China tratará de reequilibrar su economía en 2015

China desea pasar de una economía de inversión y exportaciones a un modelo orientado a los servicios y el consumo.
Analisis Credito y Caución
Madrid - 05-ene.-2015

 

China presenta una situación interna estable, con una administración centrada en crear empleo, desarrollar una red pública de seguridad social y preservar el alto crecimiento económico, que ha elevado el PIB per cápita de 847 dólares en 2000 a 7.645 en 2014. En los últimos años, el crecimiento económico de China ha dependido en gran medida de la inversión, que, como proporción del PIB, ha aumentado más del 50%, impulsando la expansión del parque de viviendas, la infraestructura local y la capacidad de producción. Junto a una expansión masiva del crédito desde 2008, las inversiones ineficientes han creado una burbuja en el mercado inmobiliario y las empresas y gobiernos locales han alcanzado altos niveles de deuda.

China ha destacado repetidamente que está preparada para aceptar un crecimiento más lento y restaurar el equilibrio, alejándose de una economía basada en la inversión y dependiente de las exportaciones a favor de una economía más orientada a los servicios y basada en el consumo. Del lado de la oferta, quiere generar un mayor crecimiento de la innovación y la productividad a la vez que reduce la inversión antieconómica. Del lado de la demanda, lucha por aumentar los ingresos y el consumo de los hogares para crear un equilibrio más sostenible entre el consumo y la inversión.

El crecimiento económico de China continúa su desaceleración. Para este año, se espera que el PIB aumente un 7,3%, la menor tasa desde 1999, y se prevé que en 2015 caiga hasta el 7,0%. La inflación cae desde finales de 2011 y se prevé que este año sea del 2,1%. Esta modesta inflación significa que el Banco Popular de China tiene margen para relajar la política monetaria. En noviembre el Banco Central decidió recortar el tipo de interés de referencia por primera vez desde julio de 2012, 40 puntos básicos hasta el 5,6%, para reducir los costes de financiación de las empresas más pequeñas ante la ralentización del crecimiento. El déficit presupuestario de China ha aumentado con el incremento del gasto en bienestar social, pero se mantiene relativamente bajo, alrededor del 3% del PIB.

Aunque China no es en absoluto inmune a la debilitada demanda exterior, los principales riesgos para el crecimiento futuro están relacionados con su mercado interno. Es necesario contener el crecimiento del crédito y las actividades bancarias en la sombra, ya que el auge de las inversiones desde 2008, junto al elevado incremento del crédito, ha generado altos niveles de deuda para gobiernos locales y empresas. Las vulnerabilidades financieras visibles en los sectores financiero, empresarial e inmobiliario y en las administraciones locales están interconectadas. Una sacudida en un sector podría provocar una reacción en cadena en otro.

La situación del mercado inmobiliario es especialmente crítica: una de las principales preocupaciones es que la sobrevaloración percibida de los bienes inmuebles pueda ser objeto de una brusca corrección. El sector bancario chino permanece débil, ya que el elevado crecimiento del crédito de los años anteriores podría llevar al deterioro de la calidad de los activos en el sector financiero. Aunque los préstamos bancarios no rentables se mantienen actualmente a un nivel bajo [1%], este porcentaje aumentará inevitablemente a medio plazo, ya que muchos préstamos han sido prorrogados en lugar de amortizados. Una importante fuente de la expansión masiva del préstamo han sido los bancos en la sombra, cuyas actividades fuera de balance han aumentado debido a la estricta regulación del sistema financiero.

El endeudamiento de los organismos locales, fundamentales en la política de estímulos masivos de 2008 y 2009, está estrechamente vinculado a los potenciales problemas del sector bancario. Existe una importante incertidumbre sobre la calidad de sus inversiones en infraestructuras. A finales de 2013, una auditoría nacional reveló que la deuda de los gobiernos locales ascendía al 32% del PIB.

El reto para las autoridades es la implementación de reformas que reduzcan las vulnerabilidades y reequilibren el crecimiento económico a medio plazo sin ralentizarlo demasiado. Algunos sectores, especialmente el acero, textil, papel, construcción naval, transporte marítimo, carbón y solar, se enfrentan a dificultades, principalmente debido al exceso de capacidad, la presión por el capital de exportación y la falta de crédito.

El gobierno central tiene un control ajustado de la actividad económica y financiera del país y su déficit público es pequeño. La deuda pública y externa es muy baja y China cuenta con grandes reservas internacionales. Los ahorros nacionales son altos y se realizan controles de capital para limitar el riesgo de fuga. Todo esto crea un colchón para la economía en caso de cualquier impacto externo o interno.

Aunque se espera que la desaceleración prevista del crecimiento económico derive en dificultades de amortización para las empresas más apalancadas y un aumento de los impagos, las autoridades intervendrán si se pone en riesgo la estabilidad financiera. Al mismo tiempo, se espera que continúen tomando medidas para prevenir una brusca desaceleración. La situación del mercado laboral es crucial, ya que generar suficiente empleo es fundamental para prevenir el malestar social. No obstante, la dependencia continuada en el apoyo gubernamental y las medidas de estímulo podrían también agravar las vulnerabilidades de la economía y por tanto aumentar el riesgo de una mayor ralentización económica.

 

Acerca de Crédito y Caución

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