
El seguro de crédito es una de las herramientas de gestión de riesgos más utilizadas por las empresas para asegurar sus cuentas comerciales por cobrar y protegerse de los efectos devastadores que provocan las pérdidas causadas por la insolvencia o el impago de sus clientes. Su cobertura está disponible tanto para clientes de su mercado doméstico como a la exportación. También se conoce como seguro de crédito comercial o seguro de crédito a la exportación.
Las empresas también utilizan el seguro de crédito para mejorar su acceso a la financiación, amparándose en las mejores garantías de cobro de sus facturas pendientes, explorar nuevos mercados con seguridad, mejorar sus condiciones de crédito e incrementar su prospección de nuevos clientes.
¿Puede su empresa permitirse un impago?
Por muy metódica que sea la gestión del riesgo de crédito de una empresa, sus clientes pueden dejar de pagar las facturas. Según los datos de la Comisión Europea, una de cada cuatro quiebras que se producen en la Unión Europea está derivadas del impacto de la morosidad de los clientes. En un entorno global e incierto contratar un seguro de crédito mantiene protegidas las cuentas por cobrar de clientes en cualquier mercado del mundo.
¿Cómo funciona el seguro de crédito?
El seguro de crédito es utilizado por empresas de todos los tamaños para proteger su comercio nacional e internacional. La principal función del seguro de crédito es la protección de la tesorería frente al riesgo de impago de los intercambios comerciales. Su funcionamiento sigue los siguientes pasos:
1. Acuerde las condiciones iniciales de crédito con su cliente
Su aseguradora de crédito analizará el riesgo de impago de las ampliaciones o nuevas líneas de crédito comercial que desee conceder a sus clientes o potenciales y emitirá una clasificación en base a la información financiera o de comportamiento en pagos de la que disponga sobre el deudor. La empresa asegurada conoce en todo momento las líneas que puede conceder a cada cliente amparadas por el seguro de crédito frente a un posible impago.
La clasificación emitida por la aseguradora no es solo un elemento de protección. Es también valorada por las empresas aseguradas como orientación de su propia gestión del riesgo para ajustar sus operaciones, solicitando garantías adicionales al cliente u ofreciendo condiciones de crédito más ventajosas.
2. Comercie con confianza
Continúe con su actividad habitual. Las líneas de crédito comercial amparadas por el seguro de crédito se renuevan para la ejecución de nuevos pedidos tan pronto como se liquidan los anteriores. Su aseguradora de crédito le comunicará cualquier cambio que pueda producirse en las líneas, derivado de un empeoramiento del riesgo de crédito de su cliente, que solo afectará a las futuras operaciones, pero no a las pendiente de cobro.
La presencia directa y la cuota de mercado que su aseguradora tenga en los mercados en los que opera son elementos clave que refuerzan su disponibilidad de información sobre sus clientes para prestar una adecuada vigilancia a la evolución de su riesgo de crédito.
3. Gestione su factura impagada
Cuando un cliente no hace frente a su factura en el plazo acordado, la empresa asegurada tiene la posibilidad de concederle distintas prórrogas contempladas en la póliza, para preservar su relación comercial o bien comunicar a la aseguradora que se ha producido el impago.
Algunas aseguradoras, como Crédito y Caución, ofrecen un servicio de recobro como parte de su paquete asegurador, orientado a recuperar el 100% de la deuda, e iniciarán de inmediato los procedimientos de reclamación apoyándose en una red de letrados especializados.
Si no es posible cobrar la deuda, la aseguradora procederá a indemnizar a la empresa asegurada de acuerdo con el porcentaje de garantía fijado en la póliza. Bien a través del recobro o de la indemnización, la empresa asegurada recibe todo o la mayor parte de los fondos que se le deben.