Exfutbolista, comentarista deportivo casi a salvo de forofos y comunicador corporativo. Su credibilidad le avala como imagen de la campaña #empresasbandera de Crédito y Caución. Hablamos con él de exportación, imagen y de las marcas que dejan huella.
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En la buena imagen personal para seducir, la seguridad es lo que cuenta. ¿También en la buena marca personal/profesional?
No veo diferencia. Cuando haces cualquier cosa a nivel empresarial, el consumidor o el socio deben tener mucha fe en su inversión. Y la confianza se gana con seguridad, aunque no solo con seguridad.
Son evidentes sus dotes comunicadoras: es convincente. ¿La credibilidad procede de su seguridad, entonces?
Ni el fútbol ni la empresa son ciencias ciertas, pueden ser ciencias, pero en todo caso inciertas. No existen las razones absolutas y la seguridad no exige verdades incuestionables o sinceridad a ultranza. Los ingleses a veces decimos que no mentimos nunca, sino que recurrimos a la `economía de la verdad´.
Dicen que la verdadera belleza está en el interior, más allá de la imagen… ¿Qué otras cualidades hacen falta para construir una marca personal creíble?
Sin duda, un alarde de honestidad. Como comentarista tengo muy claro que los gustos son arbitrarios, nada está escrito. Me limito a describir aquello que está sucediendo sin imponer mi opinión subjetiva porque siempre habrá alguien que no la comparta. Mi papel es narrar desde la honestidad, el protagonismo no es mío, sino de 22 futbolistas.
Aprovechar el propio bagaje, la labia con fundamento… ¿Qué lección aplicable a laempresa le ha enseñado el fútbol?
El rendimiento es más importante que el resultado. Puedes jugar muy bien y perder. Puedes jugar muy mal y ganar un partido. Un resultado es pasajero, pero no lo es perseverar en el rendimiento, en tu forma de competir, de comportarte. No permitas que conceptos tan manidos como éxito o fracaso se impongan a tu trabajo. A veces son impostores, pero la fidelidad a uno mismo y la constancia no engañan nunca.
Es el referente de la campaña #empresas bandera de Crédito y Caución. ¿Para ser una empresa bandera lo primero es una buena imagen de marca?
No necesariamente. Muchas compañías recurren a personajes célebres como imagen de marca, pero eso no las eleva a otro nivel.
Yo pienso que buena marca es solo la que brilla por sí sola, a partir de ahí bienvenida sea toda ayuda.
Esas empresas compiten con calidad y originalidad. ¿Qué es más importante: prepararse más, prepararse mejor o venderse como nadie?
Sin preparación, tarde o temprano la venta no cuela. Centrarse en saber venderse como nadie puede disimular la falta de sustancia real, no le compraría un coche de segunda mano a quien solo me transmite capacidad de autopromoción. Vender que te avala una preparación excelente, eso ya es otra cosa.
Por su experiencia, ¿qué deben envidiarnos al exportar y qué debemos imitar para lanzar aún más empresas bandera?
Nada en especial. La creatividad y la constancia que mencionaba deberían ser suficientes. Aprender de los mejores, sin que importe su país.
Dicen que leer y viajar es la cura para el provincianismo. ¿Cuál sería el equivalente de esa receta en la empresa exportadora?
La mentalidad global. Personalmente no entiendo de fronteras y banderas, las rechazo.
Y pienso que las empresas deben interiorizar realmente esa visión transfronteriza del mundo. A veces me sorprende escuchar noticias del tipo: accidente aéreo, 126 víctimas, ninguna española… como si eso causara alivio. Para mí trabajar en España, pero también en México, los Estados Unidos, es excitante.
Si crease una empresa global desde España, ¿qué exportaría?
Turismo, vendería turismo porque es inagotable. El clima, la cultura, la geografía, pero sobre todo el talante hospitalario. No es casualidad que en este país haya tanto sol.
