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Smart Contracts: qué son y para qué sirven

Gracias a blockchain, programas informáticos ejecutan automáticamente los términos de un contrato cuando se cumplen las condiciones preestablecidas.

Antonio Gallardo
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La aparición de blockchain ha generado nuevas posibilidades en el campo de las finanzas y la gestión de contratos. Su capacidad para agrupar datos en bloques, enlazados y cifrados para proteger su integridad, es aplicable no solo a las divisas digitales, donde es más conocido, sino al campo de la seguridad, la gestión de identidad y las cadenas de suministro, debido a su transparencia y seguridad ante falsificaciones.

De la mano del blockchain hay otro concepto clave, los smart contracts. Estos no son contratos en el sentido tradicional, documentos escritos o digitalizados, sino programas informáticos que ejecutan automáticamente los términos de un contrato cuando se cumplen las condiciones preestablecidas. Esto conlleva que tanto su naturaleza, su funcionamiento y sus aplicaciones actuales y potenciales tengan un gran interés.

 

¿Qué son los smart contracts?

Los smart contracts son scripts o protocolos informáticos que cumplen diferentes funciones entre las que destaca verificar el cumplimiento de un contrato de manera automática y ejecutar sus cláusulas si se está cumpliendo, especialmente ordenando transacciones.

Están basados en la tecnología blockchain y por tanto van asociados a un registro compartido, es decir, a una gran base de datos que está replicada en varios sitios, llamados nodos. Esta descentralización conlleva que sea muy complicado su modificación maliciosa, ya que para hacerse con ella deberían atacar todos los nodos en donde está albergada y no solo un servidor. Permite guardar y compartir datos e información de cualquier tipo de una forma mucho más segura. 

 

Características de los smart contracts

Los smart contracts se benefician de una tecnología que le proporciona ventajas importantes a la hora de realizar transacciones: 

 Automatización ya que, una vez que se programa el script y se valida dentro de blockchain, el smart contract opera sin necesidad de intervención humana. Esto reduce los recursos necesarios, especialmente a la hora de comprobar y validar cumplimientos y transacciones, y además reduce los riesgos de errores.

Fácil distribución, ya que la tecnología blockchain permite facilitar su transmisión a todo tipo de clientes, en cualquier lugar y momento y de forma transparente.

Inmutabilidad del contrato inteligente que, una vez implementado no puede ser modificado. Ninguna de las partes que interviene en el contrato pueda alterarlo una vez se haya llegado a un acuerdo.

 

Funcionamiento de los smart contracts

Todas estas ventajas se pueden trasladar a muchas facetas del mundo de las finanzas, los seguros e incluso de los contratos de energía, especialmente en contextos de reglas definidas, como cuando hay que pagar una indemnización de un contrato cuando se den determinadas condiciones. Estos son algunos ejemplos: 

Finanzas al facilitar las transacciones financieras eliminando intermediarios en procesos como préstamos, emisiones de deuda o gestión de productos derivados como elementos de protección.

• Propiedad intelectual gestionando de forma automática pago de derechos y royalties. 

Sistemas de voto electrónico y consejos de administración, consiguiendo asegurar procesos transparentes y seguros, incluso cuando se hacen a distancia.

Contratos de seguros reduciendo las posibilidades de fraude, ofreciendo procesos más transparentes, inalterabilidad de los contratos y reducción de los intermediarios.

 

Límites y retos de los smart contracts

Los smart contracts no están exentos de retos:

• Siguen existiendo problemas de regulación y aplicación legal de los contratos inteligentes en muchos países, lo que conlleva muchas veces que su puesta en práctica esté supeditada al desarrollo de normativa.

• Dependencia de los denominados oráculos, los sistemas o servicios que proporcionan información externa a los smart contracts y que permiten que estos se ejecuten.

Vulnerabilidades informáticas, especialmente errores de código que pueden ser explotados causando pérdidas financieras. 

 

El futuro de los smart contracts

El futuro de los smart contracts se antoja muy prometedor, especialmente gracias al avance y las mejoras tecnológicas, especialmente de blockchain y el interés de determinados sectores económicos. Las distintas autoridades, nacionales o supranacionales, como la Unión Europea, ya están trabajando a la hora de crear el marco regulatorio necesario para su desarrollo seguro y legal. 

Su puesta en práctica es aún limitada. En muchos casos no pasa de la teoría o en la mejor de las situaciones de pruebas piloto. Sin embargo, los smart contracts ofrecen un importante potencial a largo plazo, vinculado a facilitar transacciones seguras, transparentes y automáticas a medida que se superen desafíos técnicos y legales que implica su adopción.

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