¿Cómo han evolucionado las cuentas públicas en España durante los últimos años?
En general, España sigue siendo un país con un grave problema tanto de gasto como de ingresos. La burbuja inmobiliaria llevó la recaudación a niveles históricamente altos y eso permitió disparar el gasto paralelamente. Ahora, el problema es cómo volver a acompasar gastos e ingresos sin recortar el Estado del Bienestar.
Además, hay muchos gastos superfluos, motivados muchas veces por la mala organización de la administración (duplicidad de gastos, puestos de trabajo repetidos…). A pesar de la reforma de la administración, se ha avanzado bastante poco en ese aspecto y tampoco se ha modificado la convivencia de cuatro administraciones paralelas: Estado, comunidad autónoma, provincia y municipio, que también genera muchos gastos no siempre justificables.
Al menos, ¿considera que las cuentas y los sueldos públicos son ya totalmente transparentes?
Desgraciadamente, no. Hay administraciones tan grandes como la Junta de Andalucía, cuyo portal de transparencia está incompleto y otras, como la Comunidad de Madrid, que ni siquiera tienen. La información debería ser accesible y estar actualizada y estas características se dan pocas veces fuera de la Administración Estatal, donde sí se ha hecho un esfuerzo mayor. Su portal de transparencia, sin ser perfecto, ha supuesto un importante avance respecto a lo que había antes.
En el resto de administraciones, la disparidad es la nota general. Hay algunas muy transparentes que conviven con otras totalmente opacas. Lo que sí tiene mucho margen de mejora son las peticiones de información. Ahora mismo, el sistema es realmente complicado, mucho más que en otros países, y habría que facilitar a los ciudadanos el acceso a los datos.
A su juicio, ¿qué nuevas medidas fiscales son necesarias en España para incentivar la economía?
Sería importante hacer una reforma fiscal que sea menos dependiente del ciclo económico. Las rebajas fiscales del Gobierno aprobadas para este año cometen el mismo error de siempre. En el momento en el que se vuelva a destruir empleo y la economía vuelva a empeorar, el agujero presupuestario empeorará sin que ningún Gobierno haya hecho nada.
La clave es que, se toquen los impuestos que se toquen, el sistema entero resista mejor otra posible crisis, así como hacer más sostenibles las pensiones. Con esta premisa, hay muchas posibilidades que, en función de la política que se quiera hacer, se pueden poner en marcha.
¿Es más estricta la normativa española que la europea en materia de créditos fiscales?
A priori, no. De momento, la Unión Europea está investigando si son legales o no, lo cual ya indica que en España podríamos haber sido menos exigentes. No obstante, es una investigación que está abierta y hay que esperar a que termine para dar una opinión firme.
Entre sus estudios y aficiones figura también la responsabilidad social corporativa. ¿Se ha convertido ésta en un factor imprescindible para el éxito económico de una empresa?
En una empresa no todas las preocupaciones deben ser económicas, sino también ir más allá y aportar otras cosas a la sociedad. El mejor trato posible a los empleados y el respeto al medio ambiente son materias que muchas veces no cuestan dinero y sí ayudan a que tengamos una sociedad mejor.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
En las épocas de crisis, todos los seguros son importantes a la hora de dar cobertura y hacer una economía más resistente. Sin seguros, los efectos de la crisis habrían sido aún mayores.