En 2009, el PIB de Hungría se contrajo un 6,3%, afectando la disciplina presupuestaria a los sectores orientados a la demanda doméstica, mientras que las exportaciones industriales sufrieron como consecuencia de la crisis de la Eurozona. Se inyectó un paquete masivo de emergencia de 25.800 millones de dólares, aportados por la UE y el FMI, para apoyar el florín húngaro, y Hungría mermó considerablemente las reservas internacionales. La consolidación fiscal controlada por el FMI permitió una reducción del déficit fiscal, que pasó de un máximo histórico del 9,4% del PIB en 2006 al 3,9% del PIB en 2009, gracias a las medidas de austeridad introducidas, que reducen todavía más el gasto público y suben los impuestos, en particular el IVA. Sin embargo, la deuda pública, medida en términos porcentuales respecto al PIB, ha aumentado. El PIB de Hungría se recuperó modestamente en el primer semestre de 2010 [el crecimiento interanual del PIB fue del 0,2% en el primer trimestre y del 0,8% en el segundo trimestre]. Mientras que la producción manufacturera orientada a la exportación aumentó un 12,1% en el segundo trimestre, la producción de la construcción [-14,1%] y de la agricultura [-13,6%] cayó, en el caso de la agricultura debido a las condiciones meteorológicas adversas. En los ocho primeros meses de este año, tanto las exportaciones como las importaciones aumentaron en términos de valor en euros, un 22% y un 19% respectivamente, debido principalmente a un aumento de los volúmenes de las exportaciones y las importaciones de equipos y maquinaria industrial general, aparatos y maquinaria eléctricos, así como vehículos de carretera, que sumados representan la mitad de las importaciones de Hungría y dos quintas partes de sus exportaciones. Durante este período, se registró un superávit comercial de 3.400 millones de euros, frente a los 2.000 millones registrados entre enero y agosto del año pasado. Sin embargo, la demanda doméstica sigue siendo muy débil, habiendo caído el gasto del consumo de los hogares un 4,9% en el segundo trimestre. La contracción del sector de la construcción persiste, registrándose una caída de la producción del 12,3% interanual en los siete primeros meses de 2010. Si bien los resultados se mantendrán en niveles bajos en lo que queda de año, se prevé una ligera recuperación en 2011. El número de insolvencias en el sector de la construcción se ha reducido desde julio de 2010, cuando alcanzó un máximo de 393 casos. Sin embargo, al mismo tiempo, el número de nuevas empresas creadas es también muy alto [467 en agosto], lo que parece sugerir que el sector de la construcción sigue siendo la opción preferida de los empresarios que dejan atrás empresas quebradas o endeudadas. En 2009, las empresas húngaras sufrieron debido a la reticencia de los bancos a conceder créditos. Tras cierta mejora en las condiciones de los préstamos a principios de 2010, Crédito y Caución prevé que los préstamos bancarios se endurezcan y sean más caros de nuevo en 2011, debido al nuevo impuesto aplicado a la banca. Cuando esto ocurra, las entidades financieras endurecerán las condiciones de crédito o repercutirán la carga del impuesto a sus clientes. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas deberían poder acceder a préstamos de fuentes públicas más fácilmente que en el pasado, gracias al nuevo Plan Széchenyi [un plan de acción del Gobierno que consta de 29 puntos destinado a impulsar la economía], que supuestamente proporcionará 1 billón de florines húngaros en préstamos procedentes tanto de ayudas de la UE como de fondos nacionales. Bajo nivel de moral de pagos y aumento de las insolvencias La morosidad prevalece en todos los sectores, incluyendo los compradores públicos, como los municipios y los ministerios. Destacan en particular, con una importante morosidad, los sectores de la construcción y del transporte. Las insolvencias de empresas aumentaron casi un 30% interanual en 2009. Esta tendencia se ha mantenido en 2010, con más de 13.000 casos registrados en los tres primeros trimestres. Crédito y Caución prevé que las insolvencias sigan aumentando en los próximos meses, siendo las principales víctimas los sectores de la construcción, la alimentación, los bienes de consumo duraderos, TI y minorista. Tras un crecimiento moderado en el primer semestre de 2010, los expertos no prevén una aceleración significativa en el segundo semestre. Las actuales previsiones del FMI apuntan a un crecimiento del PIB del 0,6% este año y del 2% en 2011. El crecimiento de la producción industrial sigue estando impulsado por la demanda externa, al beneficiarse los exportadores húngaros del significativo repunte de Alemania. Es poco probable que el Gobierno cumpla su objetivo de déficit fiscal del 3,8% en 2010, lo que, sumado al insostenible endeudamiento de Hungría, es una importante fuente de contención de los donantes internacionales, como el FMI y la UE. La Administración se niega a negociar un nuevo acuerdo de emergencia con el FMI, aduciendo que no puede imponer nuevas medidas de austeridad para cumplir los rigurosos objetivos de déficit presupuestario establecidos para 2011. Esta postura podría generar un sentimiento adverso de los mercados financieros pero, en el lado positivo, el Gobierno cuenta ahora con un amplio apoyo de la opinión pública, lo que le permite impulsar reformas económicas decisivas, reduciendo de este modo el déficit público. |
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