En las elecciones generales celebradas en julio de 2011, el Pheu Thai Party [PTP] se impuso al anterior gobierno liderado por el Partido Demócrata [DP]. A pesar de lograr la mayoría absoluta [265 de los 500 escaños], el PTP formó coalición con cinco partidos más pequeños para ampliar su mayoría y aceptación popular. La restauración del régimen democrático en diciembre de 2007, tras más de un año de gobierno militar, no ha generado la tan esperada estabilidad política. Desde entonces, se han producido tensiones políticas constantes debido principalmente a la gran brecha política, económica y cultural entre, por una parte, la población pobre de áreas rurales y urbanas, que apoyaron al PTP, conocidos popularmente como camisas rojas, y las clases altas y medias de Bangkok, representadas por el DP y la Alianza Popular por la Democracia [PAD], conocidos popularmente como camisas amarillas. Esta clase urbana dominante cuenta con el apoyo del ejército, del poder judicial y, sin duda, de la familia real. El período 2008-2010 estuvo caracterizado por tensiones políticas crecientes entre ambos bandos, con cambio de gobiernos en 2008 y protestas masivas regulares por parte de los movimientos de camisas amarillas y camisas rojas desde entonces. La situación se deterioró drásticamente en marzo de 2010, cuando los camisas rojas organizaron protestas masivas en Bangkok, con el resultado de 90 muertos y 1 400 heridos. Las relaciones con Camboya también se deterioraron en 2008 debido a un conflicto fronterizo por el templo Preah Vihear, que provocó varias refriegas en la frontera. La relación registró su peor momento histórico a principios de noviembre de 2009, cuando el gobierno camboyano anunció el nombramiento del ex primer ministro de Tailandia, acusado de corrupción por el Tribunal Supremo de Tailandia, como asesor económico especial y denegó las solicitudes de extradición. La economía se contraerá debido a las inundaciones La economía se ha visto negativamente afectada por las peores inundaciones de los últimos 50 años, debido a las fuertes lluvias monzónicas, que han provocado más de 600 muertes así como graves interrupciones en el suministro, entre otros sectores, de productos electrónicos y textiles. Muchas líneas de suministro se han visto dañadas o destruidas, y más de 1 000 fábricas se han inundado y probablemente no retomen la producción antes de abril o mayo de 2012. Tailandia es un importante centro de producción para los fabricantes japoneses de automóviles y productos electrónicos, cuyas cadenas de suministro se vieron seriamente dañadas [las empresas automovilísticas japonesas han perdido la producción de unos 100 000 vehículos, al verse afectadas sus operaciones por la escasez de piezas]. Se estima que el impacto total asciende a 17 000 millones de dólares [el 5% del PIB]. La producción industrial se redujo un 35.8% en octubre de 2011, y la confianza de los consumidores ha caído drásticamente. Las previsiones de crecimiento económico para 2011 se han ajustado a la baja, pasando del 4.1% al 2.5%, y algunos analistas apuntan a un crecimiento incluso más bajo, del 1.5%. Tras un crecimiento del PIB del 3.5% en el segundo trimestre de 2011, se prevé que Tailandia registre una contracción del PIB real en el cuarto trimestre de 2011 [el gobierno prevé una contracción del 3.7%] y probablemente también en el primer trimestre de 2012, lo que técnicamente equivale a una recesión. A finales de noviembre de 2011, el Bank of Thailand rebajó el índice de interés de referencia por primera vez en más de dos años un 0.25%, hasta situarse en el 3.25% para apuntalar la economía y apoyar la reconstrucción. El gobierno anunció un partida de gasto de 130 000 millones de baht [4 200 millones de dólares] destinada a la reconstrucción. Además de las inversiones públicas para acelerar la reconstrucción tras las inundaciones, la política económica de la administración estará marcada por la `Thaksinconomía´: la escuela de pensamiento económico dominante durante el mandato del primer ministro Thaksin. Esta política implica medidas populistas como las destinadas a reducir la pobreza e inversiones en infraestructuras. Tras las elecciones, el nuevo gobierno anunció que subiría el salario mínimo, reduciría el impuesto de sociedades del 30% al 20% y recuperaría el precio garantizado del arroz. Junto con los esfuerzos de reconstrucción, estas medidas pueden generar un aumento del déficit presupuestario en 2011 y en 2012. Se prevé que la economía se recupere en 2012, con un crecimiento previsto del PIB del 3.8%, gracias a las medidas de reconstrucción que activarán la demanda interna. A finales de noviembre, las previsiones del Bank of Thailand apuntaban a un crecimiento de la economía de hasta el 4.8%. Sin embargo, un crecimiento mundial más débil de lo previsto podría frenar este fuerte rebote, ya que la economía de Tailandia depende de las exportaciones [principalmente, electrodomésticos, piezas para automóviles, maquinaria] y es muy sensible a la demanda de sus socios comerciales clave: China, Japón y Estados Unidos. El Bank of Thailand ha anunciado que, en caso necesario, procedería a nuevos recortes de los tipos de interés [es decir, si cae el ritmo de la reconstrucción o se reduce la demanda mundial], ya que considera que el índice de inflación es controlable [con una previsión del 4% para 2012]. La salud del sector bancario ha mejorado significativamente. Se estima que, actualmente, los préstamos no rentables representan solo el 5.7% del total de préstamos. En su conjunto, Tailandia presenta cimientos macroeconómicos muy sólidos, lo que reduce significativamente el riesgo país. La capacidad de pago soberana de Tailandia se apoya en ratios de deuda exterior bajos, superávit por cuenta corriente y reservas en moneda extranjera más que suficientes. |
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