Rumanía se incorporó a la UE el 1 de enero de 2007, a la vez que Bulgaria. Como condición de la adhesión a la UE, el país está sujeto a un estricto control por parte de la Comisión Europea, sobre todo en relación con los progresos realizados en materia de reforma de la judicatura y de lucha contra la corrupción. En varios de sus informes de control semestrales, la Comisión Europea ha criticado duramente la falta de progreso de Rumanía en materia de corrupción y ha acusado al país de incumplimiento de sus compromisos de adhesión a la UE. El desembolso de algunos de los fondos europeos se ha aplazado reiteradamente y, recientemente, se ha bloqueado la incorporación de Rumanía a la zona Schengen [espacio en el que los ciudadanos de la UE pueden viajar sin pasaporte] debido a las objeciones presentadas por algunos Estados miembros. Rumanía se ha visto duramente afectada por la crisis económica Tras años de fuerte crecimiento del PIB, la economía nacional se vio duramente afectada por la crisis económica mundial. El PIB se contrajo un 7,1% en 2009 debido a la brusca caída de las exportaciones [-5,5%], del consumo privado [-10,3%] y de la inversión [-38,4%]. Los sectores industriales [en particular los más orientados a la exportación, como el acero y el automóvil] registraron una drástica caída de la producción. Debido a las restricciones de nuevos préstamos bancarios y a la caída del volumen de negocios, las inversiones en el sector empresarial se redujeron más de un 25%. Los flujos de capital registraron una brusca caída, reduciéndose la inversión extranjera directa en torno al 55% en términos interanuales en 2009, y la moneda sufrió una depreciación masiva. El boom económico registrado entre 2004 y 2008 fue de la mano de un aumento masivo de la deuda del sector privado. El componente de dicha deuda denominado en monedas extranjeras [euro, USD y franco suizo] se triplicó, debido en gran medida al fuerte endeudamiento externo por parte de empresas privadas y del sector bancario. El repunte de las exportaciones [+13%] ha activado un débil repunte desde 2010, y en 2011 solo se espera una recuperación modesta. En el segundo trimestre de 2011, el PIB creció un 1,4% interanual al recuperarse gradualmente el sector privado de la pesada carga del endeudamiento. Sin embargo, el proceso de desapalancamiento de estas deudas avanza lentamente. La producción industrial creció por encima del 10% en términos interanuales en los tres primeros meses de 2011, pero se ha frenado en cierta medida desde entonces [+5% en julio de 2011]. Los bancos, en su mayoría filiales de bancos matrices establecidos en la UE, siguen muy expuestos a prestatarios del sector privado con un alto nivel de endeudamiento, gran parte del cual está denominado en monedas extranjeras. Sin embargo, en la medida en que los bancos matrices mantienen sus compromisos con sus inversiones en Rumanía, no se prevén grandes problemas, si bien el servicio de la deuda sigue siendo un lastre para la financiación externa de Rumanía. Ha sido necesario un paquete masivo de apoyo del FMI Los años de relajamiento en las políticas fiscal y de ingresos han provocado crecientes déficits dobles: en 2008 el déficit por cuenta corriente era del 12% y el déficit presupuestario del sector público se situaba por encima del 5% del PIB. A pesar de las medidas de austeridad, el exceso de gasto y la caída de ingresos contribuyeron a incrementar todavía más el déficit fiscal en 2009 [8,5% del PIB]. Para hacer frente a la brusca caída de flujos de capital, a los desequilibrios fiscal y externo y con el fin de reforzar el sector financiero, en mayo de 2009 Rumanía recibió un préstamo de rescate masivo, por importe de 20.000 millones de euros, del FMI, la UE y otras instituciones. El FMI proporcionó 12.950 millones de euros mediante un acuerdo de derechos de giro a dos años, mientras que la UE comprometió 5.000 millones de euros. El objetivo del paquete de préstamos era recuperar la confianza en la economía, aliviar los déficits existentes, sostener el tipo de cambio, reforzar la política fiscal, mantener la inflación dentro de los límites fijados por el banco central e inyectar liquidez en los mercados financieros del país. El paquete del FMI está condicionado a una mayor consolidación fiscal, reformas del muy endeudado sector público, del sector financiero y contención monetaria. Para poder cumplir los objetivos de déficit presupuestario acordados con el FMI, el gobierno se ha visto obligado a adoptar duras medidas destinadas a reducir el gasto público, incluyendo un recorte del 25% en los salarios públicos, un aumento del IVA, que pasa del 19% al 24%, y recortes en los pagos de transferencias. Aunque el nivel de la deuda pública sigue siendo moderado [33% del PIB], los déficits presupuestarios en 2010 [6,4% del PIB] y en 2011 [4,5% del PIB] siguen siendo demasiado altos y el FMI está instando al país a una mayor consolidación fiscal. En particular, las empresas estatales muy endeudadas deben ser reformadas y/o privatizadas, mientras que el gasto del sector público destinado a salarios debe reducirse mediante una bajada de estos y del número de empleados. El entorno general de negocios sigue debilitado El entorno de negocios en Rumanía sigue siendo deficiente, registrándose una alta proporción de actividades informales y una falta de infraestructuras. A pesar de cierto progreso en las reformas, la burocracia y la corrupción siguen siendo obstáculos importantes para hacer negocios en Rumanía. Existe también una necesidad urgente de reformas en los sistemas de pensiones y asistencia sanitaria y en el sector público. La remontada de la economía será moderada, con un crecimiento del PIB del 1,7% este año, al instar el FMI a una mayor consolidación fiscal, para reducir todavía más los elevados déficits presupuestarios, y reformas en el sector público. Como consecuencia de ello, la demanda interna se verá negativamente afectada por medidas de austeridad adicionales. En 2012, la economía rebotará con un crecimiento del PIB real del 3,6% todavía por debajo de su potencial a largo plazo y se prevé que el déficit presupuestario se reduzca hasta el 3,4% del PIB. La inflación se reducirá en 2012 [4,1%] tras el aumento registrado este año [provocado por subidas de impuestos y de los precios de las materias primas]. Fama de excelente pagador a pesar de que existir un riesgo a la baja Tras la brusca caída en 2009 y 2010, se prevé que el actual déficit por cuenta corriente aumente ligeramente en 2011 y 2012, hasta el 4,8% del PIB, gracias a la recuperación de los volúmenes de importación. Hasta la fecha el historial de servicio de la deuda soberana de Rumanía es excelente y el país todavía puede conseguir financiación fácilmente en los mercados internacionales de capital para cubrir el pago de su amortización y déficit por cuenta corriente. La renovación de créditos bancarios, el uso de reservas y fondos del FMI se consideran suficientes para cubrir los amplios déficits de financiación en los próximos años, a pesar de la posición de solvencia relativamente débil [elevado servicio de la deuda]. Sin embargo, el país sigue siendo vulnerable a las crisis externas. El tipo de cambio sigue siendo muy vulnerable a la falta de confianza del mercado y depende también del nivel de confianza en la consistencia de la política económica del gobierno. Un brusca caída del leu volvería a aumentar el riesgo de crédito de las empresas privadas/sector bancario [endeudados en moneda extranjera]. Por lo tanto, la política del banco central debe centrarse en la evolución del tipo de cambio así como en controlar la inflación. |
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