Crecimiento asegurado en Brasil hasta 2015

Tras la ralentización del primer semestre, el crecimiento económico de Brasil será robusto en los próximos años. Entre 2013 y 2015, se prevé que se sitúe entre el 4% y el 5% anual.
Analisis Credito y Caución
Madrid - 26-nov.-2012

Tras un crecimiento económico sólido y de amplia base en 2010, gracias al rebote de las exportaciones a Asia, las inversiones y una boyante demanda de consumo, el rendimiento económico de Brasil ha perdido parte de su impulso desde 2011. Los volúmenes de exportación han caído, la demanda interna se ha frenado y la inversión neta se ha reducido. Tras un crecimiento del 2,7% en 2011, se prevé que el PIB crezca solo un 1,5% en 2012. En el primer y en el segundo trimestre de 2012, la economía solo creció un 0,8% y un 0,5% en términos interanuales.

Sin embargo, en el segundo semestre de este año, se aprecian indicios de recuperación que cobrarán fuerza en 2013. Gran parte de estas expectativas se basan en la recuperación de los mercados de exportación especialmente China, una subida de los precios de las materias primas y una leve, aunque todavía incierta recuperación de la economía mundial. La inflación ha retrocedido desde principios de 2012, hasta el 5,4% en octubre, pero sigue por encima del objetivo del 4,5% fijado por el Banco Central do Brasil.

El mercado de trabajo se mantiene robusto, con una tasa de desempleo del 5,4% en septiembre de 2012, uno de los porcentajes más bajos de la historia de Brasil. Todo esto, junto con el aumento de los ingresos medios, está contribuyendo a sostener el consumo interno. Se prevé que el valor total de los créditos concedidos por las entidades financieras brasileñas llegue al 52% de PIB a finales de 2012. Además, según el Banco Central, en el tercer trimestre de 2012, los pagos de consumidores con un retraso superior a los 90 días era del 7,9% el índice más alto desde diciembre de 2009, mientras que la morosidad de las empresas se mantuvo en el 5,9%.

Medidas monetarias para apoyar el crecimiento

Debido al aumento de la inflación en el primer semestre de 2011, el Banco Central subió el tipo de interés de referencia SELIC varias veces, hasta el 12,5% en julio de 2011. Sin embargo, a la vista del debilitamiento del entorno de negocios, el tipo de interés ha vuelto a rebajarse varias veces desde entonces, hasta el 7,25% en octubre, para impulsar la economía.

Otra de las razones que explican la rebaja de los tipos de interés es la intención de desalentar la compra de activos y propiedades por parte de inversores extranjeros y llevar a la baja el tipo de cambio del real [BRL]. Los tipos de interés anteriormente altos habían atraído capital inversor a corto plazo y esta entrada de capital, sumada a un aumento de la inflación, obligó a apreciar el tipo de cambio del BRL.

Entre mediados de 2009 y mediados de 2011, el real brasileño se apreció casi un 50% frente al dólar estadounidense, fomentado las importaciones pero provocando problemas a los exportadores brasileños de bienes manufacturados al erosionar su competitividad internacional. En este sentido, la relajación monetaria ha tenido éxito ya que el real brasileño ha empezado a debilitarse, estabilizándose en torno a un cambio de 2:1 frente al dólar estadounidense en el otoño de 2012.

Una política fiscal más expansiva

La relajación monetaria del Banco Central se produce en un momento en el que la política fiscal es más bien expansiva. Las inversiones para explotar los enormes yacimientos de petróleo offshore, en el Mundial de Fútbol de 2014 y en los Juegos Olímpicos de 2016 están impulsando el gasto público. Por lo general, la política presupuestaria de Brasil es prudente, pero los superávits primarios [es decir, antes del pago de intereses] se han mantenido por debajo del objetivo del gobierno del 3,1 % del PIB en los dos últimos años.

A la vista de que la deuda pública todavía se sitúa en niveles elevados [56% del PIB], el gobierno debería aplicar más medidas de austeridad en el sector público para reducir el déficit fiscal y evitar que siga aumentando la deuda pública. Las medidas podrían incluir una reforma del complicado sistema fiscal y del mercado de trabajo, pero no parece probable que se produzcan progresos en estos ámbitos. De momento, el gobierno solo ha conseguido reformar el sistema de pensiones públicas.

Gestión de la economía, un panorama contradictorio

De manera global, la política macroeconómica de Brasil ha sido, hasta ahora, rigurosa, pero se mantienen muchas deficiencias estructurales, como el complejo y oneroso régimen fiscal, la inflexibilidad fiscal, la rigidez y el exceso de regulación en materia de leyes laborales, a pesar de que suponen un freno muy importante al desarrollo a largo plazo. Las carencias del sistema político general y partidista de Brasil, como la ausencia de disciplina de partido y de coalición, son las principales razones de la falta de esfuerzos a la hora de acometer reformas estructurales.

La mejora de las infraestructuras es esencial para un crecimiento sostenido a largo plazo: el mal estado de muchas carreteras, aeropuertos y puertos y la sobrecarga de los sistemas de suministro de energía ya han supuesto un obstáculo a un mayor crecimiento. Sin embargo, para lograr dichas mejoras el gobierno debería aumentar la inversión del sector público.

Reservas petrolíferas muy importantes

Existen amplias reservas offshore de petróleo en yacimientos pre-sal, es decir, bajo las capas profundas de roca y sal frente a la costa de Brasil, estimadas en 50.000 millones de barriles. La intensificación en la exploración de estos recursos podría convertir a Brasil en uno de los principales productores de petróleo del mundo. En julio de 2011, Petrobras, la petrolera controlada por el Estado brasileño, anunció una inversión de 225.000 millones de dólares para aumentar su producción diaria de 2,6 millones de barriles a 4 millones de barriles en 2015 y a 6,4 millones de barriles en 2020.

Buena liquidez y solvencia internacionales

En el pasado, Brasil ha reducido el nivel de deuda pública externa considerablemente y ha mejorado el perfil de su deuda pública mediante canje de bonos, emisiones de bonos denominados en reales a inversores extranjeros, pagos anticipados [15.600 millones de dólares al FMI y 2.600 millones de dólares al Club de París] y recompra de deuda [bonos Brady por valor de 6.600 millones de dólares]. Como resultado de ello, se ha alargado el vencimiento de la deuda y se ha reducido el riesgo de tipo de cambio, ya que la deuda pública está denominada principalmente en real brasileño.

La deuda del sector privado [empresas y banca] representa ahora las dos terceras partes del total de la deuda externa. Sin embargo, el importante endeudamiento de Petrobras para llevar a cabo sus ambiciosos planes de inversión podría aumentar considerablemente la deuda pública externa en los próximos años.

No obstante, Brasil es actualmente acreedor neto, ya que sus reservas en divisas compensan sobradamente su deuda externa. Como resultado de ello, Brasil goza de la calificación soberana de grado de inversión de Standard & Poors BBB, perspectiva estable; Fitch BBB, perspectiva estable; y Moodys Baa2, perspectiva positiva.

Balanza de pagos positiva

Las relaciones internacionales de Brasil son esencialmente estables, con una actitud pragmática respecto a Estados Unidos y a los estados de América Latina, incluyendo a Bolivia y Venezuela. Brasil se está esforzando por hacer valer su mayor peso político y económico a nivel mundial: por ejemplo, su papel como miembro del G-20.

Los importantes superávits comerciales empiezan a reducirse, ya que las importaciones están aumentando aún más rápido que las exportaciones. Como resultado de ello, el actual déficit por cuenta corriente en la balanza de pagos se situará este año en el 2,7% del PIB y en el 3,1% en 2013. Sin embargo, estos déficits son fáciles de financiar gracias a las abundantes entradas de capital, tanto en forma de inversiones como en cartera: la inversión extranjera directa en Brasil ascendió a más de 65.000 millones de dólares en 2011.

Estas entradas de capital y el aumento de la inflación provocaron una apreciación significativa del tipo de cambio del real brasileño en 2010 y en el primer semestre de 2011. Sin embargo, desde mediados de 2011, la moneda ha vuelto a depreciarse, debido principalmente a las rebajas del tipo de interés SELIC y a una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales.

La acumulación de considerables reservas de divisas ha permitido al Banco Central defender la moneda de ataques especulativos. Las reservas internacionales se han vendido con arreglo a contratos de recompra, ayudando los contratos futuros, los swaps de divisas y otros instrumentos a la autoridad monetaria a evitar una alta volatilidad del mercado de divisas y proporcionar liquidez a exportadores e importadores.

Buenas perspectivas, liquidez y solvencia

Los resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias han aportado continuidad pero no ha modificado la fragmentación política y los escasos progresos legislativos. La débil disciplina de partido y la falta de lealtad en el seno de la coalición que caracterizan el sistema político brasileño siguen siendo un obstáculo en el proceso de toma de decisiones. Se trata de un impedimento importante para reformas que son urgentes a fin de reforzar la estructura de la economía del país a largo plazo y reducir el déficit fiscal: condiciones previas necesarias para el crecimiento y la estabilidad a largo plazo.

El crecimiento económico será robusto en los próximos años. A corto plazo, se prevé que la demanda interna se vea impulsada por tipos de interés más bajo y el estímulo presupuestario adicional de los últimos meses. En 2013, se prevé que el crecimiento se recupere y se sitúe en el 4,2%, al repuntar el consumo privado, la inversión empresarial y la demanda externa, especialmente la procedente de Asia. Sin embargo, el aumento de la inflación [que se prevé que llegue al 5,7% en 2013] es un efecto secundario negativo de esta recuperación, que puede obligar a aplicar de nuevo una política monetaria más restrictiva.

A medio plazo, las inversiones contribuirán a impulsar la actividad de la economía real y, cabe esperar, ingresos adicionales en divisas. Para 2014 y 2015, se prevén tasas de crecimiento económico del 4-5% anual.

Las abundantes entradas de capital contribuyen a la excelente posición internacional de Brasil en términos de liquidez, lo que le permite cubrir más de 20 meses de importaciones. La solvencia también es buena, lo que se refleja en calificaciones de inversión estables en los mercados internacionales y un bajo diferencial de la deuda: 150 puntos básicos en octubre de 2012. Esto también indica que las necesidades de financiación externa de Brasil, que son muy importantes, podrán cubrirse con bastante facilidad en los próximos años. Las exportaciones de las ingentes reservas de petróleo offshore de Brasil afianzarán la posición exterior a largo plazo.

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