Eduardo Garzón

Economista y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid

"La economía española lleva mucho tiempo presentando buenos resultados exportadores"

"La política monetaria debe estar al servicio de necesidades económicas y sociales, no del control de la inflación".

Por Javier Labiano

Se doctoró estudiando el comportamiento exportador de la economía alemana en la Eurozona hasta 2007. ¿Qué consecuencias tuvo para el resto de países europeos?

A diferencia de lo que piensa la mayoría de la gente, Alemania no logró ese éxito exportador reduciendo los costes salariales para hacerse más competitiva internacionalmente, un argumento repetido en todos los países de la Eurozona para justificar las reformas laborales que deterioran las condiciones de trabajo, sino que se debió sobre todo a un incremento notable de la productividad debido a importantes esfuerzos inversores. De hecho, los sectores exportadores alemanes más potentes incrementaron los salarios de sus trabajadores por encima de la media. Los productos de Alemania no son demandados porque sus productos sean baratos gracias a que se paga poco a sus trabajadores, sino porque sus productos tienen una calidad muy buena. Desgraciadamente en países como el nuestro, en vez de seguir el camino de Alemania invirtiendo en los sectores productivos más estratégicos, se ha optado por moderar los salarios para competir vía precios.

¿Qué ha cambiado desde entonces en el panorama exportador de los distintos territorios?

Al extenderse esa falsa idea de que el éxito exportador se debe a la moderación salarial, la vía más usual para intentar estimular las ventas de productos en el extranjero ha sido y está siendo la de acometer reformas laborales que contraen los salarios y flexibilizan los tiempos de trabajo. Países como el nuestro están absurdamente deprimiendo los salarios de los trabajadores para ganar competitividad, por lo que nos empujan a una lucha contra los países menos desarrollados, que son los que compiten vía precios y no vía calidad. La economía española lleva mucho tiempo, también antes de la crisis, presentando buenos resultados exportadores. Incluso a pesar de la aparición del gigante chino en el mercado, España supo mantener su cuota exportadora a nivel mundial, algo que muy pocos países del planeta pudieron hacer. Que España hoy siga teniendo éxito exportador no se explica por las reformas laborales, sino por la inercia que ha llevado desde hace tiempo y que no se explica por unos precios reducidos.

¿Con qué dificultades se encuentra el binomio economía internacional y desarrollo?

Vivimos en un sistema económico capitalista caracterizado por la lógica de la rentabilidad privada y de mecanismos de dominación y subordinación. Las economías más ricas lo son porque basan parte de su éxito en la extracción histórica y actual de recursos naturales y humanos de las economías subdesarrolladas. Esto provoca un círculo vicioso que impide a las economías más pobres poder alcanzar el nivel de desarrollo de las economías más ricas. Las actuaciones a nivel internacional estén pensadas atendiendo casi únicamente a la rentabilidad económica que puedan tener y no por su rentabilidad social. Sin cambiar la lógica del sistema no podremos lograr que otras economías del planeta se desarrollen.

¿Qué claves aseguran una óptima política monetaria?

La política monetaria no debe ser independiente de las decisiones políticas sino que se debe plegar a ellas y ser, como no puede ser de otra forma, la otra cara de la moneda de la política fiscal. Es decir, la política monetaria debe estar puesta al servicio de las necesidades económicas y sociales de un país, y no –como ocurre en la actualidad- al servicio del control de la inflación, que es algo que beneficia especialmente a las capas más acaudaladas de la población. Las clases populares no se benefician apenas de una política monetaria secuestrada a favor de los intereses de la élite económica y financiera.

A su juicio, ¿cuáles son las principales aportaciones de la Teoría Monetaria Moderna?

Entender que el dinero es una invención del ser humano y que, por lo tanto, no tiene sentido hablar de su finitud, al igual que tampoco tiene sentido hablar de la finitud de los números. El dinero puede ser creado a simple voluntad y sin ningún tipo de limitación técnica y, por lo tanto, siempre puede existir financiación para todo tipo de políticas económicas. Los teóricos de esta corriente proponen que los bancos centrales creen todo el dinero que haga falta para pagar los salarios de todos los nuevos puestos de trabajo en actividades útiles que necesiten ser creados en una economía, lo que se conoce como Trabajo Garantizado.

¿Qué mensaje ha querido lanzar con su último libro?

Que los poderosos utilizan la economía como una herramienta para engañar a la mayoría de la población y lograr así la inacción de los desfavorecidos, convenciéndoles de que este injusto statu quo no se puede cambiar. Frente a cualquier intento bienintencionado de lograr mayores cotas de justicia social, se utiliza la ciencia económica para tumbar esas pretensiones alegando que, aunque sean ideas muy bonitas, son técnicamente imposibles de realizar. En mi libro aporto herramientas para que la gente pueda derribar esos mitos económicos de la derecha y, así, entiendan que otro mundo más justo es perfectamente posible porque es una cuestión de voluntad política y no técnica.

¿Cómo cree que se comportará la economía en 2018?

Si se continúan -como a todas luces parece que va a ocurrir- implementando políticas económicas propias de la austeridad y de reducción de los derechos de los trabajadores, la economía podrá quizás crecer levemente; pero el daño social, los trabajos basura y la enorme desigualdad que sufrimos continuarán aumentando desgraciadamente. Necesitamos hacer exactamente lo contrario: políticas fiscales expansivas que incrementen la capacidad adquisitiva de la población más vulnerable, así como regulaciones laborales que protejan los derechos de los trabajadores.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que ha jugado en la crisis?

Es una fórmula muy interesante para las empresas que desean cubrirse del posible impago de muchos de sus socios. En la crisis han jugado un papel relativamente importante, porque ha permitido a muchas empresas poder sortear los peligros y consecuencias dañinas que conlleva una morosidad que siempre se dispara en las crisis económicas.