Lleva muchos años informando sobre economía y finanzas. ¿Cuáles son los conceptos o mecanismos más difíciles de comprender por los ciudadanos?
En todos los años que llevo ejerciendo la profesión, he visto que hay dos conceptos que se atragantan y cuesta comprender. Más allá de la inflación, la prima de riesgo o el salario mínimo interprofesional se atragantan la deuda y el déficit. La gente de a pie tiene dificultad para comprender cada uno de estos conceptos, diferenciarlos y ver lo importantes que son para el conjunto del cuadro macro y la salud del crecimiento de un país.
¿Qué ha cambiado en el pequeño inversor español durante los últimos años?
Tenemos una mayor cultura financiera. Me temo que hemos aprendido a golpe de crisis. En 2012 la prima de riesgo se hizo muy popular entre nosotros, al igual que el concepto de expediente de regulación de empleo. Ahora, en esta última crisis, hemos aprendido el efecto que tiene una alta inflación sobre nuestro ahorro y nuestra capacidad de gasto. Además, creo que las redes sociales contribuyen a generar cierta inquietud sobre la necesidad de ahorro pensando en la jubilación y vemos a muchos periodistas e influencers hablar de fondos de inversión, depósitos, inversión inmobiliaria…
En su experiencia como asesora de comunicación, ¿cree que las empresas son capaces de transmitir los mensajes más adecuados a sus clientes y a la sociedad en general?
A las empresas les hace falta ser más cercanas y tener una comunicación más activa. Solo se preocupan de acercarse a sus accionistas cuando publican sus resultados trimestrales, o cuando pagan dividendo o cuando hacen una ampliación de capital. Las empresas deberían aprovechar las redes sociales para acceder a un público y a un cliente más joven y presentarle sus proyectos, su plan de crecimiento, su política de acción social…
¿Existen grandes diferencias en Europa en cuanto a la inversión en formación que realizan las empresas?
Creo que en Europa hay una mayor y mejor comunicación entre empresa y cliente, y entre empresa y accionista. Se ve cómo algo normal, habitual. En España aún existe la idea de que es mejor contar lo justo y necesario, no más, que comunicar puede llevar a tener conflictos o explicar cosas que no interesan. Hay que dar un paso hacia la transparencia en la comunicación.
Algunos expertos apuntan como una de las debilidades de la exportación española que está concentrada en muy pocas empresas. ¿Qué recomendaría para invertir esta situación?
Creo que el problema es cómo está compuesto el tejido empresarial español. Hay muy pocas empresas grandes y hay muchas que son pequeñas y que, por motivos tributarios o burocráticos, no dan el salto a empresa mediana. Faltan empresas de mayor tamaño.
¿Cuáles serán los principales países que impulsarán la economía en 2024?
Estados Unidos creo que será, una vez más, locomotora del crecimiento mundial, y, por supuesto, Asia. Es un continente con una gran cantidad de gente joven, en edad de trabajar, con una clase media creciente y que se está apoyando mucho en la tecnología para crear empresas punteras en todos los sectores.
¿Qué papel cree que juega el seguro de crédito en este momento de incertidumbre y perturbación del riesgo de crédito?
El seguro de crédito es clave. Es como llevar cinturón de seguridad o airbag en el coche. Yo ya no entiendo el sentarme a conducir y meter primera sin llevar el cinturón de seguridad abrochado. Las empresas españolas de todos los tamaños y sectores están muy concienciadas ya de ir con un seguro de riesgo de crédito a conquistar nuevas geografías y nuevos clientes.