Sebastián Puig Soler

Marino y analista de asuntos financieros y de defensa

"Nos hallamos ante un entorno global complejo, volátil y con importantes debilidades geoeconómicas"

"El seguro de crédito constituye un instrumento muy importante de protección ante malos deudores y futuros impagos"

Por Javier Labiano

¿Cómo observa la evolución económica mundial desde su atalaya en Washington?

Washington es un lugar ideal para observar y analizar la realidad económica global. No sólo por la propia significación de la ciudad y el país, sino también porque alberga grandes instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial, BID…), así como potentes y activos think tanks (Brookings, CSIS, RAND, Cato, Heritage, por ejemplo) que permiten contrastar y enriquecer tus propias observaciones.

En general, la evolución de 2016 se contempla con preocupación: nos hallamos ante un entorno global complejo, volátil y con importantes debilidades geoeconómicas: la caída de los precios de las materias primas y, en especial, del petróleo, introduce mucha presión a naciones excesivamente dependiente de ellos; además, la desaceleración de la economía China impacta en las economías emergentes, muchas de las cuales enfrentan además una posible crisis de deuda; la guerra de divisas continua siendo una realidad constatable y desequilibrante (con el yuan y el dólar, de nuevo, como grandes protagonistas)… todo ello, con una recuperación económica desigual e incierta y un comercio mundial que no acaba de despegar. Económicamente, contemplo un 2016 frágil y con pocos avances respecto a 2015, si no retrocesos.

Usted es especialista en tecnologías de la información. ¿Cómo sería en estos momentos una economía sin TICs?

Hoy en día resulta impensable imaginar una economía sin TICs, salvo en escenarios de ciencia ficción apocalíptica. Es como si a nuestros ancestros de hace 500.000 años les preguntamos cómo sería su vida sin fuego. Las TICs forman parte inextricable de nuestra presente vida económica, social y cultural, incluso en las zonas más pobres y desconectadas del mundo.

¿Cuáles son los secretos de una buena gestión financiera?

Los resumo en mi timeline de Twitter: profesionalidad, decencia y sensatez. Aplicando estos tres principios básicos, tenemos casi todo el camino ganado. La profesionalidad exige formación, ejemplaridad y asunción de responsabilidades por nuestras acciones. La decencia nos lleva a esforzarnos por hacer las cosas bien y conforme a conciencia, lo que reporta un beneficio seguro, económico y/o personal. Finalmente, la sensatez significa no perder la perspectiva que nos otorga la experiencia y el buen juicio. Se trata de un camino más difícil, costoso y largo que los atajos tomados por algunos desaprensivos, pero no conozco otra forma sana de prosperar.

¿Qué potencial de desarrollo y qué aplicaciones tiene la inteligencia económica y financiera en España?

Vivimos en un mundo globalizado en el que la información circula en tiempo real. Los cambios tecnológicos, sociales, políticos e institucionales han configurado una realidad complicada y volátil, donde cualquier evento puede afectar inmediatamente a elementos muy variados y distantes. Aparecen nuevas cargas sobre los gobiernos: mayores exigencias económicas, descentralización, exposición pública y un entorno mucho más competitivo. Hay numerosos actores en juego, y no pocos son ilícitos o directamente hostiles. Hoy somos más que nunca conscientes de la fragilidad del sistema.

España, en este sentido, va con retraso con respecto los países de nuestro entorno, aunque ya hemos dado pasos importantes (empezando por nuestra Estrategia Española de Seguridad y Defensa) para potenciar la inteligencia económica a todos los niveles, con un enfoque multidisciplinar (público-privado-académico) y un objetivo explícito: obtener, analizar y difundir información económica estratégica relevante, oportuna y útil, para apoyar la acción del Estado y facilitar una mejor toma de decisiones.

Buscamos, sobre todo, superar nuestra actitud esencialmente reactiva y tardía ante unos hechos económicos que nos acaban superando en velocidad y dimensión. Necesitamos capacidad técnica y analítica suficiente para anticipar dificultades económicas y proteger nuestras debilidades financieras. Hay todavía mucho camino que recorrer. Animo a los más jóvenes a adentrarse en él. Es un mundo apasionante.

¿Qué reflexiones le gusta compartir con el lector de su blog “Esto Va de Lentejas” (https://www.lentejitas.net/)?

El objetivo, tanto de mi blog como de mis colaboraciones externas, es muy simple, pero a la vez exigente: compartir con los lectores mi esfuerzo de entendimiento de la realidad financiera, administrativa y empresarial, a diversos niveles. Soy una persona lenta en comprender esa realidad, y tengo muchas más dudas que certezas, por lo que disfruto tratando de explicar de la forma más clara posible lo que a mí me ha costado asimilar, ya sea un hecho aislado o un acontecimiento de mayor envergadura. Disfruto y aprendo haciéndolo, y créame, no doy abasto.

¿Se han extendido suficientemente las finanzas éticas y responsables?

Lo he escrito y he dicho muchas veces: cualquier analista que estudie sin prejuicios y con espíritu crítico la realidad económica actual puede constatar que hemos sufrido un gran déficit ético y de principios. Corregir esa carencia es el principal reto al que se enfrenta nuestro país.

Mantener una actuación vital equilibrada y basada en principios resulta clave para que la economía (familiar, empresarial y estatal) se convierta en un elemento integrante de la sociedad, y no al contrario. El elemento fundamental aquí es la ética. La ética requiere educación y, dentro de ésta, la educación financiera es una asignatura pendiente en nuestro país. Este es otro tema sobre el que no me canso de insistir. Gestionar nuestra economía no es una habilidad innata: debe aprenderse desde la infancia y formar parte tanto de la educación formal como informal. El coste de la ignorancia económica es muy elevado, y nos convierte en personas pasivas y víctimas fáciles de desaprensivos y vendedores de humo. No me invento nada: a la realidad cotidiana me remito.

Una vida financiera sana empieza por uno mismo, no podemos obviar esa responsabilidad personal y echar la culpa a los demás de nuestros males económicos.

¿Cree que es peligroso endeudarse en moneda extranjera?

Lo he explicado recientemente en un artículo: hay empresas e intermediarios financieros que especulan en moneda extranjera. Es su negocio. Otras compañías no financieras, por su parte, disponen de instrumentos para protegerse contra el riesgo que suponen las divisas para su actividad comercial. Pero en el ámbito personal ¿tiene sentido especular con nuestro patrimonio familiar, como ocurrió hace años con las hipotecas en divisas en yenes y, más recientemente, en francos suizos? ¿Tenemos la capacidad de anticipar las fluctuaciones de una divisa para modificar nuestra hipoteca?

Recordemos: para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años contratada en francos suizos, por la que hasta enero del año pasado se pagaba una cuota mensual de unos 600 euros, con el nuevo modelo cambiario establecido por el banco central suizo se pasó a desembolsar unos 700 euros y, además, los 150.000 euros de deuda se convirtieron en 177.500. La alegría rápida por una menor cuota puede encerrar sorpresas desagradables en el futuro. Moraleja: si el sueldo familiar se percibe en euros, uno debe endeudarse en euros.

¿Cómo cree que evolucionará la economía estadounidense en 2016?

A pesar del descenso notable del paro (a costa de un empleo más precario y de la reducción de su fuerza laboral) y de la solidez de su consumo interno, pienso que el crecimiento estadounidense apenas repuntará, debido a la fortaleza del dólar, la mencionada debilidad económica global, las inciertas perspectivas de inversión y el crecimiento insuficiente de la productividad. En este sentido, es posible que la FED retrase o ralentice las anunciadas subidas de tipos de interés para este año. En cualquier caso, ya nos gustaría a nosotros tener ese dinamismo…

¿Por dónde cree que discurrirá, entonces, la economía española?

Veo una economía española que debería continuar la clara senda positiva iniciada en 2015, posiblemente a un menor ritmo; pero que sigue adoleciendo de importantes fragilidades, muy especialmente el peligrosísimo binomio déficit-deuda y la precariedad laboral, en cierto modo comprensible tras la debacle sufrida por el empleo durante la crisis. El principal riesgo que advierto es que tanto la coyuntura económica internacional como la incertidumbre política interna pueden jugarnos una mala pasada durante este año.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?

Del seguro de crédito sé lo que aprendí en mis estudios: que constituye un instrumento muy importante de protección para las empresas ante malos deudores y futuros impagos. Algo que se me antoja fundamental en un entorno de crisis e incertidumbre como el vivido en estos últimos años. Como he dicho antes, la sensatez es uno de nuestros principales activos financieros.