Las 60 economías más grandes del mundo, entre ellas la española, se globalizarán de forma sostenida al menos hasta 2014, es decir, seguirán integrando a escala planetaria sus mercados nacionales. La globalización económica es un proceso milenario acelerado a partir de los setenta, con la apertura de China al mundo, la revolución tecnológica precipitada en los ochenta y la caída de la Unión Soviética en el 89. Desde 1980, los países emergentes han crecido a una media del 7% anual y China por sí sola ha sacado de la pobreza a casi 400 millones de personas, más que toda la población de Estados Unidos, desde finales de los setenta. Tradicionalmente, la globalización implicaba que la expansión del negocio se dirigía desde las economías desarrolladas a las emergentes. Sin embargo, hoy fluye en las dos direcciones y las economías emergentes están ganando terreno a los países desarrollados. En la actualidad, las primeras copan el 49% del PIB mundial, un 10% más que en 1990, y según los expertos es probable que sobrepasen la cifra de los países desarrollados en las próximas dos décadas. Para acceder al reportaje íntegro incluido en el último número de la revista, cycprisma 14, pulse sobre la imagen. España y sus empresas se enfrentan al reto de competir en un comercio cada vez más global y multipolar. Y deben hacerlo en un difícil contexto macroeconómico. La internacionalización no ha sido un objetivo prioritario para las empresas españolas en los últimos años, dado que la marcha del consumo interno ha bastado para apoyar sus buenos resultados. De hecho, el crecimiento económico se ha basado fundamentalmente en el continuo aumento de la demanda interna, con un crecimiento del 40% entre los años 2002 y 2006. El informe de conclusiones de la II Cumbre de Internacionalización de la Empresa Española, organizada por la Asociación de Marcas Renombradas Españolas, el Club de Exportadores e Inversores Españoles y la Asociación Española de Directivos, que ha contado con la colaboración activa de Crédito y Caución, señala que `el tamaño del mercado doméstico, en torno al 1% del valor del mercado global, junto con su apertura a la competencia globalizada, hace inviable el sostenimiento de una empresa de manera competitiva y eficiente´. Según este análisis, `la internacionalización no es una opción estratégica más para las empresas españolas, sino una necesidad de carácter permanente y estructural, y por tanto debe convertirse en una clara prioridad en términos de política económica y presupuestaria´. Pero el nivel de proyección hacia el exterior no es tan propicio como sería deseable, a juzgar por su distribución en forma de pirámide: en la base se sitúan los exportadores no regulares, unas 100.000 empresas; sólo unas 40.000 exportan regularmente y de éstas, aproximadamente 3.000 son empresas con cierta consolidación del negocio internacional y alto potencial de internacionalización pero también con una posición frágil ante los desafíos de su expansión foránea; en el penúltimo escalón se sitúan unas 300 empresas de tamaño mediano y líderes en sus respectivos sectores, que constituyen el núcleo duro de la exportación y exhiben significativas implantaciones productivas o comerciales en el exterior. Por fin, en el vértice de la pirámide se concentran unas 100 multinacionales españolas sin incluir las filiales de multinacionales extranjeras con gran peso en la exportación española cuyo tamaño y capacidad financiera son equiparables a los de sus principales competidoras internacionales. La conclusión, por lo tanto, es que el elenco de compañías españolas con algún nivel de internacionalización es muy limitado tanto en cantidad como en calidad, si se tiene en cuenta que en España operan más de 1,5 millones de empresas. ¿A qué mercados deben apuntar las empresas? Una primera aproximación puede encontrarse en el Economic Outlook, que transmite la visión de Crédito y Caución acerca de la evolución del crecimiento económico mundial. Según este informe, `todos los países de la periferia europea que ya cuentan con altos niveles de insolvencia deben esperar subidas aún mayores. Se prevé que algunos mercados como Grecia e Italia alcancen un crecimiento de las insolvencias con cifras de dos dígitos en 2012´. El Economic Outlook augura una contracción de la economía en la zona euro, el freno en el crecimiento de Latinoamérica y un aumento del crecimiento en Asia. El informe prevé una mejora de las condiciones económicas mundiales durante el año 2013, con un repunte del crecimiento, al disminuir los efectos de la crisis de deuda en la zona euro. El crecimiento en Asia y Latinoamérica se confirmará como un importante motor de la economía global. Sea cual sea la estrategia elegida, la internacionalización de las pymes españolas es ineludible. |
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