Juanma López Zafra

Chief Data Officer en CUNEF

“Sigue siendo complicado vender fuera de la Unión Europea”

"El seguro de crédito es absolutamente esencial para cualquier empresa, ya que evita uno de los riesgos fundamentales, el de impago"

Por Javier Labiano

Las dificultades para conocer a potenciales clientes de otros países han disminuido extraordinariamente gracias a las nuevas tecnologías. ¿Sigue siendo complicado vender en un país extranjero?

Dentro de Europa, en términos generales, cada vez es más fácil vender, aunque puede haber territorios fuera de la Eurozona, del Este de Europa, en los que haya más dificultades. Donde se complica más el tema es en mercados como el asiático y el norte de África. Aunque las nuevas tecnologías nos permiten conocer mucho mejor estos territorios, la verdad es que sigue habiendo un importante gap cultural que dificulta el proceso, tanto cuando les vendemos nuestros productos, como cuando ellos nos venden los suyos. Tenemos que ser capaces de saber qué quiere el cliente en cada momento, cómo lo quiere y dónde lo quiere. Y eso en ocasiones es un tema más cultural que de conocimiento de negocio. Por eso sigue siendo complicado vender fuera de la Unión Europea.

¿Qué otros desafíos encuentran en estos momentos las empresas que quieren acceder a nuevos mercados?

Hay uno importante, que es el tamaño. Nuestras pymes, que son muchísimas, bastante tienen con ocuparse del mercado interno y ven complicada la inversión en el exterior, porque supone dinero y recursos que están detrayendo de otros desarrollos. Para una empresa con menos de 25 personas dedicarse a un mercado exterior es muy complicado, porque necesita especialistas en ese mercado o representantes de mucha confianza, conocer las ferias donde puede presentar su producto, etc.

¿Qué sectores económicos pueden verse transformados con el big data?

Me cuesta trabajo encontrar un solo sector que no pueda verse afectado y transformado por el big data. Siempre que la empresa trate de poner en el centro de su estrategia al cliente más que al producto, la transformación será absoluta en todos los sectores. Puede que haya pequeñas tiendas o empresas que sigan igual pero el concepto de negocio cambiará en todos los sectores.

¿Qué medidas necesita la economía española para dinamizar su actividad durante lo que queda de 2018 y consolidar la situación en 2019?

Hay una medida absolutamente fundamental, que es bajar los impuestos a empresas y particulares. En una situación de posible recesión a medio plazo, hay que transmitir confianza a la economía y devolver al individuo la responsabilidad del gasto y del ahorro. La mejor forma de atraer empresas y talento no es mediante subvenciones, sino con la reducción de impuestos. Esto ya lo ha demostrado Irlanda, Hungría, Rusia y Grecia.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que ha jugado en la crisis?

El seguro de crédito es absolutamente esencial para cualquier empresa, ya que evita uno de los riesgos fundamentales, que es el de impago. La compañía que se dedique a exportar y, por tanto, pueda tener una posibilidad de impago fuera del mercado nacional, evidentemente debe tener un seguro de crédito. Su papel durante la crisis ha sido importante y se ha configurado como un instrumento esencial en la gestión del riesgo de las empresas.

¿Cree que España no debería ser tan dependiente de la Unión Europa, a donde ahora envía más de un 60% de sus exportaciones?

No es un tema que me preocupe especialmente porque no hay riesgo cambiario, y eso es absolutamente fundamental para una empresa. Depender de la Unión Europea y que sea algo mutuo, porque ellos también son dependientes de nuestras exportaciones, me parece bien. Nosotros nos surtimos de ellos y, a su vez, les enviamos unos productos de alta calidad que provienen, por ejemplo, de nuestro sector agrario-hortofructícola. Lo ideal en un mundo perfecto sería que no hubiera riesgo cambiario y que, a partir de ese momento, se produjera una diversificación en distintos mercados. Pero hace más de 40 años que ese riesgo existe, por lo que la actual situación de las exportaciones a la Unión Europea no me preocupa.

Según usted, dos de cada tres niños trabajarán en el futuro en profesiones que aún no existen. ¿Qué vuelco debe dar la educación en nuestro país para formarlos?

Hay mucha palabrería sobre el cambio en el modelo productivo y en la educación, pero no se traduce en acciones. No hay asignaturas de programación y las matemáticas, los idiomas, etc. se siguen estudiando como siempre. El cambio lo vemos en las tablets, los teléfonos y los televisores inteligentes. Los niños tienen cientos de inputs con los que aprender, no necesitan que sea siempre del mismo modo y, desde luego, la tecnología está con ellos. Son nativos digitales y deben conocer, por ejemplo, programación, que es absolutamente esencial. Por otro lado, siempre se habla de la formación profesional y lo único que hemos hecho con ella en España es denostarla, lo que es un gran error. Ahora mismo, hay titulados universitarios que estudian módulos de formación profesional y evitan decir que son licenciados para que no parezca que tienen una sobrecualificación; en cambio, se colocan rápidamente con esos módulos. ¿Por qué? Porque hay una necesidad de todo tipo de profesionales. Por supuesto, a medio y largo plazo, las área tecnológica, sanitaria y bioquímica van a evolucionar rápidamente y tendríamos que adaptarnos.