Muchos expertos, incluyendo premios Nobel como Stiglitz, están publicando libros en los que replantean el sentido del capitalismo. ¿Qué cambios hacen falta para construir una sociedad más justa?
Hay que ir más allá de un modelo económico simple en el que todo el mundo está bien informado, los mercados se mueven con libertad, las personas son racionales y no interfiere ningún Gobierno. Esto no sucede. En los últimos 30 años, hay por lo menos seis o siete premios Nobel de Economía que explican por qué no trabaja bien el mercado. También existe la constatación de que los Gobiernos y los mercados deben cooperar de forma más estrecha. Políticas cómo la globalización han demostrado sus aciertos y sus fallas. Los países quieren que las cadenas de suministro estén en naciones amigas. No recurrir a China o Rusia, con las consecuencias que hemos visto.
En principio el Estado de Bienestar iba a ser una barrera contra la inequidad. Pero no es así. ¿Qué ocurre?
La desigualdad sería incluso más extrema sin ese Estado de Bienestar. La inequidad resulta muy diferente dependiendo de cada país. En Estados Unidos es superior a las naciones de la Europa continental. Y en mi país, el Reino Unido, hay personas durmiendo en la calle, lo cual resulta inaceptable en una tierra rica. Para enfrentar este problema necesitamos un Estado de Bienestar más generoso. También una mayor contribución fiscal de las empresas y del impuesto de sucesiones. Una familia adinerada no puede vivir durante décadas ajena a contribuir.
Durante bastantes años hemos dado por asumido que el crecimiento económico iba ligado a una sociedad democrática. Pero países autoritarios, como China o Singapur, demuestran lo contrario. ¿Cómo lo analiza?
Si quieres tener un gran crecimiento económico necesitas eficiencia, capital, un buen Gobierno y unos mercados privados eficaces. Esta mezcla se puede conseguir a través de diferentes tipos de Gobierno. Pero no necesitan ser democráticos. Singapur es una rara historia de éxito gracias a una acción gubernamental justa y el desarrollo económico. Tiene una economía boyante sin democracia. Algunas personas dirán que valoran más la libertad que lo rico que seas. Sin embargo, conviene recordar que en una sociedad, a medida que se enriquece, la presión por los derechos democráticos resulta, cada vez, más fuerte.
El cambio climático podría provocar que muchas personas no puedan asumir las primas del seguro de, por ejemplo, sus casas ante el riesgo de inundaciones, incendios, maremotos…
Si la pregunta se refiere al seguro privado, la respuesta es sí: la gente no podrá permitirse uno, al menos con la misma probabilidad, y las aseguradoras restringirán la cobertura. La raíz del problema es que el asegurador puede cubrir un riesgo personal pero no un shock catastrófico como consecuencia del cambio climático. Puedes asegurar tu maleta en un vuelo Madrid-Londres y que se pierda. Se extraviará junto a la de otros viajeros del mismo trayecto. Pero resulta manejable para la compañía aérea y la aseguradora. En resumidas cuentas, sólo el Gobierno puede ayudar a paliar el impacto de un problema de esas dimensiones. Es el último recurso para cubrir lo inesperado, como ocurrió durante la pandemia de covid-19.
Pese a las dificultades, ¿las aseguradoras parecen cada vez más importantes en un planeta con tantas tensiones geopolíticas y tan inciertas?
La distinción entre riesgo -distribución de probabilidad de los resultados conocida- e incertidumbre -distribución de probabilidad no tan bien conocida- resulta fundamental. La raíz del problema es que un seguro clásico puede cubrir un riesgo individual pero no un shock, cada vez más habitual, como es el cambio climático. Tampoco le es posible respaldar la enorme incertidumbre generalizada: económica, Oriente Próximo, crisis del clima (de la que ignoramos su duración y sus consecuencias reales) o la inteligencia artificial.
¿Qué necesita el sur de Europa para que el sistema de pensiones sea sostenible? ¿Trabajar más años?
El envejecimiento de la población tiene dos vías. Una es que las personas viven más tiempo y necesitarán trabajar más años. Y la segunda es el declive de la fertilidad. Esto significa que en el futuro la fuerza laboral será menor y la respuesta pasa porque cada trabajador sea más productivo. Resulta necesario aumentar el nivel de ahorro de cara a financiar una mayor inversión en capital físico y humano.
Los medicamentos cada vez son más efectivos y mejores. Pero a la vez son más caros pensando en países que responden con un sistema sanitario público como España o el Reino Unido. ¿Cómo se pueden seguir manteniendo cuando los déficits de los Estados crecen continuamente?
Racionalizar el sistema sanitario es el elefante en la habitación. Hace muchos años un médico me dijo: podría dedicar todos los ingresos del país a la atención sanitaria. Si le pregunto cuánto dinero se gasta España en comida seguramente no sabrá la respuesta. Se gasta lo que se gasta. Pero aunque los políticos y la ciudadanía no quieran darse cuenta, la subida del gasto sanitario ya está aquí. Es una realidad. No hay país en el planeta que pueda financiar todo a todo el mundo. Existe una excepción: si eres millonario y vives en Estados Unidos. Es un enorme problema que ninguna nación está enfrentando de verdad.
Talento es una de las palabras de moda. Vemos una competición global por conseguirlo. ¿Quiénes serán los ganadores?
Aquellos países que hagan el mejor trabajo en términos de inversión en capital humano. Es cantidad, calidad y disponibilidad a lo largo de todos los grupos socioeconómicos. A las personas les gusta vivir en lugares agradables: Madrid y Londres lo son. Ahora hay mucha inquietud, aquí, por la propuesta de subir los impuestos a los extranjeros ricos. Algunos creen que se marcharán. Yo no. Porque les gusta la ciudad y su forma de vida. Atraer el talento conjuga un buen sitio para establecerse, criar a tus hijos, un sistema educativo de garantías…
Borges escribió: “Le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir”. ¿Los que atravesamos pasarán pronto?
Cuando le pidieron al famoso economista William Baumol que hiciera una predicción sobre el mañana contestó: “El futuro está por llegar”. No se puede predecir bien en tiempos de incertidumbre. Nadie imaginaba la pandemia, que Putin invadiría Ucrania o la situación en Oriente Próximo. Estos tiempos pasarán, pero no soy optimista acerca de “pronto”.
Crédito y Caución, editora de Prisma magazine, es una de las mayores aseguradoras de crédito del mundo. ¿Cómo se relaciona la idea de estos seguros con sus teorías?
Lo comentaba anteriormente. Las compañías privadas que cubren riesgos tienen una dificultad añadida en tiempos de incertidumbre. Es difícil cubrirla. Evidentemente tendrán que subir el coste de sus primas. Pero solo los gobiernos pueden ofrecer protección frente a las grandes inseguridades.