Observatorio

Cinco megatendencias: el negocio de lo que va a suceder

Tecnología, demografía, salud, clima, consumo… las grandes fuerzas transformadoras que ofrecen un potencial de negocio.

Juan Pablo Zurdo
Megatendencias

¿Invertiría en una empresa de carne sintética? Ya existe una compañía en Israel que, a partir de una muestra de tejido muscular natural fabrica carne equivalente a 50 cerdos. Su producción consume un 90% menos de agua, emite un 93% menos de CO2 y no contiene grasas saturadas ni antibióticos. Su nacimiento responde a un contexto: la población crece deprisa, se dispara la demanda de proteína animal, pero producirla implica un impacto ambiental que la sociedad rechaza mientras tiende a consumir más productos ecológicos. 

En un mundo de cambio acelerado es difícil anticipar escenarios a décadas vista, pero contamos con la certeza de que las megatendencias continuarán: factores tecnológicos, económicos y sociales capaces de transformar para siempre el mundo, la vida de todas las personas y los planes empresariales. No es que vayan a suceder seguro, es que ya están aquí.  Son un terreno sólido para anclar predicciones en torno al que surgirán empresas pioneras capaces de consolidarse y reinvertir beneficios antes de que le salgan competidores.

Por consenso, se suele hablar de cinco megatendencias: disrupción tecnológica; cambio climático y sostenibilidad; evolución demográfica global; preocupación por la salud y el bienestar; y nuevos hábitos de consumo. Se trata de macrosectores que se subdividen en otros también pujantes. Por ejemplo, la disrupción tecnológica abarca desde la inteligencia artificial o la nube a la nanotecnología, la computación cuántica, la robotización o el hidrógeno. En cambio climático podríamos incluir la transición energética renovable o el autoconsumo; en demografía, la natalidad disparada en unos países, el envejecimiento en otros, o el mayor poder adquisitivo de los mayores; en salud, la disrupción del ARN mensajero en vacunas contra el sida, el cáncer o las enfermedades coronarias; y en cambio de hábitos, el e-commerce imparable, que ya usa el 47% de la humanidad, o la personalización masiva de productos. 

Los estudios de megatendencias son bastante coincidentes en estas cinco tendencias, pero hay otras. La ONU incide en la urbanización: en 2050 dos terceras partes de los habitantes del planeta vivirán en ciudades y megaurbes. Otros en el desarrollo económico de los mercados emergentes, sobre todo en Asia, que supondrán el 80% del crecimiento global y el 85% del consumo.
 
Todas estas revoluciones tienden a acelerarse y recibirán una financiación creciente a través de índices bursátiles especializados. Aumentarán los estímulos para la creación y reinvención de empresas en torno a ellas. Y este es precisamente el quid de la cuestión. Las megatendencias marcarán el paso a toda la economía y por lo tanto a la rentabilidad, adaptación y supervivencia a medio y largo plazo. Por ejemplo, la automatización y la inteligencia artificial dejará fuera de juego a muchos negocios, pero en Estados Unidos, según Forrester, crearán casi el 10% de los nuevos puestos de trabajo de 2025.

Las compañías en torno a estas macrotendencias están obligadas a evolucionar rápido. Y las que no trabajan directamente en ellas, también: pueden subirse a la ola planificando su modelo de negocio hacia el suministro de productos y servicios para esas otras firmas en el core de las megatendencias. Se trata de prever la evolución de una demanda para anticipar la oferta precisa, como siempre. La diferencia es que ahora se debe hacer a bastante más velocidad. El factor tiempo resulta crítico porque la competencia es global. 
 

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