Nuño Rodrigo

Periodista económico en Cinco Días

"Los últimos quince meses han tenido un efecto guadaña en las empresas"

"El seguro de crédito a la exportación es una herramienta de uso obligado en estos tiempos de incertidumbre"

Por Javier Labiano

¿Cree que la reactivación del turismo este verano impulsará la recuperación de la economía española?

Sí, sin duda. España es una economía muy dependiente del turismo y por eso, entre otros motivos, fue la que peor comportamiento registró en la eurozona en 2020. La cuestión es cuándo, dónde y hasta qué punto. El turismo doméstico vivirá un verano relativamente normal condicionado, claro está, por el impacto de las personas que se han quedado sin trabajo o están en ERTE. La duda es el extranjero; España es exportadora neta de servicios turísticos, por lo que cuantos más movimientos transfronterizos haya, aunque ello implique salidas de españoles al extranjero, mejor. La campaña de vacunación y el certificado europeo ayudarán, y la comparativa interanual será muy positiva, pero no creo que se recuperen niveles prepandemia. Eso lo notarán más las áreas que más dependan de un gran volumen de turistas extranjeros, áreas donde la sustitución de extranjeros por nacionales no es posible.

¿Qué otros sectores y mercados serán imprescindibles para volver a los crecimientos de 2019?

La internacionalización de la economía es fundamental; más allá del turismo, en la medida en que España pueda aprovechar la mejora económica de sus socios comerciales, dependerá menos de un flujo de turistas que está sujeto a distintos condicionantes. Y puede compensar el riesgo de que la destrucción de empleo asociada a la pandemia, especialmente en los sectores más afectados, lastre la demanda interna más allá del obvio efecto rebote. 

Después de la pandemia, ¿qué elementos o factores deberían cambiar en el modelo económico español?

En gran parte, los mismos que antes de la crisis. La productividad, la atomización de las empresas, la precariedad laboral, la desigualdad territorial, la educación, tanto reglada como formación continua… España ha recuperado parte de la competitividad perdida durante los años de la burbuja y ha reducido su dependencia del ladrillo. Son noticias positivas, pero queda camino por recorrer, especialmente en el mercado laboral, atrapado en el círculo vicioso de baja productividad y precariedad. Quizá esta crisis sí haya puesto de manifiesto, en España y en todo el mundo, la relevancia de contar con tejido industrial y la vulnerabilidad asociada a las micropymes, que tienen más difícil afrontar coyunturas tan duras. 

¿Qué papel catalizador pueden jugar la tecnología y el big data en estos cambios? 

No creo en los productos milagro. La tecnología es un sector económico de importancia creciente, pero no tiene la dimensión suficiente para tirar de la economía por sí solo. Los últimos quince meses han tenido un efecto guadaña en las empresas y el empleo de algunas áreas de actividad. La clave es que las empresas que han sobrevivido, teóricamente las más productivas o solventes, sean capaces de crecer, de ser más productivas y de crear empleo. Y, en paralelo que la economía en conjunto sea capaz de reciclar a los trabajadores que han quedado descolgados en esta crisis y de formar a los jóvenes. Las tecnologías, los datos, son claves para conseguir estas metas, pero hace falta un sustrato debajo.

¿Qué papel cree que juega el seguro de crédito en este momento de incertidumbre y perturbación del riesgo de crédito?

La internacionalización y el tejido industrial son claves, incluso más que antes de la pandemia. En este sentido, el seguro de crédito a la exportación es una herramienta de uso obligado. En estos tiempos de incertidumbre, incluso más, en la medida en que muchas empresas han visto la necesidad de proteger las líneas de liquidez. Algo que es aplicable también al seguro de crédito doméstico, en particular en un país como España donde la estructura económica es vulnerable a los shocks externos. 

¿En qué momento los inversores internacionales volverán a poner su mirada en nuestro país?

No creo que la hayan dejado de poner. Hay mucho dinero en el mundo y en España hay un mercado con potencial y oportunidades de compra. Este 2021 está siendo un año de actividad efervescente en fusiones y adquisiciones, con operaciones en la industrial, con las renovables en ebullición... Creo que el dinero es consciente de las fortalezas y debilidades de la economía, cuáles son estructurales y coyunturales. No es una crisis sistémica, económicamente hablando, como en 2012.  

¿Cómo influirá la penetración del comercio online en el mercado inmobiliario y logístico? 

Es muy difícil saber qué cambios de hábitos son estructurales y cuáles coyunturales. Es cierto que la pandemia ha acelerado todo, y hay una tendencia en Estados Unidos desde hace años; el comercio electrónico ha hecho daño al comercio tradicional, pero el impacto ha sido especialmente duro en el clásico mall americano. Eso es un cambio de paradigma. En las ciudades se están produciendo cambios también, y lo vemos en cómo están adaptando su estrategia, a marchas forzadas, las grandes cadenas textiles. El comercio de proximidad cambiará, pero no lo daría por muerto siempre y cuando sea capaz de transmitir al cliente su valor añadido, que lo tiene. La logística, por su parte, es otro sector en auge con el tirón del comercio electrónico, pero el impacto de éste viene más por la parte del mercado que se come que por las actividades nuevas que genera.

¿Qué nuevos trabajos y profesionales liderarán el mercado en los próximos años?

No me siento capaz de responder a esa pregunta: o bien caigo en una serie de lugares comunes o bien me equivoco miserablemente o, lo que es más probable, ambas opciones a la vez.