Es autor de “Cómo gestionar la relación de su empresa con los bancos”. ¿Cuáles son los consejos más valiosos que da en el libro?
Las entidades financieras han de servir de apoyo a la empresa en el logro de sus objetivos, fundamentalmente en los de asegurar la liquidez y maximizar su valor. Antes de negociar con el banco deben seguirse una serie de prerrogativas, tales como considerar esta negociación un factor estratégico, por lo que habrá que prepararla en conciencia, evitar las prácticas incorrectas de tipo contable o fiscal, presentar los datos en la cantidad y calidad adecuadas e informar con antelación al banco de los planes de la empresa. También es importante recordar las entidades que nos apoyaron en los peores momentos, ahora que parece que la relación con los bancos mejora.
A su juicio, ¿se ha abierto ya el grifo de la financiación para los nuevos emprendedores?
Los bancos siguen la premisa de apostar por realidades y no proyectos, eso no cambia por mucho que haya visos de recuperación. Yo no puedo engañar a un emprendedor diciéndole que el banco le va a prestar dinero en base a una idea, por muy buena que ésta sea, no lo va a hacer. El grifo se está abriendo para empresas consolidadas, con buenas perspectivas y que hayan superado, por decirlo de algún modo, la travesía del desierto. Los emprendedores deben buscar otras alternativas a la financiación bancaria.
¿Qué papel está jugando el crowdfunding en el surgimiento de nuevos proyectos?
El crowdfunding puede ser una fuente financiera complementaria a la bancaria interesante. Fíjate que digo complementaria y no alternativa, ya que pienso que ambas fuentes financieras pueden convivir. Conozco empresas que se están planteando acudir a este tipo de financiación para no depender tanto del banco y creo que ese es el camino. En España tenemos una excesiva dependencia del crédito bancario, de tal modo que cuando éste se contrae pasa lo que ha ocurrido en la crisis. De todos modos, debo recordar que las modalidades de crowdfunding que están ya reguladas en España, en las que los inversores perciben un interés por los fondos que prestan, se dirigen fundamentalmente a los proyectos de pymes ya consolidadas en el mercado, es decir, con cierto historial detrás.
Precisamente hablando de pymes, ¿realizan éstas, en general, una buena gestión financiera?
Antes de la crisis las empresas se preocupaban, sobre todo, de producir y de vender, dejando los aspectos financieros en un plano secundario. Al fin y al cabo, la financiación bancaria era relativamente fácil de conseguir, no parecía un problema. Confío en que la crisis nos haya enseñado a todos la importancia de no descuidar lo financiero y de que endeudarse, más allá de que pueda ser rentable, es también arriesgado.
¿Cómo está evolucionando la morosidad?
Éste sigue siendo un grave problema al que se enfrentan las empresas de nuestro país, sobre todo las más pequeñas. El retraso en el pago se utiliza como una fuente de financiación adicional por el que ocupa la posición más fuerte en la relación comercial. Es cierto que desde la Administración se han arbitrado medidas como los planes de pago a proveedores que han mejorado algo la situación, pero se sigue pagando muy tarde en España, lejos de los 60 días que, para pagos entre empresas privadas, marca la Ley.
¿Cuáles son los sectores empresariales que mejor se están comportando en la recuperación económica?
En España son los servicios principalmente los que tiran del carro, destacando el excelente comportamiento del turismo en los últimos meses. Otro sector destacado es el de la automoción, donde somos el mercado que más crece en Europa. Las cifras que vamos conociendo anuncian recuperación en el consumo de bienes y servicios no esenciales como la ropa o el calzado, que habían sufrido caídas importantes en los últimos años.
¿Están invirtiendo las pymes españolas en innovación?
Éste es otro de los problemas de nuestro tejido empresarial. España invierte un porcentaje muy pequeño de su PIB en I+D, muy lejos de otros países europeos como Finlandia, Suecia, Dinamarca o Alemania. Además, si alguien invierte en innovación son las grandes empresas, parece que el tema fuese tabú para las pymes y no debería ser así. Es un error pensar que en el sector servicios, donde compiten la mayoría de nuestras empresas, no se puede innovar, se puede y se debe hacerlo.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
El seguro de crédito tiene un papel muy relevante siempre que el que se plantea su contratación sepa interpretarlo en términos de coste de oportunidad. Más allá del precio del seguro, se trata de comparar el coste de cobrar con el de no hacerlo. Una venta que no se cobra no es una venta, es un problema, y a partir de ahí cada uno debe asumir el riego que desea según sean sus circunstancias particulares: sector, tipología de clientes, plazos de pago, características del producto que se vende, etc.