Es economista y licenciado en derecho. ¿Qué tal casan ambas disciplinas?
Tienen mucho que ver. Al final, un economista ha de tener una visión transversal de la realidad porque es un científico social y la sociedad se compone de más cosas que economía. Además, el derecho es una disciplina que particularmente se complementa muy bien con la economía. En el siglo XIX, por ejemplo, ésta era una rama del derecho y existía la teoría de las obligaciones y de los contratos. El derecho te permite comprender muchas de las categorías conceptuales que luego se utilizan, no siempre de manera muy precisa, en economía.
Hace cinco años escribió, junto a Carlos Rodríguez Braun, el libro ‘El liberalismo no es pecado’. ¿Por qué se planteaba que pudiera serlo?
A finales del siglo XIX y principios del XX el liberalismo era considerado un pecado mayoritariamente por la sociedad. Pero, en aquel momento, lo era por las libertades civiles que promovía. Hoy, afortunadamente, esa visión ya ha desaparecido, la batalla en cuanto a libertades civiles la ha ganado el liberalismo. Pero mucha otra gente sigue pensando que el liberalismo es un pecado, algo marcadamente negativo en cuanto a libertades económicas.
Ahora ha publicado “La pizarra de Juan Ramón Rallo”, en el que menciona 40 mitos de la economía española”. No le pediré que me cite los 40, pero sí 3 de los más importantes
El primero sería que la crisis y sus consecuencias son culpa del libre mercado; que en España tenemos libre mercado, una economía muy liberalizada y que la crisis y sus consecuencias sociales se deben a ello. El segundo mito es que España necesita avanzar hacia un estado mucho más grande que el actual para aumentar nuestro bienestar; y que ese estado más grande podría financiarse simplemente haciendo que los ricos paguen más impuestos. Y el tercer mito, que la crisis nos ha convertido en uno de los países más desiguales y ha multiplicado, de manera incomparable con otros países europeos, la pobreza que se vive entre la población.
Precisamente, en línea con este último mito, un informe del instituto Juan de Mariana acaba de concluir que España es uno de los países con menor desigualdad real de Europa. ¿Por qué en la calle no existe esa impresión?
No son interpretaciones necesariamente incompatibles. Estamos diciendo que España es uno de los países con menor desigualdad de Europa, y quizás otros países sean más desiguales pero no seamos conscientes de ello. Yo creo que, al final, la calle tiene una percepción muy sesgada de la realidad. De la misma manera que hay gente que sólo se mueve en entornos con rentas altas y que no es consciente de la situación de otros que lo pasan mal, hay personas que se mueven siempre en entornos de rentas muy bajas y que solo ven esa parte de realidad. Para conocer si una sociedad es más o menos igual o desigual hay que tomar datos de todo el conjunto, que es lo que hemos hecho nosotros.
Otra cuestión es que mucha gente confunde desigualdad con pobreza; y cuando dicen que España es muy desigual en realidad quieren decir que hay gente muy pobre. Una sociedad puede ser muy igualitaria y muy pobre.
¿Por qué los tipos de interés negativos del BCE han contribuido a redirigir el capital desde el mercado de deuda hacia la bolsa?
Es una hipótesis que habría que verificar, pero desde luego es lo que al final también pretendía el Banco Central Europeo, por lo que es bastante verosímil que haya sido así. Obviamente, si matas la rentabilidad de los activos del interbancario y has hecho lo mismo con la rentabilidad de la deuda pública, el incentivo que queda es buscar otros activos que ofrecen una rentabilidad más alta.
Después de la última evolución negativa de la Bolsa ¿Sigue pensando que es el activo más rentable a largo plazo?
Sí, claro. Que se haya dado un batacazo a corto plazo no significa nada, en un contexto en el que estamos hablando de rentabilidades a 15 ó 20 años. De la misma manera que solemos decir que la bolsa es el activo más rentable a largo plazo, también decimos que es el más volátil que existe. Por eso, todo es bastante coherente.
El 53% de los inversores prevé que la crisis no termine hasta el 2020, según el índice de confianza de J.P. Morgan Asset Management. ¿Está de acuerdo con ellos?
Sí. Si todo sigue tal cual, recuperaremos el nivel del PIB pre-crisis, y no me refiero a PIB total sino al del sector privado, en torno al año 2018. Y el nivel de empleo en 2021 ó 2022. Por lo tanto, coincido bastante con las estimaciones que comentabas, eso sí dejando claro que estas previsiones se hacen extrapolando el actual ritmo de crecimiento, pero tampoco hay ninguna garantía de que éste se mantenga igual.
¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?
La morosidad es algo tremendamente pro-cíclico y, por tanto, es comprensible que muchas personas tengan una visión a corto plazo en momentos de cresta del ciclo, cuando quizás piensen que no hay que constituir provisiones o contratar seguros contra la morosidad y los impagos porque nadie está impagando. Pero, precisamente porque la morosidad es muy pro-cíclica, todas las personas deberían considerar la posibilidad de que cambien las tornas y se produzcan impagos.
Una de las fórmulas para contrarrestar esta incidencia cíclica es, justamente, contratar seguros de impago. No digo que tenga porqué ser el único, pero es uno de los instrumentos de los que disponen los empresarios y que se debe valorar.