Usted se ha especializado en datos económicos. ¿Cuáles son los más representativos para valorar la evolución del desarrollo y bienestar de un país?
Hace unos años, la OCDE ya puso de manifiesto que para medir el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos había que mirar más allá de datos macro como el PIB. Es evidente que no podemos obviar la calidad del empleo que se está creando, el acceso a la vivienda o la situación de la educación o la salud. En definitiva, la igualdad de oportunidades es determinante para crecer y ser más prósperos como país y sociedad.
Y ¿cómo están evolucionando, a su juicio, esos datos en España?
Aunque es evidente que los datos de desempleo y de crecimiento económico han mejorado estos últimos años, no deja de ser preocupante que no seamos capaces de cerrar muchas de las cicatrices que nos ha dejado la crisis. En el ámbito laboral, no podemos olvidar el efecto que aún hoy provoca el hecho de que 1,2 millones de hogares tengan a todos sus miembros activos en paro o que el salario medio, de 1.878 euros brutos al mes, haya caído en 2016 por primera vez en una década. Salarios que caen y vivienda que vuelve a repuntar. Los datos de Eurostat demuestran, además, que los españoles seguimos haciendo grandes esfuerzos para pagar nuestro hogar. El 43,3% de los españoles destinan más del 40% de sus ingresos a pagar el alquiler, cuando la media europea es del 27%. Y la tendencia alcista de los últimos meses no invita al optimismo. Por lo tanto, pérdida de acceso al empleo y rebaja de salarios que deja datos demoledores como que el 28,9% de los jóvenes de menos de 16 años se encuentra en riesgo de pobreza relativa. Nos jugamos mucho y si no actuamos ahora, la sociedad lo pagará con el tiempo a través, en muchos casos, de mayores costes sociales.
En este sentido, ¿existe riesgo de un aumento de desigualdades económicas aún mayor en la sociedad?
De hecho, en el último Foro Económico Mundial ya se habló de la necesidad de poner el foco en la desigualdad en los próximos años. La desigualdad tiene muchas aristas que nos pueden condicionar a todos en el futuro de no atajarla. La desigualdad entre los menores y la falta de expectativas laborales puede retrasar la emancipación de los jóvenes del hogar, así como tener impacto en la natalidad. Hay otras desigualdades de las que hablamos menos, pero que no por ello dejan de ser retos importantes que nos definirán como país en el futuro. Según un informe de José Luis Martínez-Cantos y Cecilia Castaño publicado por Funcas, los datos demuestran que las mujeres dicen tener un nivel de habilidades digitales relativamente inferior al de los hombres. Sucede, en parte, porque las mujeres tienden frecuentemente a infravalorar su nivel de conocimiento y destreza en el manejo de las TIC. El caso es que, de seguir esta tendencia entre los jóvenes, el acceso de las nuevas generaciones a empleos con manejo de habilidades digitales podría abrir una nueva brecha de género digital, a la que debemos prestar atención.
En el ámbito internacional, ¿qué retos debe afrontar Europa en 2018?
Sin duda, será el año en el que nos enfrentemos de lleno a las negociaciones por el Brexit. Veremos si finalmente se forma gobierno en Alemania o están abocados a una repetición de elecciones. Sin duda, es importante poner de nuevo en marcha el motor económico de Europa. Y en España, será el momento de afrontar el reto de las pensiones, según un informe de la Comisión Europea en España se pagarán 15,1 millones de pensiones en 2050. En 2018 veremos, casi con total seguridad, el fondo de reserva vacío y el déficit de la Seguridad Social sin corregir. Hace falta valentía política.
¿Cree que habrá un nuevo referéndum sobre el Brexit?
La verdad es que el resultado del referéndum sobre la permanencia o no de Reino Unido en la Unión Europea fue toda una sorpresa, no solo para los dirigentes políticos que lo pusieron en marcha, sino para otros tantos británicos. El divorcio está siendo más costoso de lo que en un principio se pensó y los descontentos cada vez son más, pero es complicado predecir el futuro y más después de lo que hemos visto.
¿Qué opina sobre el potencial en la economía de nuevos fenómenos como el blockchain?
Hasta hace poco, el hecho de pensar en Blockchain era hacerlo de Bitcoin o monedas virtuales, pero la tecnología de bloques puede ser empleada en muchos más ámbitos que en el financiero o en las transacciones económicas. En realidad, su uso se asemeja al de un inventario… y llega a todo lo que tenga que ver con las relaciones entre varios actores. Las administraciones públicas ya lo están probando en algunos países, por ejemplo, para albergar la información de los pacientes de la sanidad o para cambiar la forma en la que se registran los datos de propiedad. La verdad es que sus usos son muy diversos y creo que es cuestión de tiempo que se extiendan a otros muchos ámbitos.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que ha jugado en la crisis?
En un momento de crisis económica y de incertidumbre es necesario encontrar fiabilidad en el mercado. Creo que el seguro de crédito ayuda, precisamente, a construir confianza en ese sentido.