Usted es especialista en banca. ¿Para qué problemas o retos debe prepararse el sector financiero español en los próximos años?
Son tres problemas principales, según los que más saben de esto. Por un lado, los tipos bajos impuestos por el Banco Central Europeo, que han deprimido los márgenes de negocio a niveles preocupantes. Por otro, las exigencias regulatorias del propio BCE y de organismos internacionales como Basilea, el FSB y otros, que son cada vez mayores y afectan más a las entidades más pequeñas. Esto es así porque los costes regulatorios y de cumplimiento normativo tienden a ser fijos, lo que afecta proporcionalmente más a aquellas entidades de menor tamaño. Y, por último, está el reto de la disrupción tecnológica que se avecina, con la digitalización y las llamadas fintech. Este puede ser un golpe tremendo para el sector, que cada vez más expertos dan como seguro, con el problema de que no saben por dónde puede venir.
¿Qué medidas se tendrán que tomar para reforzar la protección de los clientes?
Algunas ya se están tomando desde hace meses. Está ya previsto que entre en vigor próximamente una nueva normativa MiFid de protección al usuario de banca a nivel europeo. La filosofía es simplificar los mensajes y aumentar la transparencia de aquello que las entidades venden a sus clientes. Más en concreto, la CNMV española va a imponer para antes de que acabe el año un sistema de calificación de los productos financieros conocido como ‘semáforo’, que permitirá conocer el riesgo de cada tipología de producto de una manera sencilla, con códigos de colores simples en función de la posibilidad de pérdida.
¿Qué repercusiones tendría en la economía y la banca internacional que el Reino Unido votara afirmativamente en el referéndum sobre su salida de la Unión Europea, el llamado brexit?
A nivel macroeconómico, lo que apuntan los expertos es que se prevé una caída del comercio internacional para y desde Reino Unido, lo que a medio plazo implicará una caída de su crecimiento potencial, su PIB y la renta en ese país y la UE. Además, es previsible una devaluación de la libra esterlina ocasionada por esas menores estimaciones de crecimiento. En cuanto a la banca internacional, es difícil preverlo, pero probablemente veríamos la salida de más de un banco de la City londinense, camino de otras capitales financieras europeas como Frankfurt o París. Lo cierto es que los bancos y las autoridades llevan meses preparando sus planes de contingencia, pero lo peor de estas crisis es que no todo se puede prever.
¿Qué opina del estudio del Banco de España en el que se afirma que los préstamos concedidos por la banca española son los que más se han abaratado de toda la zona euro desde que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pusiera en marcha sus barras libres de liquidez?
Pues que muestran dos cosas a la vez: por un lado, que los préstamos en España estaban un tanto sobrepreciados antes de tomarse las medidas de liquidez. Y por otro, que la competencia sigue existiendo en la banca española, a pesar de la enorme concentración que se ha producido en los últimos ocho años. Un acceso barato al crédito siempre era algo que las empresas y familias españolas pedían desde hace muchos años, pero lo cierto es que sigue faltando demanda solvente.
¿Cómo cree que evolucionarán los mercados españoles en 2016?
Es difícil preverlo. Creo que veremos una gran volatilidad y caídas más o menos intermitentes, por lo menos hasta que se forme Gobierno. Y digo por lo menos porque como el resultado electoral resulte en un Ejecutivo inestable o que no guste a los mercados, entonces lo que veremos quizás no sea solo una alta volatilidad, sino fuertes desplomes en los mercados, sin descartar incluso salidas de capitales como ya ocurriera en Grecia. Con precedentes como el griego yo ya no descarto nada, la verdad. Es que es lógico, por otro lado. Si todavía no sabemos si habrá un gobierno que imponga un impuesto solidario a los bancos, o si habrá un ejecutivo contrario a la liberalización de los servicios profesionales, por ejemplo, es difícil pensar que los mercados las tengan todas consigo.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
Sé que son una herramienta útil para aquellas empresas y personas que quieran asegurarse ante un posible riesgo de impago. Con la actual inestabilidad política y en los mercados tener asegurados varios meses de pago a proveedores o acreedores no es poca cosa. Lo que ya no sé es su papel en esta crisis, sinceramente. Pese a la burbuja de crédito registrada en España durante la pasada década, lo cierto es que el mercado español estaba en pañales en cuanto a complejidad y desarrollo. La generalización de instrumentos que puedan servir de amortiguadores ante posibles crisis me parece una muy buena noticia, la verdad.