Israel Cabrera

Coordinador de programas de investigación en Thinknomics Global

“España produce 3.400 millones de euros de PIB al día”

"La actividad aseguradora fue esencial para suavizar la caída del consumo y de la actividad empresarial"

Por Javier Labiano

Teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos, ¿cómo cree que evolucionará la economía española en 2020?

Mal, muy mal. Cuento con la ventaja de escribir esto desde mi cuarentena, lo que me ha permitido analizar con más calma cuál será la evolución del PIB este año. España produce 3.400 millones de euros de PIB al día, la cuarentena, que durará como mínimo un par de meses y tiene a prácticamente todos los sectores parados, nos va a restar entre 8 y 11 puntos de PIB… y en algunas estimaciones hasta el 15%. No veo descartable que nuestro PIB caiga sobre un 12 o 13%.

A pesar de ello, ¿algún sector podría experimentar crecimiento este año?

El sector sanitario y el de defensa serán los únicos que crezcan. El turismo se va a desplomar, de ocupar el 14,8% del PIB es probable que se quede a la mitad, no veo el verano lleno de turistas de países azotados por el desempleo… igual que España, yo tengo estimaciones que nos llevan cerca del 30% de paro y más de 6,5 millones de parados.

¿Cómo está contribuyendo a paliar los efectos económicos de esta crisis la progresiva tecnologización de la sociedad?

Esta crisis, el COVID19, con la cuarentena forzada va a disparar el teletrabajo, las empresas se van a adaptar en semanas a procesos que tenían previstos para los próximos años. Esto aumentará notablemente la productividad, pues los salarios podrán contenerse a cambio de no desplazarse a los centros de trabajo y, muy importante, puede que sirva para que muchos se desplacen a zonas con nivel de vida más bajo mientras puedan trabajar desde casa. Los salarios serán más bajos, pero cundirán más. Todo avance tecnológico es a la larga positivo. En el corto plazo puede suponer un problema para recolocar a los empleados sustituidos, luditas habrá siempre, pero la “destrucción creativa” de la que ya nos hablaban Sombart y Schumpeter siempre funciona. Más destrucción de empleo trajo la calculadora y nadie negará que fue un gran avance para todos.

¿Qué papel jugará el factor humano en un nuevo contexto regido por la digitalización y la inteligencia artificial?

El factor humano es la clave de todo. Cuando oigo a los agoreros del fin del mundo, del agotamiento de los recursos, veo a gente que no ha comprendido nada. El recurso más importante del planeta es infinito, la inteligencia humana, que está muy lejos de la inteligencia artificial actual. Antes programábamos las respuestas y ahora programamos para obtener respuestas; eso no es inteligencia, es capacidad de computo y análisis. La inteligencia humana es creativa, es capaz de asociar dos conceptos antagónicos y unirlos en uno con un resultado nuevo, que ofrece un salto cualitativo a la especie. La Eolípila de Herón de Alejandría, el paso del “molino de sangre” al “molino de agua o viento”, la imprenta, la desmotadora de algodón de Whitney, la dinamita, el motor de combustión de Etinne, los “engranajes epicíclicos” de Lanchester, la penicilina, el Z1 de Zuse, el transistor… como olvidarnos del transistor. Todas esas innovaciones aún están muy lejos de las capacidades de una IA, eso sí, tengo que decir que AlphaZero me tiene maravillado.

¿Cómo valora la creciente presencia de empresas españolas en el mundo?

Muy positivamente. Es más, nuestras empresas, así como nuestros empleados, tienen muy buena consideración en el exterior, no solo nuestros médicos y enfermeras, también nuestras ingenierías e ingenieros. Poco a poco vamos demostrando al mundo porqué una vez fuimos un gran imperio con grandes gestas llevadas a cabo por españoles extraordinarios. Además, es clave para cualquier empresa que quiera sobrevivir tener presencia global y, sobre todo, empezar a descubrir África, no estamos siendo todo lo audaces que deberíamos ser allí. Eso sí, hay que elegir muy bien los países, pero ya hay muchos de ellos muy prometedores, así como en el sudeste asiático, ahí todos son muy prometedores, es más fácil acertar.

¿Hasta qué punto los efectos del coronavirus sobre algunas industrias y eventos internacionales están poniendo de manifiesto la fragilidad del sistema económico global?

No ha fallado el sistema económico global, ha fallado el sistema económico estatal, desde las políticas de los bancos centrales con bajos tipos de interés desincentivando el ahorro, tan necesario en una situación como la actual, así como haciendo viables proyectos que no lo son. Hemos permitido a los políticos que se inventen impuestos sobre cualquier cosa sin protestar, tenemos un IVA del 21%, el estado se lleva el 21% de cada venta de productos que en muchos casos le dejan al productor un margen del 10 o 15%, gana el doble el estado con esa venta que el que produce. El sobrecoste estatal, tanto en los trabajadores como en combustibles o energía, nos ha vuelto incompetitivos a escala global. Y lo que es peor, cuando se les acaba el dinero aún se permiten endeudarnos sin límite. Poniendo en riesgo nuestras producciones futuras. Esta crisis debería servir para replantear los bienes y servicios que prestan los estados y su coste, también para reorientar las políticas monetarias de los bancos centrales; pero, por desgracia, la experiencia me dice que tras una crisis los estados se refuerzan en lugar de debilitarse.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que ha jugado en la última crisis?

La actividad aseguradora es una parte esencial de la actividad económica y mercantil. La protección que ofrecen minimizando riesgos es básica para nuestro desarrollo, y que hicieron mejor labor que el sistema bancario creo que queda fuera de toda duda, al resistir mucho mejor que ellos la crisis de 2007-2008. La clave es que asumen riesgos en lugar de transferirlos, convierten los riesgos en un producto financiero y si han hecho bien los cálculos (que los hicieron) serán capaces de prestar ayuda a todos los sectores. Su actividad fue esencial para suavizar la caída del consumo y de la actividad empresarial. Sin buenas y solventes aseguradoras, todo habría sido aún peor.