¿Qué medidas deberían tomarse para que la pandemia no tenga efectos permanentes sobre el mercado de trabajo?
La crisis ha vuelto a sacar a la luz algunas debilidades estructurales. La alta temporalidad del mercado laboral ha seguido propiciando una mayor destrucción de empleo que en otras economías de la Unión Europea. Pero también algunas nuevas fortalezas por los avances en la mayor flexibilidad interna a raíz de los cambios en la legislación laboral desde 2012 y algunos más recientes, que han permitido hacer un uso masivo de los ERTE. Hasta la crisis del coronavirus, la evidencia para España indica que, en promedio, por cada punto de variación en la tasa crecimiento del PIB el empleo respondía cerca de 1,1 puntos. Por el contrario, en el primer trimestre de 2020 el PIB se contrajo un 5,2% y el empleo un 1%. Y las previsiones para el segundo trimestre apuntan una respuesta parecida: una caída del PIB cercana entre el 15% y 20%, y una destrucción de la afiliación a la Seguridad Social del 4,9%. El camino es seguir avanzando hacia un mercado de trabajo más eficiente y equitativo, y que aumente la flexiseguridad, con medidas que modernicen la negociación colectiva, que reduzcan la temporalidad, y que mejoren la eficiencia de las políticas activas y su integración con las pasivas. Es fundamental crear una plataforma que optimice el proceso de búsqueda y cobertura de vacantes mediante la inteligencia artificial aplicada a una gran base de datos, que aglutine el universo de vacantes y mejore el proceso de búsqueda y emparejamiento. Todo ello daría lugar a un enorme mercado de trabajo sobre una plataforma digital, similar a la que ya existe en otros mercados.
¿Cree que la actual recesión económica superará a la de la crisis de 2009?
Sin duda alguna. No sólo en España, sino también en todas las economías avanzadas. Las previsiones económicas para 2020 indican que la crisis del Covid-19 va a ser la más intensa y profunda desde el final de la Segunda Guerra mundial, tanto para la economía global como para Europa. La caída del PIB de España rondará el 11%. Afortunadamente la recuperación, que ya ha empezado, será también más rápida, suponiendo que no haya un rebrote generalizado. Ahora lo importante es que la crisis económica producida por el Covid-19 no deje cicatrices permanentes en nuestra economía.
La recuperación que comenta podría verse lastrada por la incertidumbre. ¿Qué actuaciones aconseja para evitarla o, al menos, minimizarla?
Para las decisiones de los agentes económicos, resulta crucial proporcionar certidumbre y consensuar medidas con todos los agentes que deben aplicarlas. No solo es importante acertar con las medidas de política económica que se proponen. También lo es no cometer errores generando incertidumbres sobre cambios en la legislación laboral o la fiscalidad que perjudican las decisiones de inversión y la creación de empleo. Es necesario generar certidumbre sobre la política económica, las relaciones laborales, regulaciones de mercados y sobre la estabilidad presupuestaria, y consensos entre los partidos políticos, y con los agentes sociales, sectores productivos y empresas, que son los que tienen que aplicar la estrategia de salida, recuperar el empleo y la actividad económica.
A su juicio, ¿qué sectores e industrias tardarán más en recuperarse?
Dadas las incertidumbres existentes, el miedo al contagio y las medidas de distanciamiento, todos los sectores relacionados con el consumo social, el turismo o los viajes van a tardar más en recuperarse. A estos sectores hay que añadir aquellos que se ven afectados por la caída del comercio internacional y la ralentización de la actividad de las cadenas mundiales de producción.
La pandemia ha aumentado el uso del teletrabajo y las relaciones virtuales. ¿Qué nuevas oportunidades ofrecerá la transformación digital?
Aunque la crisis sea transitoria tendrá efectos permanentes en el sistema productivo y en muchos patrones de consumo. El proceso de transformación digital se está intensificando, y afecta a la forma en la que trabajamos, por ejemplo, con mayor importancia del teletrabajo, en la que las empresas organizan sus procesos productivos, y en la que se consumirán muchos bienes y servicios. El distanciamiento social y las medidas para prevenir futuras pandemias acelerarán la digitalización y la automatización.
¿Qué otros cambios tecnológicos y sociales se acelerarán en la era post-covid?
En esta nueva economía va a ser crucial seguir el ritmo de la frontera tecnológica mundial e invertir en I+D+i y capital humano. La crisis del Covid-19 también ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con una diversificación productiva mayor, de depender menos de proveedores que pueden suspender su producción, y de mantener inventarios suficientes. Estamos viendo cambios en la política industrial, en las ayudas de los estados a las empresas, y en la gestión de las políticas monetarias, fiscales y de rentas. Todo ello abre un debate sobre el papel del sector público tras el Covid-19, los populismos o la globalización. Además, se va a dar más importancia a la seguridad sanitaria y a evitar riesgos catastróficos, lo que nos obliga a anticiparnos al cambio climático.
¿Cómo debería combatirse el aumento de desigualdades que se producirá como consecuencia de la pandemia?
Por un lado, garantizando una mayor igualdad de oportunidades en términos de educación y mejora del capital humano, en donde la formación continua cada vez será más importante, y una mayor empleabilidad en puestos de trabajo estables, productivos y de calidad. El desempleo, la intensidad en las horas trabajadas y el nivel de cualificación son los principales determinantes de la desigualdad. Por otro, en la medida que los ingresos puedan ser más volátiles como consecuencia de los desiguales efectos de ésta o de futuras pandemias en los diferentes sectores productivos y empresas, hay que evitar el aumento de la desigualdad mediante una red de protección social y políticas de rentas más eficientes.
¿Qué sabe del papel que juega el seguro de crédito en la economía?
El Covid-19 ha puesto de manifiesto que la actividad económica es hoy en día más vulnerable que antes de la crisis. Esta mayor volatilidad en los ingresos de las empresas hace más necesario que antes asegurarse y prevenir los potenciales riesgos de impagos.