Rafael Galán del Río

Economista y analista financiero en perpe.es

"El ahora debilitado sector inmobiliario español presenta innumerables operaciones a precios competitivos"

"Sin el seguro de crédito es posible que el descenso en el comercio mundial hubiera sido mayor"

Por Javier Labiano

Sus análisis económicos cuentan con miles de seguidores en las redes sociales. ¿Da siempre en la diana a la hora de elegir los temas o es que sus comentarios son muy certeros?

Intento publicar gráficos o artículos de la actualidad del momento, supongo que es uno de los motivos por los que suelen despertar interés. Haciendo además que sean sencillos y directos, siendo lo más objetivo posible para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones. Prefiero analizar tendencias a largo plazo para evitar que uno o varios datos, por causas estacionales u otras diversas, distorsionen la visión de conjunto y se pueda comprobar fácilmente la situación del indicador en concreto.

¿Qué temas preocupan más a sus lectores?

En general todo lo relacionado con la economía española, en particular aquellos del sector inmobiliario, que sabemos que durante años tuvo una importante participación en el PIB y ahora la mayoría espera su recuperación, que avanza, aunque lentamente. Asimismo, han sido muy visitados gráficos de la deuda o el déficit y, también, sobre salarios. Está claro que a diario los medios comentan sobre éstas y otras cuestiones, así que pretendo aportar mínimamente algunos datos que resulten interesantes y aclaren algo más la situación.

En estos momentos, usted vive en Shanghái. ¿Cómo se ve la economía española desde allí?

Los chinos ven a España, y a toda Europa, como un gran continente de oportunidades después de la fuerte crisis que se ha vivido. Como indicaba anteriormente, en nuestro país el ahora debilitado sector inmobiliario presenta innumerables operaciones a precios competitivos, y ya se han visto algunas realizadas puntualmente, pero se pueden esperar bastantes más. Por supuesto, habrá operaciones corporativas como ha sucedido también en sectores como el de alimentación, quizá uno de los que presenta mayor interés para China por la demanda creciente de su población.

De hecho, buscan adicionalmente mejorar la calidad y en las empresas europeas con larga tradición y experiencia, eso es algo principal. Son de sobra conocidos los escándalos relativos a la comida en el gigante asiático, por lo que se valora que estos productos procedan del extranjero.

Un gran reto para la economía española…

Sin duda, ya que cualquier intercambio no está exento de riesgos, incluso debido a diferencias culturales. Por ese motivo, cualquier acercamiento, foros, información, etc. siempre es positivo para saber cómo funciona China, de forma que todas estas transacciones y relaciones comerciales se realicen de manera satisfactoria.

Efectivamente, China está de máxima actualidad. ¿Cómo ha afectado su debacle bursátil a los mercados mundiales y, más en concreto, a nuestra economía?

Desde mediados del año pasado se  iniciaba la segunda burbuja bursátil en, exactamente, una década, que provocaba que el índice representativo de la bolsa de Shanghai acumulara una revalorización de un 130% en poco más de 12 meses. En la anterior, la duración fue de unos dos años y mucho mayor, con una subida casi en vertical superior al 450%. Hay un claro efecto imitación entre los chinos, por eso no se pueden descartar estas burbujas que se producen de manera recurrente, tanto en bolsa como en otros activos. El estallido, como sucede siempre, también es fuerte provocando el pánico y un efecto en cadena que, por supuesto, en un mundo globalizado, termina afectando a las bolsas del resto de países.

Pero una cosa es lo que sucede en los mercados y otra diferente es la economía real, aunque es cierto que en ocasiones puede existir cierto efecto contagio, pero no tienen mucha correlación. Y en China la realidad es que la desaceleración económica está produciendo una caída de sus importaciones globales que sí podría tener efectos en la economía española.

¿La está teniendo ya?

Por el momento no se está haciendo notar, sino todo lo contrario, con un aumento en las exportaciones españolas en el primer semestre del 4,5% frente al mismo periodo del año anterior. Impulsadas por un aumento del 58% en alimentos y bebidas, por el motivo que señalaba precisamente anteriormente. Y es que productos como cerveza, cítricos, chocolate y jamón presentan todos crecimientos superiores al 100% con respecto al año pasado, de manera que existe mucho potencial aún, pero es necesario saber explotarlo a través de comunicación y marketing. Dicho esto, es cierto que China representa sólo un 1,7% del total de exportaciones, de manera que incluso aunque este aumento fuera menor o se llegaran a producir caídas, el impacto comercial sería bastante reducido.

¿Podría tener alguna repercusión en España el impacto de los cambios económicos de China en otros territorios como Latinoamérica?

Son dos regiones muy diferentes y la exposición de España a América Latina sí tendría mayor impacto por las empresas multinacionales que allí operan con fuerte presencia, sobre todo, en el sector telecomunicaciones y bancos. En Brasil se está notando con claridad la recesión, que va a continuar quizá hasta el año que viene, aunque era algo previsible como llevo indicando algo más de dos años por su modelo productivo, excesivo proteccionismo, dependencia de materias primas, burbuja inmobiliaria… Al ser la mayor economía, está impactando ya en toda la región, por lo que los resultados empresariales se van a ver afectados por partida doble, ya que varias divisas latinoamericanas están sufriendo considerables depreciaciones este año.

Por el contrario, no sólo en China, sino en Asia en general, la exposición es más reducida, y aún existen claras oportunidades, incluso en sectores como infraestructuras. Un claro ejemplo es la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras promovido por el gigante asiático y en el que España participa como miembro fundador. Como indico, todavía hay mucho margen para el desarrollo económico y comercial en toda la región asiática, pero el acercamiento al país debe ser el correcto.

De cualquier manera, ¿cree que las reformas emprendidas por el Gobierno de Pekín son suficientes para tranquilizar a la economía mundial en los próximos años?

No son suficientes por el momento, pero precisamente los acontecimientos recientes en los mercados y, sobre todo, intentar alcanzar el objetivo de crecimiento del 7% este año, es posible que acelere de alguna manera las reformas. Estoy seguro de que vamos a ver más medidas, como más liberalización, también en la divisa, a pesar de la devaluación reciente que, para mí, no deja de tener un simple efecto psicológico ya que es la moneda que menos cae aún este año frente al dólar. Actualmente, la economía china representa algo más del 13% del total mundial, cuando en el año 2000 era del 3,6%. Por lo tanto, la influencia es más que significativa y cualquier shock tendría impacto a nivel global, considerando la dependencia comercial de muchos países, sobre todo emergentes.

Por lo tanto, el gobierno chino ahora debe considerar mucho más sus decisiones y tener en cuenta que ya no sólo tendrán un efecto doméstico, sino que el impacto podría ser significativo fuera de sus fronteras. Una crisis en el país más poblado del planeta tendría efectos muy perjudiciales a nivel mundial, por eso deben llevar a cabo reformas y mayor control en varios sectores con el fin de evitar males mayores en el futuro.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?

Reitero lo que señalaba antes sobre la dificultad de entrada en algunos mercados en los que los acuerdos pueden no llegar a cumplirse, incluso por diferencias culturales. En España el año pasado el número de empresas exportadoras regulares, aquellas que exportaron durante cuatro años consecutivos, superó las 45.000, un 11,5% más que en 2013. Sin embargo, en total fueron más de 147.000 empresas las que realizaron operaciones con el exterior y es a aquellas, que en muchos casos no conocen con tanto detalle los mercados exteriores, en las que más sentido cobra el seguro de crédito.

Durante la crisis, momentos en los que la incertidumbre ha aumentado considerablemente a nivel mundial, ha servido para que las compañías hayan continuado realizando operaciones al poder cubrir su riesgo. De lo contrario, es posible que el descenso en el comercio mundial hubiera sido mayor.