Son dos buenos comunicadores que, además, se complementan muy bien. Manuel Pimentel es ingeniero de formación, empresario de éxito y un gran conocedor, por propia experiencia, de la realidad económica y financiera. Jordi Sevilla es economista de Estado, un teórico acostumbrado a entresacar información y conclusiones de las grandes cifras. Ambos han sido ministros y su cargo les ha permitido conocer de primera mano las virtudes y defectos de España que, con la llegada de la crisis, se han hecho más patentes. Ahora unen sus dos visiones en encuentros de divulgación como este Diálogos para el desarrollo, organizado por la Cámara de Comercio de Almería con el patrocinio de Crédito y Caución, en el que se habló del papel de las pymes como creadoras de riqueza y empleo a través de la innovación, la productividad, la calidad y el esfuerzo. En esta nueva época que estamos viviendo, ¿tiene que resignarse España a representar un papel periférico? Jordi Sevilla: Actualmente todo cambia a tal velocidad que no hay centros ni periferias fijas. En un aspecto concreto un país puede ser centro y en otro ser periferia. Vivimos en un mundo líquido en el que existen muy pocas referencias fijas, pero entre las que se mantienen yo destacaría el esfuerzo por hacer las cosas siempre mejor que los demás. Estamos obligados a ello por la fuerte interdependencia que determina el sistema globalizado. Nunca hay que tirar la toalla ni resignarse. Manuel Pimentel: En absoluto podemos ni debemos resignarnos. Nuestra ambición debe ser tener un papel importante dentro de la economía europea. ¿Cómo se consigue? Pues desarrollando una economía abierta, dinámica y que inspire confianza. Los meridianos económicos se han trasladado hacia los emergentes: BRICs, sudeste Asiático... ¿Cómo puede beneficiarse nuestro país de este nuevo escenario? Jordi Sevilla: Podemos beneficiarnos mucho si lo vemos como un factor de oportunidad. España tiene una tradición de exportar a muchos países, pero nos falta dar el salto de mentalidad e invertir en ellos para producir allí las cosas que sabemos hacer. Nos deberían convertir en su punto de referencia, especialmente aquellos con los que compartimos un idioma y una cultura comunes. Si buscan un país que pueda echarles una mano que piensen en España: hemos demostrado que sabemos hacer bien las cosas. Por tanto no debemos considerar los mercados internacionales como una tarta en la que si alguien se lleva un trozo yo me quedo sin él: esta tarta crece conforme todos vamos trabajando y se trata de que nosotros seamos capaces de hacer que crezca tanto nuestra porción como la ajena. Manuel Pimentel: Implantarnos en todos estos mercados supone un reto muy grande y necesita de una mayor apertura de nuestra economía. España tiene algunos inconvenientes pero también muchas ventajas, como una especial relación con determinadas regiones del mundo, especialmente el norte de África y América Latina. Tenemos que aumentar también nuestra presencia en Oriente y aprovechar todos nuestros recursos y capacidades. Para acceder a más contenidos de cycprisma 13, pulse sobre la imagen. ¿Qué papel deberían jugar las pymes en la generación de riqueza y empleo? ¿Qué medidas políticas y económicas necesitan para cumplir este papel? Jordi Sevilla: Las pymes están ya jugando un papel determinante, sobre todo en la creación de empleo: más de un 80% de nuestros ocupados están en pymes y, por tanto, cualquier estrategia para generar puestos de trabajo tiene que tener en cuenta, fundamentalmente, la contratación en las pequeñas y medianas empresas, que es una de las líneas en las que se ha movido la última reforma laboral del gobierno. El tamaño no es determinante, sino la capacidad para ser buenos en lo que hacemos y mejorarlo. Esto exige introducir la obsesión por la innovación, la productividad y la mejora continua. Las políticas públicas deben de facilitar la financiación, la inversión y el crédito para que las pymes sean generadoras de riqueza y empleo. Manuel Pimentel: En este momento España es una economía de pequeñas y medianas empresas y a ellas les corresponde un papel muy importante. El reto es consolidar nuestro tejido de pymes, crear muchas más empresas y al mismo tiempo animar a que crezcan, a que muchas de las pequeñas se hagan medianas y que muchas de las medianas se hagan grandes. Y en todo caso, tampoco hay que olvidarse de las grandes empresas que generan mucha actividad y son las que sirven de apertura de mercados exteriores a las demás. De cara a su subsistencia, las empresas afrontan a día de hoy varios frentes. ¿Qué importancia tiene el de la evolución de la morosidad y los impagados? Jordi Sevilla: Vivimos un momento clave en el que los problemas no son tanto de solvencia como de liquidez. La actual sequía de crédito va a durar por lo menos dos o tres años más y mientras el dinero no fluya las entidades financieras no van a ser muy pródigas en sus créditos. En ese sentido tengo que reconocer que la medida aprobada por el Gobierno para liquidar las deudas de las administraciones públicas con las empresas ayudará, sin lugar a dudas, a mejorar el estado de liquidez del conjunto de la economía. Manuel Pimentel: En estos momentos de penuria financiera, con problemas de liquidez o financiación, los retrasos en los cobros y la morosidad están estrangulando muchas economías y generando una gran desconfianza, con lo que estamos dentro de un círculo muy pernicioso. Tiene que regresar la confianza, fluir de nuevo la liquidez y entre todos tenemos que reducir la morosidad y los impagos. Este mundo que se está reordenando también introduce una mayor inseguridad en las transacciones entre empresas. ¿Hasta qué punto el seguro de crédito aporta valor en este escenario? Jordi Sevilla: Desde siempre el crédito y las relaciones basadas en el crédito han sido un bien valioso, pero en este momento además de valioso es escaso. Por lo tanto, es fundamental contar con una garantía, no solo de cobrarlo para evitar impagos sino también de evitar retrasos o morosidades. En la actual sequía de crédito un mecanismo como el del seguro de crédito contribuye, ahora más que nunca, a aportar valor. Manuel Pimentel: Es una herramienta fundamental, especialmente para el mercado exterior que conozco bien, donde no se pueden hacer operaciones si no están cubiertas por el seguro de crédito. También en el mercado interior adquiere gran importancia. Siempre ha sido de personas prudentes cubrir sus riesgos de impago con un buen seguro de crédito, pero en estos momentos de incertidumbre y riesgo financiero, mucho más. En nuestra historia reciente hemos abordado más de veinte reformas laborales. ¿Esta será la definitiva? ¿Funcionará? Jordi Sevilla: Es cierto que desde 1980, cuando se legisló el Estatuto de los Trabajadores, ha habido bastantes reformas laborales. Cada una ha tenido su explicación, bien en momentos de crisis o de crecimiento. Tampoco podemos asegurar que esta sea la última, ya que no ha concluido el ajuste del mercado laboral ni de la economía y porque en el futuro habrá necesidades diferentes y será imprescindible revisitarla. La actual reforma se construye sobre las anteriores y, de hecho, tiene mucho en común con la de 2010. La valoración depende del punto de vista: la creación de empleo tardará muchos años; a corto plazo reduce los costes laborales, lo que va a ser una gran ayuda para las empresas, aunque puede significar un empeoramiento de la situación de los trabajadores. Manuel Pimentel: Las reformas laborales van a continuar porque el mercado laboral se debe adaptar constantemente a las nuevas circunstancias. A corto plazo no habrá una reforma porque tenemos aún que desarrollar la actual, pero la economía continúa su curso y siempre tendremos que adaptar nuestra realidad económica y laboral al mercado. ¿Serán suficientes la reciente reforma del sistema financiero y las medidas adoptadas por la UE para abrir el grifo del crédito a empresas y particulares? Jordi Sevilla: Creo que son medidas orientadas al propio sistema financiero, para que tape sus agujeros. Las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo [BCE] se las quedan las entidades financieras para cubrir sus necesidades, creando así un dique que dificulta la llegada de estos cientos de miles de millones de liquidez a empresas y familias. Son reformas necesarias, pero no creo que tengan como objetivo prioritario facilitar el crédito. Manuel Pimentel: Estamos viendo una dinámica muy curiosa: hay prácticamente barra libre de dinero del Banco Central Europeo pero los bancos o bien lo guardan en liquidez o bien lo invierten en deuda pública y se está creando una burbuja muy importante. Desgraciadamente este flujo de capital no está circulando y creo que aquí todos tenemos que hacer una reflexión colectiva: algo falla cuando hay barra libre de liquidez, se inunda el mercado, pero no llega a las empresas ni a las familias. España no destaca por ser un país de emprendedores. ¿Qué debe cambiar en la mentalidad colectiva y en la legislación para que una idea se pueda transformar en un proyecto o empresa rentables? Jordi Sevilla: Más que un problema de mentalidad o de falta de emprendedores es un problema de instituciones y de incentivos. Microsoft, por poner un ejemplo, no podría haber nacido en España porque aquí está prohibido montar ordenadores en un garaje y, además, si hubieran ido con esa idea a un banco no hubieran conseguido financiación, porque aquí los bancos prestan a quienes ya tienen dinero o a quienes tienen aval. Debemos cambiar la reglamentación para que la Administración deje de poner obstáculos y cumpla su papel principal: liberar energías y potencialidades de las personas. Las entidades financieras, por su parte, deberían asumir riesgos en torno a las ideas y apostar por el emprendedor que acude a ellas con un proyecto viable. Creo que se ha mejorado mucho en los últimos años pero aún tenemos un largo camino por recorrer. Manuel Pimentel: Aquí nos encontramos con dos niveles. Uno, el interior de cada persona: su capacidad de iniciativa, de sacrificio, de innovar. Es una revolución que nos va a costar porque venimos de una cultura que tiende a la resignación o a la pasividad. En cuanto a los factores externos, es necesario favorecer la financiación, facilitar en lugar de dificultar, que la administración no actúe como inhibidor sino como estimulante del emprendedor y la innovación Me parece que las resistencias internas son tan importantes como las externas. |
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