Natalia Hernández

Periodista especializada en información económica en La Sexta, Onda Cero y Forbes

“Nos enfrentamos a una caída de nuestra economía sin precedentes”

"El seguro de crédito ayuda a encontrar fiabilidad y confianza en los mercados"

Por Javier Labiano

Usted es especialista en el análisis de datos, ¿por qué ha habido tanta incertidumbre en algunas cifras y ratios durante la pandemia?

Diría que ha pasado lo peor que puede pasar ante una situación de crisis, en la que necesitamos conocer la verdadera realidad para tomar medidas más o menos restrictivas: que los datos no han sido homogéneos. Hemos visto descoordinación en los datos sanitarios de las diferentes comunidades autónomas, y cambios de un día para otro en la recogida y exposición de la información. Pese a todo, tengo que decir que no es sencillo gestionar una crisis de esta magnitud, pero el caos y la falta de transparencia puede distorsionar el estado real del país.

¿Hasta dónde puede afectar estructuralmente el Covid-19 a la economía española?

Aún es pronto para determinar el verdadero impacto que sufrirá nuestra economía tras el parón provocado por el virus, pero lo que nadie niega es que nos enfrentamos a una caída de nuestra economía sin precedentes en la historia reciente. Debemos entender que el bloqueo de la actividad productiva ha traído consigo un aumento del número de personas desempleadas o en situación de incertidumbre. Esto traducido a la vida cotidiana significa que los hogares frenan su consumo y previsiones de inversión, por lo que la demanda interna se ve fuertemente contraída. Por ejemplo, según el Banco de España, el gasto diario cayó alrededor de un 70% con respecto al observado durante la primera mitad del mes de marzo. Si a eso sumamos que esta es una crisis global, y que la demanda de bienes y servicios españoles se para en el exterior, lo que tenemos es una combinación explosiva que solo con acciones decididas reducirán el daño de nuestra economía.

¿Qué sectores están mejor preparados para relanzar de nuevo su actividad y cuáles sufrirán más?

Hace unos días el Banco de España recordaba en uno de sus informes que el peso de los sectores relacionados con el turismo, la hostelería, el ocio y el comercio concentran casi el 20% del empleo de España. Son, precisamente, los que han quedado bloqueados para controlar la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. De cara a 2021, cabe esperar una recuperación significativa de la actividad, pero no va a ser completa y ni mucho menos similar a la situación pre-pandemia. ¿Qué sectores estarán en posición para relanzar su actividad antes? Está claro que la demanda de empleos en el futuro se verá determinada por el tipo de actividades que sea posible realizar en los próximos meses. Por ejemplo, nadie piensa a día de hoy en viajar, ir de vacaciones o salir a cenar de la misma manera de la que lo veníamos haciendo. Sin embargo, pese a que la demanda de estos sectores será débil por un tiempo, sí que buscaremos alternativas que, a su vez, suplirán la falta de trabajo en estos ámbitos. Quiero decir que es posible que se demanden más servicios por internet, lo que incrementará la demanda de transporte de mercancías y actividades anexas.

¿Se acentuarán de forma irreversible las desigualdades económicas entre la población?

El metro de Nueva York se convirtió al comienzo de la crisis en un símbolo de la desigualdad de la ciudad. El New York Times retrataba el drama de los que se jugaban la vida para ir a trabajar y mantener los escasos ingresos que entraban en casa, y los que podían protegerse del virus quedándose en casa. Los ingresos como escudo frente al contagio. Es solo uno de los muchos ejemplos que ponen de manifiesto el incremento de las desigualdades que nos deja, desde el primer instante, la crisis del Covid-19. No olvidemos que las familias pobres, pero también las mujeres, tienen empleos más precarios, y en sectores que han sido más tocados por el aislamiento social: restauración, ocio, turismo y comercio. Por eso, es imprescindible poner en marcha la renta mínima vital, que proteja a los hogares más vulnerables, porque muchos de ellos aún se están recuperando del impacto de la crisis de 2008 y su situación podría ser, en esta ocasión, mucho más preocupante.

¿Cree que la experiencia de estos últimos meses potenciará el teletrabajo en España?

No me resultaría extraño que el teletrabajo fuera una nueva normalidad tras el COVID. Creo que se han superado de golpe ciertas reticencias a esta fórmula laboral, que aporta mayor flexibilidad y que permite una mayor conciliación en el hogar. Además, no olvidemos que puede ayudar a reducir el tráfico y la contaminación de nuestras ciudades. Pero debemos estar atentos. Tener el trabajo en casa no debería contaminar toda nuestra actividad diaria. Hay que instalar la ley de la desconexión a tiempo. Con todas las herramientas digitales a nuestra disposición, muchas personas inician su jornada laboral al despertarse, desayunan trabajando y permanecen enganchados todo el resto del día, hasta que se acuestan a dormir, no sin antes revisar el correo. La falta de descanso, sobre todo mental, provoca un desgaste que puede tener repercusiones severas en nuestra salud.

¿Debe aprovecharse la recuperación económica para acelerar la transición energética en nuestro país?

“No estábamos preparados para la crisis de Covid-19, y estamos aún menos preparados para las consecuencias inminentes de los desafíos como el cambio climático”, dice la OCDE. Así que algunos ven en esta crisis una oportunidad única para acelerar y hacer frente a los riesgos del cambio climático que vienen: los llamados “cisnes verdes”. Como me comentaba un experto hace unos días, no podemos dejar que las iniciativas globales contra el cambio climático sean también víctimas de la pandemia. Así que, por qué no hacer de la necesidad virtud y combatir la crisis económica que se avecina con la transición hacia alternativas más limpias: energía solar o eólica. Esto será posible si los programas de estímulo de los países afectados dan prioridad a las inversiones que estén ligadas a la sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, en EE.UU. la gran banca se replantea la inversión en combustibles fósiles. JP Morgan anunció hace unos meses que cerrará el grifo para las perforaciones en el Ártico. En cambio, destinará unos 200.000 millones de dólares en proyectos sostenibles. En España no tenemos una ley de cambio climático aún, pese a ser una de las regiones más expuestas a sus consecuencias, pero hace unos días el Consejo de Ministros envió al Congreso la norma que pretende remediarlo. Esperemos una sólida recuperación económica y, por qué no, verde.

¿Cómo cree que evolucionarán las pensiones públicas en el nuevo escenario que se abrirá tras la pandemia?

Es una fuente de presión más para la financiación de las pensiones públicas, sin duda. Recordemos que en España existe un sistema de reparto -los actuales trabajadores son los que, a través de sus cotizaciones sociales, pagan la nómina de los actuales pensionistas. El hecho de que la Seguridad Social vea reducido el número de cotizantes y exista reducción de jornadas o salarios como consecuencia de la crisis es una mala noticia para el conjunto de las arcas del Estado y, como no, para el pago de las pensiones. Existen soluciones y los actores políticos deberían tomarse en serio la reestructuración del sistema de financiación de las pensiones públicas, porque el gasto que debe aguantar esta partida en los próximos años, donde además se jubilará la generación del baby boom, es cuanto menos de incertidumbre.

¿Qué sabe del seguro de crédito?

En un momento de crisis económica y de incertidumbre es necesario encontrar fiabilidad y confianza en los mercados. Creo que el seguro de crédito ayuda precisamente a construir confianza en ese sentido.