¿Qué reflejan los datos del paro? ¿La recuperación no ha cogido suficiente forma?
En el paro hay que distinguir entre el corto plazo y el largo plazo. La economía española se está recuperando desde el año 2013, llevamos tres o cuatro años de crecimiento. Un crecimiento que puede parecer pequeño, pero que destaca en Europa. De manera más estructural no estamos bien, tenemos un gran problema de paro. Hemos lidiado muy mal con el problema del paro, no hemos sido capaces de acometer las reformas que han abordado otros países europeos para lograr un paro normal, entorno al 5%.
La temporalidad es más alta en las economías en las que la productividad en más baja. ¿Sería una manera eficiente de luchar contra la temporalidad incrementar la productividad?
Por supuesto, la productividad es la clave de todo el asunto. Sin productividad no hay crecimiento y sin crecimiento no hay creación de empleo. Ahora bien, el origen de nuestra temporalidad yo creo que es fruto de la cobardía. En la transición hubo un acuerdo entre los economistas de diferentes tendencias para dejar atrás el intervencionismo microeconómico que caracterizó al régimen, lo que provocó que nos abriéramos al mundo y a Europa, en un proceso que se había iniciado en el año 59 y que perdura hoy. Se logró un cambio notable a mejor en la economía. Sin embargo, la herencia en el mercado laboral no fue resuelta por los gobiernos democráticos por miedo. En los años 80, se dieron cuenta de que el paro se debía a este motivo: teníamos un mercado de trabajo sumamente intervenido, con altos costes de contratación y de despido. Entonces se inventaron el trabajo temporal en vez de liberalizar la contratación fija, que es lo que han hecho otros países de Europa que ahora tienen una tasa de paro bajísima. Los gobernantes no se atrevieron a reformar el mercado y lo segmentaron. Una parte del trabajo de mantuvo fija con una gran protección y, para no tener una tasa de paro elevadísima, se inventaron el trabajo temporal.
¿Hay que reformar de nuevo el mercado laboral?
A mí me parece que es necesario reformar el mercado laboral, pero para ello se necesita valentía política. Sería necesario explicar al pueblo español que una contratación fija demasiado cara no beneficia a los trabajadores, sino que más bien los perjudica.
