¿Qué puede cambiar en el comercio exterior y los negocios internacionales con la “guerra” de aranceles?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está poniendo unas reglas de juego que podrían cambiar el actual paradigma del comercio internacional y suponer una vuelta al proteccionismo y a la industria nacional. En los últimos cincuenta años el mundo ha evolucionado en sentido contrario, los países se han especializado en aquello en lo que son más competitivos y las empresas han deslocalizado su producción para reducir costes. Ahora, la llegada de Trump en su segundo mandato constituye un puñetazo en la mesa. Pero este cambio de paradigma no se podría dar en el corto plazo porque entrañaría cambiar estructuras y cadenas logísticas en las que se ha basado el comercio internacional en los últimos años. Solo se podría producir, a muy largo plazo, si continuara la escalada entre las partes.
A día de hoy, las economías están posicionadas y preparadas para trabajar en el ámbito global y en la deslocalización; y las empresas buscan ser competitivas en costes y obtener el mayor margen posible. Además, la vuelta al proteccionismo, bombardeando la competencia exterior para proteger una economía interior que no es competitiva, nunca ha tenido éxito a largo plazo.
¿Esta irrupción del proteccionismo procede únicamente de Estados Unidos?
No, el proteccionismo no ha sido solo idea de Trump. Hace siete meses la Unión Europea también tomó medidas para proteger su industria automovilística de la competencia de los vehículos eléctricos chinos. Y ahora China también está tomando medidas para protegerse de los aranceles de Estados Unidos. Se trata de una escalada que está arrastrando a los grandes jugadores mundiales a nivel económico. Y habrá que ver si, finalmente, se atienen a negociar para que puedan ganar todas las partes o se enrocan en una situación sin salida que podría desembocar a largo plazo en ese cambio de paradigma con respecto a lo que estábamos viviendo hasta ahora.
¿Cambiará algo el anuncio de una tregua de tres meses en la aplicación de los aranceles?
Según algunas versiones, sería un parón que Donald Trump utiliza como herramienta para negociar de forma bilateral con otros países. Además, se trataría de una respuesta ante la reacción de algunos de los actores hostigados como el gobierno chino y la Unión Europea, que ha hecho que Estados Unidos levante el pie del acelerador y plantee este tiempo para negociar.
¿A qué tipo de acuerdo podría llegar finalmente Estados Unidos con Europa?
A finales del próximo año Estados Unidos tiene elecciones a la Cámara de Representantes y lo que perjudicaría a Trump es que los ciudadanos llegaran a la votación con un encarecimiento de precios y una inflación desbocada. Por eso, tenemos que esperar que intente llegar a acuerdos, si no entre zonas económicas al menos por áreas de producción como la minería, la siderurgia, la tecnología, los servicios, etc.
Ante esta situación, ¿sería positivo para Europa un mayor acercamiento con China?
Hay que tener en cuenta que Estados Unidos representa el capitalismo y la economía global, mientras que China es una economía comunista abierta al mercado que ha sabido ver las potencialidades de éste y constituye un híbrido en el que no es el mercado sino el Estado el que pone el dinero. China es tenedora de deuda, constituye una máquina de crecimiento y se trata de un país gigantesco que cuenta con muchos recursos y que ha sabido posicionarse muy bien en el tablero geoestratégico a nivel mundial. Está especializada en vender barato y ha adaptado la tecnología de las multinacionales que han ido a fabricar allí.
Pero dicho esto, posicionarnos al lado de China, que son los amigos de Putin, muy coherente no es. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el capitalismo, como lo conocemos actualmente, presenta cierto agotamiento ya que, con las nuevas tecnologías y el cambio de paradigma, necesita cada vez menos mano de obra.
¿Cómo repercutirán las tensiones comerciales en las cuentas de las compañías españolas?
Supondrán problemas a corto plazo en función de cómo este orientada cada empresa y de sus principales mercados. Por ejemplo, una compañía que esté focalizada en un elevado porcentaje en el mercado americano tendrá un problema objetivo y, si continúa la escalada arancelaria, sufrirá un sobrecoste que lastrará su competitividad. Ante esto, tendría que buscar nuevos mercados en los que colocar sus productos, lo que representaría un problema a corto plazo.
¿A qué otros desafíos se enfrentan los departamentos de exportación de las empresas y los procesos de internacionalización?
A la inseguridad a medio plazo. La situación de inestabilidad en la que hemos entrado es perjudicial para los negocios porque impide tomar decisiones con tranquilidad. El golpe en la mesa dado por Trump puede frenar los procesos de exportación y de internacionalización de muchas empresas que ya se habían planteado entrar en nuevos mercados, realizando inversiones, contactando con intermediarios y posibles clientes, etc.
¿Sigue siendo la transformación de los datos en conocimiento otro de los grandes retos de las empresas españolas?
Es un reto muy importante. Vivimos en la sociedad de los datos y dejamos un rastro indeleble con la utilización de dispositivos móviles, por ejemplo, pero la mayoría de empresas no saben cómo utilizar esos datos. Y esto supone un gran desafío porque los datos nos permiten conocer los gustos y preferencias de los clientes y anticiparnos a los mismos gracias al uso del big data y de programas de gestión como los CRM. Se trata, por lo tanto, de uno de los retos a los que se enfrentan las pequeñas y medianas empresas en un entorno en el que estamos rodeados de datos, pero en el que analizarlos correctamente es bastante complicado.
¿Qué papel cree que juega el seguro de crédito en este momento de incertidumbre y perturbación del riesgo de crédito?
Un papel fundamental. Es una de las recomendaciones que le haría a cualquier pequeña y mediana empresa para que tomase en consideración en el entorno de inseguridad en el que nos encontramos, en el que la situación es cambiante y evoluciona rápidamente de la noche a la mañana. En este contexto, tener la seguridad de cobrar y garantizar una evolución financiera tranquila y segura es indispensable y constituye una herramienta muy importante para competir.