José Luis Portela

Director del Programa de Dirección Estratégica de Proyectos del IE Business School y CEO de Magtalent

“Estamos al final de la era del empleo y al comienzo de la era del trabajo”

“Para asegurar su futuro, es crítico que las empresas analicen su cadena de valor de clientes y proveedores y el riesgo de las empresas con las que trabajan"

Por Javier Labiano

¿Qué elementos diferencian al mercado laboral español?

Su tasa de actividad femenina es significativamente más baja que la media de la Unión Europea, situándose en el 51% frente al 56%, y su tasa de desempleo, del 10,6%, es de las más altas, superada solo por Polonia y Eslovaquia. Sectorialmente, España cuenta con una mayor proporción de empleo en agricultura, construcción y servicios de mercado, y menos en industria y servicios no de mercado. Los salarios en España son claramente inferiores: el salario medio ordinario bruto en los 27 países de la Unión Europea fue en 2022, de media, de 2.302 euros mensuales. La remuneración media española, 1.822 euros, resulta un 21% más baja. Si nos comparamos con los países más avanzados la brecha es aún mayor.

 

¿Cómo evolucionarán en el futuro los conceptos de trabajo y empleo?

Estamos al final de la era del empleo y al comienzo de la era del trabajo. El mayor problema es que hemos sido formados y adoctrinados por personas nacidas en el siglo XX, que siguen aplicando las mismas reglas que funcionaron antes. El mundo hacia el que vamos no se parece en nada a este mundo y la forma en que trabajaremos será radicalmente diferente. Nos encontramos al borde de un precipicio laboral, donde el mundo y sus reglas de juego cambiarán irremediablemente. La internacionalización, el teletrabajo y la inteligencia artificial modificarán la forma en que los empleados y las empresas se relacionan. Pensar que lo que asegura a las personas su empleabilidad es vincularlos a un contrato fijo con un salario fijo por horas es engañarlos. Es la mayor cadena que se puede atar a una persona en este siglo y algo obsoleto. El mercado laboral tenderá a tener un alto porcentaje de personas que trabajen por proyectos y por resultados dentro de las empresas. Con este modelo, las personas podrían perfectamente planificar sus jornadas y centrarse en lo que realmente les produce dinero, por lo que trabajarían menos, ganarían más y las empresas serían más rentables. En Estados Unidos, en la mayoría de los empleos, hay un porcentaje muy alto del salario ligado a resultados. Este modelo que planteo no será aplicable a un determinado tipo de trabajo, sobre todo en algunas posiciones de funcionarios que prestan servicios públicos como médicos, policías o bomberos, pero sí a la mayoría de los trabajos. Si observas los camiones de basura por la noche, verás que sus trabajadores realizan su trabajo de forma muy rápida, y el motivo es porque su jornada termina cuando terminan la ruta, no está ligada a unas horas fijas y, por lo tanto, se enfocan en hacer su trabajo, no en pasar horas en el mismo.

 

¿Qué tipos de empleo y de directivos demandarán las empresas los próximos años?

Los nuevos modelos de negocio y las tecnologías no destruirán empleo a nivel agregado a medio plazo. Lo que harán es transformarlo, como ha ocurrido siempre en todos los cambios tecnológicos e industriales que hemos sufrido. A nivel agregado, si viéramos un gráfico donde a la izquierda estuvieran los trabajos manuales y a la derecha el de los altos directivos, la curva quedaría en forma de U aplanada. Los trabajos del medio, los transaccionales, serán realizados por la inteligencia artificial. Las empresas en el back office necesitarán menos trabajadores. Este tipo de trabajadores evolucionará para trabajar por su cuenta con sus manos o su conocimiento. Hoy en día se ha democratizado la promoción individual. A través de las redes sociales, ofrecerán sus servicios de forma directa y los que sean capaces de ofrecer mejores servicios triunfarán. Por otro lado, habrá una gran demanda de perfiles STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics). Las empresas buscan directivos capaces de comprender su entorno, analizar cambios y prever el futuro, definiendo estrategias diferenciadoras y, lo más importante, ser capaces de implementar los cambios rápida y ágilmente, haciendo de la gestión de proyectos una habilidad esencial en el siglo XXI. Respecto a las habilidades, año tras año, leo artículos que mencionan las típicas: liderazgo, gestión de equipos, comunicación efectiva… Yo añado la que pocos mencionan y creo será la más demandada: habilidades interpersonales para las relaciones con clientes y la venta. En un mundo donde la mayor parte de las relaciones entre clientes y empresas se ha digitalizado, más que nunca se necesitan personas que sepan entablar relaciones sociales. El marketing no es el "one to one" sino el "Juan to Juan". Personas que sepan vender y entablar relaciones una vez que las empresas han captado clientes a través de las redes sociales y la tecnología.

 

Defiende que el interim management es imprescindible cuando las empresas necesitan resultados. ¿En qué consiste esta figura?

El interim management es un servicio prestado por una persona con alta cualificación que se incorpora a la estructura directiva de una empresa durante un tiempo determinado para realizar una misión, un proyecto concreto o gestionar un periodo de transición, crisis o cambio en una organización, cuyo salario no es retribuido por horas trabajadas, sino por resultados concretos previamente definidos. Me gusta definirlo como la posibilidad de contratar capacidad directiva de forma temporal con un alcance y objetivos muy concretos. No es una moda ni una tendencia que desaparecerá en los próximos años. Es la respuesta a una situación económica que demanda flexibilidad, capacidad de gestión, adaptación, experiencia y liderazgo. Es la alternativa más viable para responder al nuevo paradigma empresarial al que los empresarios se tienen que enfrentar.

 

¿Qué diferencias hay con la consultoría o la contratación permanente? 

La diferencia principal con la consultoría es que el interim manager ocupa un puesto directivo. No solo define la estrategia, sino que la ejecuta. El consultor asesora, pero en ningún caso ocupa un puesto concreto. El interim está muy centrado en una ejecución concreta con un alcance definido y unos tiempos determinados y, en ocasiones, con un porcentaje importante de salario enfocado a resultados, cosa que no ocurre en la contratación permanente.

 

¿Qué estrategia es la adecuada para una pyme que quiera competir en el mundo actual?

En este mundo en el que ahora todo se puede comprar, casi todo se puede copiar o imitar, y la tecnología es accesible, lo único que te queda son las personas para poder competir. Las pymes más que nunca tienen que invertir en talento y cambiar el modelo retributivo actual, haciendo que todos los empleados participen de los beneficios de la empresa con objetivos claros y concretos, fortaleciendo el intraemprendimiento y premiando a los mejores trabajadores. Las pymes ahora lo tienen mucho más fácil para poder contratar grandes directivos, interim managers, de forma temporal sin necesidad de meterlos en plantilla, para definir una estrategia de cambio e implementarla.

 

¿Qué papel cree que juega el seguro de crédito en este momento de incertidumbre y perturbación del riesgo de crédito?

Muchas de las empresas más importantes del mundo no existían hace tan solo 20 años. Otras que fueron importantes han desaparecido totalmente. Ahora más que nunca es crítico que las empresas analicen su cadena de valor, tanto de clientes como de proveedores, para analizar el riesgo que tienen las empresas con las que trabajan para poder asegurar su futuro. Insight View es una herramienta que uso a diario para analizar y monitorear cadenas de valor.