¿Qué sectores económicos tendrán mayor protagonismo en España en 2020?
Bueno, el sector que más peso tiene en la economía española y, por tanto, previsiblemente más protagonismo tendrá es el sector servicios, con una participación en el PIB español que ronda el 70%. En ese sentido, el turismo sigue siendo crucial y, por eso, hay muchas miradas ahora puestas en el coronavirus y cómo puede afectar al sector. También hay otros ámbitos que tendrán, o deberían tener, mucho protagonismo tanto político como económico: tanto la industria como la agricultura, por los desafíos estratégicos que suponen. En concreto, el sector primario está cobrando en la economía española un protagonismo especial por las protestas del campo que reclaman medidas específicas por los precios bajos en origen. Sin duda, éste será uno de los desafíos principales para el Gobierno español, pero también para el conjunto de la Unión Europea (UE), que tiene que revisar la PAC.
¿Cómo cree que evolucionará el sector de la vivienda?
Merece la pena echar un ojo a lo que está pasando en el mercado de la vivienda, que sufrió su primera contracción, desde 2015, a finales de 2019. En 2020, la compraventa de viviendas ya ha caído en España, tras cinco años de subidas. Es el mercado de segunda mano el que cae y, entre las causas, lo mismo puede estar influyendo la ralentización económica, la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria y, también, el Brexit. La moderación del precio de la vivienda, sin embargo, no ha llegado todavía al alquiler. Este es otro de los grades asuntos económicos, dada la dificultad de muchas personas, especialmente los jóvenes, que tienen problemas para acceder a la vivienda en grandes ciudades porque los salarios no han subido al ritmo de los precios. Algunas previsiones apuntan a que los precios de los alquileres podrán seguir encareciéndose casi el doble que la compraventa de viviendas en una docena de provincias. No olvidemos, además, que casi en la mitad de las comunidades autónomas el precio del alquiler ya ha superado los precios de los años de la burbuja. El precio del alquiler y la accesibilidad de la vivienda será otro de los temas del año.
¿Sigue siendo España un país atractivo para los inversores internacionales?
España es, sin duda, un país atractivo para los inversores internacionales, siendo el que más crece de la UE, aunque se hayan rebajado las previsiones del 2020, pero la ralentización del consumo, que ha tirado de la economía española en los últimos años, y la desaceleración en el empleo son aspectos que preocupan a los inversores. Además, hay que tener en cuenta que el entorno internacional no vive su mejor momento. No olvidemos que lo que pase este año con el clima inversor depende, en buena medida, de la evolución de las negociaciones entre Estados Unidos y China, así como la evolución de la propia economía china, que está sufriendo la paralización de amplios sectores productivos en algunas regiones del país. Durante todo el año, además, en Europa los ojos estarán puestos en las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea para la materialización del Brexit, ya que muchos acuerdos comerciales dependen de ello.
¿Cómo cree que se comportarán los mercados financieros este año?
Se está produciendo un debilitamiento de los mercados internacionales que, según algunas previsiones como la que recientemente publicaba Funcas, apenas avanzarán hasta mediados de 2020. Influyen las tensiones comerciales, el enfriamiento de la economía china -de nuevo, todos pendientes de los efectos en las empresas y fábricas del coronavirus-, pero también el bache que atraviesa la industria en sectores en plena transformación por la industria 4.0 y los desafíos energéticos como la industria del automóvil.
A su juicio, ¿existe peligro de brecha digital entre la población española?
La brecha digital es uno de los principales retos educativos que tenemos por delante. Porque la educación ya no hay que entenderla como una fase de la juventud, ahora hay que formarse a lo largo de toda la vida laboral. En un mundo tan cambiante como el que tenemos, sabiendo que muchas de las profesiones que existirán en 2030 no sabemos todavía ni cómo se llaman, obviamente todos tendremos que formarnos en los próximos años para adaptarnos al cambio. La brecha digital no es solo algo que afecte a los más mayores. Al contrario, también los más jóvenes la pueden sufrir, porque tener redes sociales desde los 12 años no significa que sepas desenvolverte en un mundo en plena digitalización.
La tecnología es el nuevo inglés, hace falta para todo. La gran mentira de nuestro sistema educativo es la división ficticia entre ciencias y letras. En las carreras tecnológicas cada vez hay mayor demanda de conocimientos humanísticos; y en las carreras humanísticas, el conocimiento de cómo la inteligencia artificial afecta cada disciplina es fundamental. Las empresas están buscando perfiles transversales porque, para entender el mundo, no basta con saber de robots, hay que entender también a los humanos. Hay brecha digital en los sectores menos tecnológicos, pero también brecha humanística en la tecnología.
Y, en este contexto, ¿en qué momento de la transformación digital se encuentran las empresas españolas?
Siendo España un país en el que la mayor parte del tejido empresarial son micropymes y autónomos, la adaptación a la transformación digital lleva algo de retraso, porque para los pequeños empresarios no siempre ha sido una prioridad. Pasamos unos años en los que me encontraba con muchos consejeros delegados de sectores como la construcción, la logística o la alimentación que me decían que la transformación digital no iba con ellos. Es normal que mucha gente que puso en marcha una empresa familiar hace 20 o 30 años, haciendo las cosas a su manera, siga pensando que ésa es la forma correcta de hacer las cosas y no crea necesario cambiarla. Pero el mundo está cambiando muy rápidamente y hay que adaptarse. De ello depende no solo no quedarse atrás, sino no desaparecer. De eso va ‘El fin del mundo tal y como lo conocemos’, el libro que escribí precisamente sobre cuánto de lo que nos rodea está a punto de desaparecer y cuáles son las oportunidades que esa transformación nos aporta. Mucha gente me ha dicho en los últimos años que, gracias al libro, ha entendido por fin que el cambio va en serio y que no hay ningún sector, absolutamente ninguno, al que no le vaya a afectar. Ahí están los riesgos y las oportunidades.