En 2008 y 2009, las insolvencias de las empresas en el Reino Unido registraron un aumento interanual espectacular del 24,2% y el 22,8% respectivamente. Sin embargo, desde el año pasado, las quiebras de mercantiles han empezado a caer de forma significativa, lo que es consistente con la recuperación de la estabilidad económica y con una estabilización de las condiciones del mercado crediticio. En el tercer trimestre de 2010, el número de insolvencias en Inglaterra y Gales se redujo un 13,9% interanual y un 2,2% en relación con el trimestre anterior, situándose en 3.974 casos. Crédito y Caución prevé que, en el conjunto de 2010, se registre una caída del 15% en términos interanuales. Para este año, Crédito y Caución prevé una nueva caída en este ámbito, aunque esta vez más moderada, del 5%, lo que indica un ajuste gradual que se aleja del insólito alto nivel registrado en 2009. Sin embargo, al preverse unas 15.000 insolvencias en 2010, el número seguirá siendo muy superior a los 12.500 casos registrados en 2007 antes de la recesión. En diciembre de 2010, la frecuencia media prevista de impagos de las empresas británicas del panel continuó la tendencia a la moderación de los últimos meses, al caer ocho puntos básicos en relación con la cifra del mes de noviembre, situándose en 61 puntos básicos. Crédito y Caución aprecia de forma global una reducción de 30 puntos básicos a lo largo de 2010, alcanzando así la frecuencia prevista de impagos de las empresas su nivel más bajo en un periodo de más de dos años. Esta recuperación se debe principalmente a una subida en el precio de los valores, así como a la reducción simultánea de la volatilidad del mercado. No obstante, a pesar de esta recuperación general, los niveles actuales de las condiciones de impago se sitúan muy por encima de su media a largo plazo, afrontando las empresas británicas del panel riesgos de impago significativamente mayores que en años anteriores. Principales datos económicos En el tercer trimestre de 2010, el Producto Interior Bruto del Reino Unido creció un 0,7% intertrimestral [2,7% interanual] después de haber crecido un 1,1% en el segundo trimestre de 2010. Sin embargo, según una estimación preliminar de la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido [ONS], en el cuarto trimestre de 2010 el PIB cayó un 0,5% en relación con el trimestre anterior al verse afectada la producción por condiciones meteorológicas adversas. La producción en el sector de la construcción bajó un 3,3%, y la del sector servicios, que supone un 75% del PIB británico, cayó un 0,5%. La productividad en servicios empresariales y en el sector financiero acusó una caída del 0,7%, tras haber registrado un crecimiento cero en el tercer trimestre, mientras que la producción en el sector de manufacturas continuó aumentando [1,4%], siendo así el sector que más aporta al crecimiento. La caída del PIB en el cuarto trimestre supone toda una sorpresa, ya que las predicciones indicaban que en ese trimestre se produciría un aumento de cerca del 0,5% en relación con el tercer trimestre. En su conjunto, se prevé que el PIB británico crezca un 1,4% interanual en comparación con estimaciones anteriores que oscilan entre el 1,7% y el 1,8%. Las estimaciones del PIB para 2011 varían dependiendo de la fuente de información, pero en general se prevé un crecimiento continuado, aunque a un ritmo más lento. Las predicciones independientes prevén un crecimiento medio en torno al 2%, aunque la OCDE ha pronosticado recientemente un aumento del 1,7%. Como consecuencia de la crisis crediticia y las inversiones del gobierno en medidas de estímulo, el déficit fiscal aumentó, situándose en el 10,1% del PIB en 2010, con un aumento significativo de la deuda pública desde 2009. El objetivo del gobierno es recortar el déficit fiscal al 1,9% del PIB antes de 2015 para evitar la animosidad de los mercados financieros internacionales. Las amplias medidas de austeridad están diseñadas para ahorrar 80.000 millones de libras esterlinas y aportar otros 30.000 millones antes de 2015. Durante este proceso se perderán más de 300.000 puestos de trabajo en el sector público, pero el gobierno cree que el repunte del sector privado servirá para compensar esta situación. Sin embargo, existe presión en el gobierno para que suavice su ajuste fiscal. Por ejemplo, Sir Richard Lambert, director saliente de la Confederación de la Industria Británica [CBI], advirtió recientemente de que los recortes del gasto podrían exacerbar la situación al ahogar la demanda, y que en realidad hace falta establecer una estrategia para el crecimiento capaz de reducir el déficit presupuestario e impulsar la demanda. Aunque el crecimiento se redujo, las presiones inflacionarias aumentan. A lo largo de 2010, la inflación de los precios de consumo se situó por encima del 3% [excediendo el objetivo del Banco de Inglaterra del 2%], y, de hecho, aumentó hasta el 3,7% en diciembre de 2010 en relación a un 3,3% en el mes de noviembre. Esta subida fue consecuencia de los altos precios de los productos alimentarios y el combustible, ya que el precio de la gasolina superó en diciembre su máximo histórico de mayo, y el del gasóleo sigue la misma tendencia alcista. Se prevé que los precios de consumo aumenten todavía más hasta el 4%-5% en los próximos meses debido a la subida del IVA del 17,5% al 20% que se introdujo en enero para hacer frente al déficit presupuestario. No obstante, el Banco de Inglaterra sigue manteniendo el tipo de interés de referencia en el 0,5%, esperando así que la inflación baje de forma considerable a lo largo del año. El Banco de Inglaterra todavía quiere mantener su política monetaria de bajos tipos de interés ya que esto ayuda a mitigar los efectos del ajuste fiscal. El crecimiento del consumo privado cayó al 0,3% intertrimestral en el tercer trimestre, después de un buen resultado en el trimestre anterior. Sin embargo, fue un 2% superior al del tercer trimestre de 2009. Según el Consorcio Minorista Británico/Indicador de precios del consumo KPMG, el volumen de las ventas minoristas se redujo un 0,3% interanual, en términos comparables, en diciembre de 2010 [en diciembre de 2009 había aumentado un 4,2%]. Las ventas totales aumentaron un 1,5% [frente a una subida del 6% de diciembre de2009], pero este crecimiento se produjo por el incremento de la superficie comercial. Este resultado tan decepcionante se puede atribuir no solo a las condiciones meteorológicas adversas de diciembre sino probablemente también a la alta inflación. Mientras el crecimiento de las ventas de productos alimentarios solo se ralentizó ligeramente, en el cuarto trimestre de 2010 el sector no-alimentario acusó una caída del 0,8% interanual, reflejando la incertidumbre de los consumidores respecto a las perspectivas de empleo e ingresos, lo que no favorece un aumento del consumo. Crédito y Caución prevé que se produzca una presión adicional en el gasto de los hogares debido al aumento de la inflación producida por la subida del IVA, la subida del precio de los combustibles, el ajuste fiscal y el índice de desempleo también en alza. Según la Oficina Nacional de Estadísticas [ONS], en el período de los tres meses anteriores a noviembre, el desempleo en Gran Bretaña aumentó un 0,2% [49.000] respecto al trimestre anterior hasta el 7,9% situándose en 2,5 millones, debido principalmente a la pérdida de puestos de trabajo en el sector público como consecuencia de los recortes del gasto público. Por lo tanto, no resulta sorprendente que la confianza del consumidor cayera a lo largo de 2010 y siga deprimida, reflejando así la incertidumbre respecto a la productividad económica y la situación del empleo. Sin embargo, desde mediados de 2009, en el sector de manufacturas la confianza empresarial se ha recuperado de manera generalizada. Tras una caída del 10,7% en 2009, la producción manufacturera ha registrado desde entonces índices de crecimiento positivos todos los trimestres. En su conjunto, creció un 3,8% interanual en 2010, mientras que el sector servicios registró un aumento del 1,2%. El sector de manufacturas es también el principal indicador del comportamiento de las exportaciones británicas, mostrando las últimas cifras disponibles que la exportación de mercancías aumentó un 12,2% interanual entre enero y septiembre de 2010, frente a una subida de tan solo el 0,8% en la exportación de servicios. El sector manufacturero británico ha aprovechado el débil tipo de cambio de la libra esterlina y, según la Oficina Nacional de Estadísticas [ONS], el volumen de exportaciones de mercancías [sin incluir el petróleo y artículos irregulares, como aviones, que podrían alterar las cifras] aumentó un 3,4% en noviembre de 2010 en relación con el mes anterior, mientras que las importaciones aumentaron un 0,3%. Sin embargo, el déficit global en el comercio de bienes y servicios aumentó hasta situarse en 4.100 millones de libras esterlinas en noviembre, creciendo las importaciones más que las exportaciones. Es probable que las exportaciones contribuyan a mantener el crecimiento económico en 2011, ya que las empresas británicas piensan aprovechar las oportunidades de negocio en los mercados emergentes. Habida cuenta de la ralentización del crecimiento en la Eurozona, es todavía más importante que aumente significativamente el 7% del comercio del Reino Unido que hoy en día se canaliza a los principales mercados emergentes [China, Brasil, Rusia, México, Indonesia y Turquía]. Dejando al margen las exportaciones, Crédito y Caución prevé que la inversión empresarial continúe creciendo. Las empresas ya han aumentado sus inversiones de capital hasta el 8,9% interanual entre enero y septiembre de 2010 , lo que augura un aumento de la inversión empresarial este año. |
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