En un programa de radio, usted comparaba situaciones económicas con determinadas escenas de películas. ¿Sirve el cine para entender la economía?
En el programa La Brújula de Onda Cero, donde llevo muchos años colaborando, hemos tenido una sección llamada Escenas Económicas, en la que yo llevaba una escena de una película para interpretar una cuestión económica de actualidad. Y, realmente, uno se da cuenta de que hay situaciones de la coyuntura económica que ya antes han sido reflejadas por el cine; y, a veces, es más sencillo explicárselas a la gente basándose en esa ficción que, por ejemplo, en un índice macroeconómico del Banco Central Europeo.
Pónganos un ejemplo.
Puede aplicarse a las negociaciones de la Troika, basándose en el dilema del prisionero que aparece en El Caballero Oscuro de Batman, o a las tarjetas black y el robo a un banco en Atraco a las 3. Utilizando situaciones ficticias amenas y conocidas en el imaginario colectivo uno puede transmitir situaciones complejas, salvando las distancias, para ayudar a hacer la economía más cercana al público general.
Lleva años analizando la evolución económica. ¿Cómo ve la recuperación y la situación de la economía española en los próximos años?
He estado ocho años en la revista Actualidad Económica llevando estos temas muy de cerca. Eso quiere decir que empecé en el periodismo económico en 2007, cuando España todavía estaba en la Champions League de la economía. Y en todo ese tiempo de información económica he vivido la cima y la caída a los infiernos. Ahora sí que es verdad que se empieza a ver esa recuperación, no podemos obviar que es muy diferente la situación en la que estábamos hace un par de años y la de ahora. Pero todavía está por ver cómo será de precario ese equilibrio que estamos recobrando, porque a esta evolución actual están ayudando factores externos como los tipos de interés, la caída del precio del petróleo y los estímulos de los bancos centrales.
¿Cuál debe ser nuestra principal preocupación en estos momentos?
El hecho de que no todos los factores de la recuperación española sean intrínsecos no quiere decir que esa recuperación no exista. Eso sí, todavía tenemos unos niveles de paro que asustan y que están muy lejos de haberse normalizado. Ahora mismo todo está concentrado en la recuperación del mercado laboral y ya no tenemos, como antes, otros problemas como la prima de riesgo o el desmoronamiento del sistema financiero. Pero el gran reto sigue siendo el mercado laboral.
¿Cuáles serán las claves de futuro en este ámbito?
Lo que depende de España es dinamizar el mercado laboral, tomar medidas que faciliten que se cree más empleo y más empleo estable. Esto es algo que tienen que hacer la legislación, las empresas y los trabajadores, no es solo una labor del Gobierno sino también de los agentes sociales. Otro de los temas pendientes que tiene España es devolver el dinero que se debe. La deuda acumulada no solo la tienen las familias, sino también las empresas y las administraciones públicas.
¿Hasta qué punto el menor crecimiento de China y de algunos países latinoamericanos puede representar un peligro para la recuperación económica española?
China es un gigante, pero España está menos expuesta que otros países europeos. De cualquier manera, a nuestro país le viene bien que la inercia de la recuperación mundial continúe. Los intereses de las empresas españolas están mucho más centrados en Latinoamérica que -salvo Brasil, que ahora está experimentando serios problemas- tiene economías que se han ido estabilizando. Lo que no vendría nada bien es que los rumores de la desaceleración de la economía norteamericana se fueran confirmando. A todos nos beneficia que a los vecinos les salgan las cuentas porque esa inercia de crecimiento favorece que todos progresemos.
¿Cree que habrá pensiones de jubilación dignas en el futuro?
La demografía es terca, la población está envejeciendo y cada vez hay menos trabajadores en activo por jubilados que tengan que cobrar una pensión. Conseguir el 100% de la jubilación es algo que va a quedar, cada vez, más lejos de la realidad. De hecho, España era uno de los países de la OCDE con pensión más alta en porcentaje del salario. Uno se jubilaba y al día siguiente de haber dejado de trabajar cobraba casi la totalidad de lo que recibía en activo. Eso ha dejado de ser así y hay progresivas reformas que, cada vez más, van a obligar a los ciudadanos a tener planes de pensiones complementarios.
Más allá del retraso de la edad de jubilación -que es otra de las grandes situaciones que están encima de la mesa- y de la coyuntura económica, hay una obligación de información por parte del Gobierno. Se dijo que se iba a escribir una carta a todos los cotizantes mayores de 50 años para informarles de la situación de su pensión cuando se jubilaran y no se ha hecho. Estar informado es fundamental para que el ciudadano tome una decisión de ahorro mayor o menor para complementar la pensión que le quede cuando se jubile.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
Como todo seguro, entiendo que ayuda a la tranquilidad de quien lo contrata y aporta esa tranquilidad en el caso de impago por parte del deudor. Si está respaldando unas inversiones o cubriendo unos riesgos y algo funciona mal, ayudará -con la cantidad que se haya pactado previamente- a indemnizar al asegurado y a echar una mano en caso de insolvencia o incumplimiento del plazo.
