La cultura de negocios del helvético tiene una clara influencia germana. Empresarios y técnicos, banqueros y funcionarios observan las reglas de forma estricta, porque se entiende que romperlas no es sinónimo de creatividad y, por tanto, resulta una falta de consideración. Nada que ver con la transgresora alegría latina. El orden es el orden. Una relación puede comenzar con una sonrisa pero nunca con un chiste. Al menos a los suizos no les parece que esta sea la vía más adecuada si se desea alcanzar un acuerdo. El humor suizo no es precisamente famoso, así que en los negocios, bromas, las justas. La seriedad y la formalidad como principios de comportamiento en los negocios alcanza su máxima expresión con la puntualidad. Son escrupulosos en este aspecto debido a su gran espíritu de sacrificio. No olvide que trata usted con trabajadores incansables y altamente productivos, con jornadas laborales de hasta 45 horas semanales. Los modales y las reglas comunes del protocolo son inviolables. Discretos en la expresión de sus emociones, los suizos hacen gala de su austeridad en forma, arreglo y propiedades. En las entrevistas y reuniones de negocios se recomienda no llamar la atención con atuendos extravagantes. Nada de colores tropicales; está usted en el corazón de Europa, mejor pasar inadvertido en este aspecto. Y mucho menos hablar en voz alta: es de mala educación. En general, prefieren el perfil bajo para negociar. Son multiculturales y dominan varias lenguas pero el idioma de los negocios es el inglés, si bien agradecen de sus interlocutores el uso de alguna palabra en alemán o, si se conoce el origen, también de su dialecto. Pero sin pasarse, pues el suizo en esto es muy similar al germano: le gusta hablar menos y hacer más. Uno de sus proverbios rotundos señala que `las palabras son enanos, los ejemplos son gigantes´. El suizo es cauto y resolutivo, toma todas las precauciones del mundo, siempre ha sido así y su cultura no va a cambiar de la noche a la mañana. Como buenos empresarios que están empleando tiempo en una negociación con usted nunca regateando los suizos quieren ganar dinero. Y se muestran muy inclinados a ahorrar antes que a consumir alegremente y menos a derrochar. Así que ya sabe, el suizo es un duro negociador pero muy serio. |
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