La estabilización de las principales economías europeas se mantiene. Alemania, la cuarta economía más importante del mundo, se ha mantenido en la senda de la recuperación en el último trimestre, y se prevé un crecimiento de hasta el 2% en 2010. La contracción del PIB británico fue menor de lo esperado, y las previsiones de desempleo para este año se han revisado a la baja. La economía española parece estar tocando fondo tras un serio deterioro en los primeros meses de 2009. Tras un ligero aumento en las principales economías de la FPI (Frecuencia Prevista de Impagos) en octubre de 2009, en noviembre volvió a bajar siguiendo la tendencia de los últimos meses. Alemania y los Países Bajos presentaron los mayores aumentos intermensuales (11 puntos básicos), seguidos de Estados Unidos (7 puntos básicos) y el Reino Unido (4 puntos básicos). Sólo Francia registró un aumento por segundo mes consecutivo, aunque de tan sólo un punto básico.
La Frecuencia Prevista de Impagos se basa en un panel de empresas seleccionadas en los mercados de referencia, y en la probabilidad de impago en todos los sectores a lo largo del próximo año. En este contexto, el impago se define como el incumplimiento de un pago previsto, o el inicio de procedimientos de quiebra. La probabilidad de impago se calcula sobre la base de tres factores: el valor de mercado de los activos de una compañía, su volatilidad y su actual estructura de capital. A título orientativo, la probabilidad de una empresa de incurrir en impagos es del 1%. En el caso de Bélgica, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido, la cifra media de noviembre de 2009 fue la más baja de todo el año. No obstante, las cifras correspondientes a todos los mercados objeto de seguimiento seguían situándose muy por encima de su nivel a largo plazo, lo que indica un alto riesgo de impago entre el panel de empresas. Seguimos previendo que las insolvencias corporativas aumentarán en la mayoría de los principales mercados, si bien en menor medida que en 2009. Crédito y Caución sigue recomendando mucha cautela, no sólo a la hora de emprender nuevas operaciones comerciales, sino también en las relaciones con los clientes consolidados. Básicamente, las empresas deben tener más cuidado en sus transacciones comerciales controlando cambios en el comportamiento de pago de sus actuales clientes y evaluando más detenidamente la solidez financiera de clientes potenciales. |
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