Ante la actual crisis económica, las exportaciones y el turismo se han mostrado como los antídotos perfectos contra la atonía del consumo y de la inversión en nuestro país. De hecho, tanto el comercio exterior como el turismo están siendo los principales pilares sobre los que se está asentando la tímida recuperación de nuestra economía. Parece innegable que el comercio exterior está llamado a ser una pieza clave de nuestra economía en las próximas décadas y todo parece indicar que el actual Gobierno ha situado el sector exterior como uno de los ejes fundamentales de su política económica. El apoyo de la Administración en esta materia, junto con el esfuerzo y trabajo de las empresas, serán determinantes a la hora de ganar posiciones en los mercados internacionales. Para acceder a último número de la revista, cycprisma 13, pulse sobre la imagen. Hacia una economía competitiva Por parte de la Administración, se antoja necesario promover cambios en nuestra política económica, de forma que consigamos una economía más competitiva. En primer lugar, se debe garantizar el flujo para la financiación de exportaciones, cuya insuficiencia es particularmente acuciante en el caso de pequeñas y medianas empresas exportadoras, lo que requiere una profunda reforma del modelo español de financiación a la exportación. Por otro lado, en lo que al sistema de promoción y apoyo a la internacionalización se refiere, creemos que será necesaria una reforma estructural del ICEX que supere el binomio país-sector como eje básico de la política comercial. Para ello, se debería modificar y actualizar la estructura organizativa, funcional y procedimental de prestación de servicios del ICEX. Asimismo, se debería establecer un marco de concertación con los servicios de promoción exterior de las Comunidades Autónomas que permita la prestación coordinada y especializada de servicios de promoción comercial. El tercer aspecto en el que habría que poner el acento es la incorporación de las empresas a los programas de Ayuda Oficial al Desarrollo [AOD], a imagen y semejanza de otros países con mayor experiencia en este ámbito como Gran Bretaña o Estados Unidos, los cuales, a través de las agencias gubernamentales UK Aid y Usaid, articulan las ayudas oficiales a través de sus empresas. En España debemos conseguir que la AOD tenga mayor repercusión, efectividad y contenido. Además de éstas y otras reformas, el tesón y esfuerzo de las empresas nos ayudarán a ganar competitividad en los mercados internacionales, no sólo OCDE sino en especial en los países emergentes, que muestran mayores tasas de crecimiento y capacidad de compra. Sistema de inteligencia económica Todas estas medidas reseñadas deberían ir acompañadas de un esfuerzo a la hora de prevenir o mitigar los riesgos a los que se enfrentan las empresas españolas en sus procesos de internacionalización, como consecuencia de la globalización económica y tecnológica, dispersión geográfica y entrada en mercados que podríamos denominar complejos. Tal como recoge la Estrategia de Seguridad Nacional recientemente aprobada en la anterior legislatura, y pendiente de una posible revisión y desarrollo por parte del actual gobierno, la internacionalización empresarial debería ir acompañada de la creación de un Sistema de Inteligencia Económica [SIE] que velara por los intereses económicos y comerciales de nuestras empresas en el exterior, a semejanza de agencias u organismos específicos existentes en países de nuestro entorno. Dicho Sistema de Inteligencia Económica, impulsado necesariamente desde el Estado podría contar con la inestimable colaboración del sector privado, especialmente consultoras privadas españolas especializadas en Inteligencia Empresarial, Departamentos de Internacional de grandes y medianas empresas asentadas en el exterior, y en definitiva, de todo aquel actor involucrado que deseara compartir y beneficiarse de importante información vital en su lógico propio beneficio y en el desarrollo y bienestar económico de España y su entramado empresarial. |
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