México: profunda recesión en 2009, repunte en 2010

El crecimiento en México se mantendrá, aunque a un nivel más bajo que en 2010: 4,6% en 2011 y 3% en 2012. Se trata de niveles por debajo del promedio regional.
Analisis Credito y Caución
Madrid - 30-ago.-2011

La economía de México sufrió un drástico deterioro a consecuencia de la crisis crediticia y, en particular, de la profunda recesión de Estados Unidos, debido a su estrecha vinculación con el ciclo de actividad en este último país. En 2009, el crecimiento del PIB real cayó un 6,1% en términos interanuales debido al retroceso de las exportaciones industriales [que registraron una caída del 14%], la disminución de las remesas de los trabajadores, una contracción de la liquidez caracterizada por la escasez de créditos bancarios y de financiación externa, y el brote de gripe porcina. La demanda interna también registró una acusada tendencia negativa, con un decrecimiento del gasto de consumo y de la actividad empresarial. Tanto el desempleo como el subempleo aumentaron drásticamente.

A pesar de todo ello, en 2010 México registró una firme recuperación, con un crecimiento de la producción del 5,5%, debido principalmente a un repunte de las exportaciones que aumentaron un 24% en términos interanuales. Esta reversión de la tendencia compensó plenamente las pérdidas de las exportaciones registradas en 2009, al recuperarse la demanda de los Estados Unidos. La demanda interna [inversores privados y consumidores] también se recuperó, aunque no lo suficiente como para compensar la caída del 5% registrada en 2009.

El crecimiento se mantuvo en 2011, con una subida del 4,6% en términos interanuales en el primer trimestre [un 0,52% respecto al trimestre anterior]. En marzo, el crecimiento de la producción industrial se frenó, situándose en el 4,2%, tras los elevados índices de los dos primeros meses del año. En general, las exportaciones crecieron un 24% en los dos primeros meses, mientras que, según la Asociación Nacional de Comerciantes en Automóviles, las exportaciones de vehículos aumentaron un 17,8% en marzo, marcando un máximo histórico de 192.783 unidades. El crecimiento del empleo impulsó la demanda de consumo en el primer trimestre y la inflación se ha reducido en lo que llevamos de año, registrándose en abril una inflación interanual del 3,4%. Según el Ministerio de Economía de México, en el primer trimestre del año, la inversión extranjera directa [IED] aumentó un 10,5% en términos interanuales, situándose en 4.800 millones de dólares estadounidenses, de los que un 85% corresponde a Estados Unidos. A título comparativo, para el conjunto de 2009, la IED cayó hasta los 15.300 millones de dólares, y volvió ha recuperarse, situándose en 18.700 millones de dólares en 2010.

Por lo general, los bancos mexicanos tienen una buena situación en cuanto a capitalización y liquidez y una exposición limitada a los riesgos de cambio. Sin embargo, los bancos están registrando resultados por debajo de su potencial [representando los activos de los bancos sólo un 46% del PIB], lo que limita el crecimiento del crédito, necesario para estimular el consumo privado. La cautela de la política de préstamos también está restringiendo las opciones de financiación de las pequeñas y medianas empresas.

Políticas económicas sólidas

En su conjunto, las políticas presupuestaria y monetaria de México son sólidas, con una posición financiera del sector público aceptable. El déficit presupuestario mejorará, pasando del 3,2% del PIB en 2009 y el 3,4% del PIB el año pasado a un 2% aproximadamente en 2011, mientras que la deuda pública representa el 36% del PIB. Sin embargo, es necesario aplicar de manera urgente una mayor consolidación fiscal para compensar el bajo nivel de ingresos fiscales [México tiene una reducida base fiscal de tan solo el 10%] y la caída estructural de ingresos del petróleo, que representan casi una tercera parte de los ingresos del sector público.

Para asegurar la estabilidad financiera durante la recesión, el banco central de México había inyectado una liquidez considerable en el sistema. A pesar de un índice de inflación por encima de la banda superior marcada como objetivo por el banco central, el tipo de interés de referencia se redujo gradualmente en el primer trimestre de 2009, situándose en el 4,5%, y se ha mantenido en ese nivel desde entonces, lo que contrasta con las demás economías latinoamericanas importantes, como Brasil, que han subido reiteradamente los tipos de interés para luchar contra la inflación. La inflación cayó del 5,3% en 2009 al 4,1% el año pasado, y ha seguido esta tendencia durante 2011, situándose en un nivel mucho más bajo que en otros mercados emergentes importantes como Brasil, China y la India.

La falta de reformas estructurales es un obstáculo a un crecimiento más robusto

A pesar de la solidez de la política económica a corto plazo, la economía adolece de debilidades estructurales. Los insuficientes resultados de las reformas siguen siendo un obstáculo a la eficiencia económica y al crecimiento del PIB a largo plazo. El gobierno, en minoría, necesita el apoyo de la oposición para la aprobación parlamentaria de las reformas y, aunque los principales partidos de la oposición están cooperando por lo que respecta a cambios menores, no están dispuestos a dar su apoyo a reformas estructurales vitales, como la flexibilización de la legislación laboral, un mejora de la legislación fiscal y una reducción de la regulación gubernamental.

El sector de la energía, en particular, necesita una revisión en profundidad. Mientras que el Senado mexicano concedió, en octubre de 2008, una mayor autonomía financiera y de gestión a la compañía nacional de petróleos, la reforma en profundidad del sector petrolero sigue siendo el problema más acuciante, debido a la caída de la producción [ver más adelante] y al hecho de que el petróleo representa más del 30% de los ingresos fiscales.

México es el sexto mayor productor de crudo del mundo, pero las reservas comprobadas se han reducido de 34.000 millones de barriles a 14.000 millones desde 1998, y sólo durarán 10 años más. La producción actual ha caído de 3,4 millones de barriles al día [b/d] en 2004 a 2,5 millones b/d y se prevé que siga cayendo hasta los 2,1 millones b/d en 2015.

Aunque se supone que los yacimientos de petróleo offshore son dos veces mayores que los yacimientos en tierra, la compañía nacional de petróleos no dispone en la actualidad del know-how y de los recursos necesarios para invertir en exploración y producción, debido principalmente a que un 90% de sus ingresos revierten en el presupuesto del Estado. Por consiguiente, la compañía necesita autorización para cooperar con inversores extranjeros para la exploración conjunta, el refinado y la distribución, lo que sigue suscitando una intensa oposición política. El principal obstáculo es el hecho de que la constitución de México establece que el sector del petróleo debe mantenerse bajo control del Estado.

La caída masiva de las importaciones y las exportaciones en 2009 se vio plenamente compensada por el fuerte repunte del comercio exterior en 2010, manteniéndose el balance por cuenta corriente más o menos invariable. Los déficits por cuenta corriente se financian fácilmente mediante importaciones de capital, en particular IED, y la entrada de capitales de cartera a corto plazo. Tras una depreciación muy importante en 2009, el peso mexicano volvió a apreciarse en 2010 y subió más de un 5% frente al dólar estadounidense a principios de 2011.

Los esfuerzos en materia de reformas siguen siendo demasiado lentos

A más de un año de las próximas elecciones presidenciales y legislativas en julio de 2012, México se prepara para un cambio en el poder. Parece probable que el partido de centro derecha actualmente en el gobierno será desplazado por el partido que gobernó México durante décadas antes de perder el poder en el año 2000.

Entretanto, no parece probable que la administración obtenga la aprobación necesaria por parte de la oposición para llevar a cabo más reformas económicas estructurales. Por lo tanto, los deficientes resultados de México en lo que atañe a reformas esenciales no cambiarán antes de que asuma el poder un nuevo presidente/gobierno y se constituya el nuevo Congreso el año próximo.

El crecimiento se mantendrá, aunque a un nivel más bajo que en 2010 [4,6% en 2011 y 3% en 2012]. Sin embargo, el crecimiento estructural del PIB se mantendrá por debajo del promedio regional debido a determinados factores desfavorables: deficiencia de las infraestructuras, insuficiencia en materia educativa, corrupción y falta de reformas estructurales. La inflación volverá a aumentar en el segundo semestre de este año y en 2012. El mayor riesgo para México sigue siendo una desaceleración potencial de la todavía frágil economía de Estados Unidos.

La política monetaria de México debe encontrar el equilibrio adecuado en los movimientos de los tipos de interés para frenar índices de inflación estructuralmente altos y el mantenimiento, al mismo tiempo, de la posición competitiva del país. Mientras que unos tipos de interés altos contribuirán a contener la inflación y a atraer capitales de cartera a corto plazo, provocando una apreciación de la moneda, un peso demasiado fuerte puede perjudicar la competitividad de las exportaciones de México frente a otros mercados emergentes.

Liquidez y solvencia estables a pesar de algunos riesgos

Los indicadores de solvencia y de liquidez se mantendrán estables. Se prevé que los actuales déficits por cuenta corriente vuelvan a aumentar en 2011 y en 2012, al tiempo que la entrada de IED compensará ampliamente dichos déficits. Sin embargo, si se mantiene la escalada de violencia interna, los flujos de IED y el conjunto del entorno de negocios en México se verán afectados negativamente. Otro factor que debe ser objeto de seguimiento es el comportamiento de los capitales de cartera a corto plazo, invertidos en activos mexicanos, que pueden retirarse o revertirse fácilmente. No obstante, incluso en el peor de los escenarios, el país debería ser capaz de salir adelante sin grandes problemas financieros.

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