Eres la autora de la obra “El fin del mundo tal y como lo conocemos”, un libro en el que se explica cómo va a cambiar el mundo en los próximos años.
La verdad es que escribirlo fue casi una necesidad. Los que nos dedicamos a informar sobre la economía y a la tecnología vemos que todo cambia muy deprisa. Contar lo que pasa en el mundo es una tarea complicada así como asimilar tanto cambio. La transformación digital, eso que a las empresas les interesa ahora tanto, al final es más fácil de explicar fijándonos en lo que ocurre a nuestro alrededor, concretamente las cosas que están desapareciendo o están a punto de desaparecer.
El primer capítulo de tu libro habla sobre cómo va a cambiar el mercado laboral: cómo van a evolucionar los trabajos y cuáles van a desaparecer.
Con la revolución industrial nos acostumbramos a ver los trabajos manuales en riesgo por su progresiva automatización. En esta era de la digitalización lo que automatizan los algoritmos son las rutinas, y las oficinas están llenas de ellas. El trabajo de los médicos o el de los abogados, por ejemplo, también tienen muchas rutinas. Son profesiones que ya deberían estar alerta en la nueva era digital. Esto no es en absoluto una mala noticia, simplemente hay que adaptarse y tomar conciencia de que el mundo tal y como lo conocemos laboralmente llega a su fin para dar paso a otro que podría ser mucho mejor. En el sector de la salud por ejemplo hay un gran potencial en la medicina predictiva gracias a los algoritmos que van a salvar muchas vidas. “El mundo tal y como lo conocemos” pretende servir de manual de instrucciones para el futuro. Hacernos muchas preguntas acerca de lo que está cambiando y cómo nos podemos adaptar a lo que se avecina. Internet lo va a cambiar todo, de igual forma que la electricidad lo cambió en su día. Son inventos que permean todas las capas de la sociedad.
Has hablado en tu libro sobre cómo van a evolucionar las cosas y precisamente los libros son algo que parece destinado a desaparecer, por lo menos tal y como los tenemos concebidos.
Realmente las cifras no avalan eso. Los libros son mucho más resistentes de lo que se había imaginado. Tienen valor como objeto más allá de la función de leer. No así lo que ocurre con los periódicos impresos, donde se ha visto un proceso vertiginoso.
Otra de las cosas que se pueden acabar según cuentas en tu libro es el dinero físico. ¿Cómo va a cambiar el flujo de dinero?
Ya está cambiando. Los bancos son de los más interesados en digitalizarse. Ahora la palabra mágica es Blockchain y esa es la tecnología que permitió a bitcoin servir la criptomoneda virtual. No tiene por qué ser el bitcoin la moneda del futuro, aunque lo que sí está claro es que el cash como lo conocemos va a seguir ahí gracias a su digitalización. Hay bancos que ya disponen de sistemas de pago con biometría, incluso se pueden abrir cuentas corrientes con un selfie, gracias a una tecnología que, aunque parezca del futuro, no lo es. Ya existe.
