma del mercado de trabajo para otorgar una mayor competitividad a la estructura económica, cuyos efectos esperados a medio y largo plazo son los de permitir la vuelta a la senda del crecimiento en la economía nacional. En los primeros meses de 2010 la evolución de la economía española adopta un tono de ligera recuperación, aunque de forma lenta. La valoración positiva se debe hacer desde el prisma del crecimiento de la economía. El primer trimestre ha supuesto el primer periodo de cómputo de crecimiento del PIB nacional seis trimestres consecutivos de declive. En concreto, la economía creció un 0.1% de forma intertrimestral en los primeros tres meses del año 2010. El consumo privado ha mostrado signos de recuperación, experimentando un crecimiento trimestral del 0,5%, gracias en buena medida al excelente comportamiento de las ventas de automóviles, como consecuencia de las ayudas gubernamentales y del anticipo de la demanda por el incremento del IVA a partir del 1 de Julio. En lo que a inversión se refiere, el dato del primer trimestre de 2010 ha supuesto un descenso del 2,7% frente al trimestre anterior, tras una caída del 1% en el último trimestre de 2009. El sector de construcción continúa su proceso de ajuste, si bien la inversión en bienes de equipo y maquinaria muestra tasas de reducción inferiores a las registradas en el ejercicio anterior. Por lo que respecta al saldo exterior, las exportaciones de bienes y servicios mejoraron durante el primer trimestre de 2010, aumentando un 2% en términos intertrimestrales y una tasa anual del 8%, beneficiándose de la recuperación gradual en las economías de los mercados de destino. Las importaciones también crecen pero en menor medida, al 1,4% trimestral y un 2,6% en términos interanuales. El punto débil de la economía española sigue siendo el mercado de trabajo. La tasa de paro ha superado la cota del 20% de la población activa, situándose en una cifra de 4.6 millones de desempleados, duplicando la tasa media europea. Para afrontar la continua destrucción de empleo y mejorar la competitividad y flexibilidad del mercado de trabajo español, las autoridades gubernamentales han aprobado una serie de medidas urgentes de reforma del mercado de trabajo con las cuales se pretende facilitar el crecimiento de la economía española a medio y largo plazo. Respecto al nivel de precios, la tasa de inflación sigue una tendencia creciente. A junio de 2010, el IPC interanual llegó al 1,5%, mientras que la inflación subyacente fue del 0,4%. Previsiblemente, el crecimiento del nivel de precios consecuente con el alza de la imposición indirecta desde el 1 de julio se verá compensado por la probable absorción por parte de las empresas de la subida impositiva, mitigando el impacto negativo sobre el consumo. La próxima evolución de la economía española vendrá determinada por los efectos de las medidas gubernamentales de contención del gasto público y reducción del déficit. Se persigue conseguir una estructura económica más competitiva en un entorno con un menor nivel de deuda y déficit a medio y largo plazo, acorde con los límites impuestos en la Unión Europea. El efecto positivo inmediato ha sido la devolución de la confianza sobre la economía española, que se ha vista reflejada en el éxito en la colocación de las últimas emisiones de deuda soberana a menores diferenciales, apoyada paralelamente por la favorable valoración global del sistema financiero español en la publicación de los respectivos Test de Solvencia [Stress Tests]. |
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