David Cano

Socio de Analistas Financieros Internacionales y Director General de AFI Inversiones Globales SGIIC

“Las pymes necesitan aumentar su tamaño para acceder al mercado global”

"Debemos cubrir todos los riesgos que se pueda, con instrumentos como el seguro de crédito, para tener la mochila lo más ligera posible".

Por Javier Labiano

¿Cómo contribuye la educación y la innovación a la inclusión financiera?

La cultura financiera ha ido avanzando y actualmente es muy superior a la de hace cinco o diez años, aunque este avance aún se produce a un ritmo insuficiente. Donde más se está progresando es en las nuevas generaciones. La gente joven tiene un mayor grado de conocimiento en materia de inversión, fondos, ETFs, roboadvisor y banca privada, a lo que tal vez ha contribuido que estén mucho más acostumbrados a invertir en criptodivisas, algo que a mí no me parece mal. Su aproximación a los mercados financieros es positiva y yo la valoro de forma favorable. 

También es verdad que los dos últimos años están siendo relativamente favorables en los mercados, lo que ha contribuido a fomentar aún más el incremento de la cultura financiera. Cuando los mercados van mal, como en 2022, se produce un retroceso en el proceso de aprendizaje porque la gente no quiere invertir, pero ahora ha ocurrido lo contrario. 

También hay que tener en cuenta que el hecho de que los activos inmobiliarios sigan revalorizándose tanto ha podido frenar, sobre todo en personas más mayores, el interés por invertir en activos financieros, porque perciben que los primeros siguen siendo más rentables. Pero, en cualquier caso, esto no iría contra el incremento de la alfabetización financiera, sino contra una correcta asignación de activos, que en España se decanta mucho hacia la vivienda.

 

¿Estas diferencias podrían, no obstante, contribuir a aumentar la brecha en la cultura financiera entre las distintas generaciones?

Es verdad que se están incrementando las diferencias entre las carteras de inversión de una persona joven y de una mayor. Y puede ser también que una persona joven, ante la constatación de que actualmente le es casi imposible comprar una vivienda, opte por invertir en criptodivisas. 

 

¿Qué fundamentos económicos y financieros han cambiado en el nuevo orden internacional en el que nos encontramos? 

Efectivamente, estamos en un nuevo orden económico internacional, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha contribuido a acelerar, y que tiene algunos elementos diferenciales. El primero es que se están dando pasos atrás en la globalización, aunque esto no es nuevo. No son pocos los que critican que ésta no ha generado los beneficios que se esperaban y que éstos han quedado en unas pocas manos, con China como país claramente beneficiado, y Europa y Estados Unidos como perjudicados. La imposición de aranceles por parte de Trump viene de esta reflexión y constata un paso hacia atrás en la globalización y el comercio mundial. 

 

¿Cuáles son los otros dos elementos diferenciales?

Uno de ellos es un cambio en la propia geopolítica internacional, en el ‘soft power’ y el ‘hard power’. En los últimos años, había una cierta percepción de que era mejor negociar a través de la cultura y los valores, pero Trump ha acabado con ello porque cree que eso solo lo hacen los que no tienen una fortaleza diferencial. Esto también ha hecho reflexionar a muchos países sobre los elementos de la negociación y la distribución de fuerzas. Cuando uno tiene un poderío diferencial no negocia y esto es lo que está pasando. Por mucho que su presidente diga que Estados Unidos está perdiendo peso en la economía internacional, no es verdad; sigue siendo la principal potencia económica mundial y, por eso, quiere imponer sus decisiones. 

Por otra parte, vuelve a haber una necesidad de aumentar el gasto en defensa y una política vinculada al rearme, que es un elemento novedoso que no existía hace unos cuantos años. Esto está tensionando aún más unas cuentas públicas que siguen deteriorándose a nivel mundial por la combinación de longevidad y envejecimiento, que no hace más que intensificarse y supone un reto para los gobiernos. Y en conjunto, todo ello, incrementa la presión en los déficits público y la deuda pública.

 

¿Qué desafíos tecnológicos tendrá la economía mundial en 2026?

Además de la innovación y la disrupción tecnológica, estamos pendientes de los cambios que pueda provocar la inteligencia artificial, que será uno de los grandes retos para los próximos años. Aunque no sabemos muy bien qué nos traerá, existe un debate entre los tecno-optimistas, que dicen que la IA nos traerá muchas ventajas y comodidades, y los tecno-pesimistas, que auguran el fin de la especie humana. Seguramente, quedan muchos argumentos entre los dos extremos. 

Lo que sí ocurrirá, en el ámbito más estrictamente financiero, es que las grandes compañías tecnológicas tendrán que invertir mucho dinero y hacer capex para desplegar la inteligencia artificial, y a eso no están acostumbradas. Hasta ahora, la clave de gran parte de sus fuertes beneficios y gran generación de caja era que no necesitaban hacer capex; pero ahora esto ha cambiado y están empezando a emitir bonos y a endeudarse para financiarse, algo inimaginable hace unos años. Y siempre que una empresa se endeuda para invertir surge el debate sobre si esa inversión generará rentabilidad o no.

 

¿Cómo afrontará la economía española y los mercados financieros el nuevo año??


La capacidad de crecimiento diferencial de España está muy asociada al sector del turismo. El número de turistas es casi el doble que nuestra población, algo que ningún otro país del mundo tiene. Esto, además, se está consiguiendo sin un diferencial de inflación, y se está aprovechando para reducir el déficit y la deuda pública. Pero también hay otros puntos vulnerables, como que el grueso del crecimiento del Producto Interior Bruto viene acompañado de un aumento de la población, por lo que el PIB per capitán no crece. Por otra parte, aunque reducimos el déficit público, seguimos teniéndolo, a pesar de que un país con un crecimiento del 3% y una inflación del 2,5% debería conseguir superavit. 

En tercer lugar, el gran elemento negativo es el precio de la vivienda. En una economía como la nuestra, donde crece la población y el número de familias, no está aumentando la oferta de vivienda; y donde más está creciendo la población el encarecimiento del precio es mayor. No se trata de una ‘burbuja’ porque existe una demanda real de necesidad habitacional y, además, la compra no se está financiando con deuda, a diferencia de lo que pasó en 2002, 2003 y 2006, pero es evidente que es un problema social. 

 

¿Cómo se puede impulsar en España un tejido empresarial más sólido y competitivo, y mejorar su financiación?

Una de las desventajas de la economía española es que tiene un tamaño empresarial muy pequeño que, en parte, se debe a la estructura productiva de nuestro PIB, relacionada en buena medida con el turismo y las pymes que le dan servicios, como la hostelería y la restauración. Pero más allá de esto, también nos falta tamaño en las compañías industriales, lo que supone menores ganancias de productividad, menos acceso a fuentes de financiación complementarias del canal bancario, y otros elementos que provocan una menor competitividad internacional. 

Sin embargo, estamos viendo algunos movimientos en esas empresas familiares creadas hace cuarenta o cincuenta, que tienen ahora un interés adicional por ganar tamaño, un objetivo que en muchos casos pasa por fusiones, absorciones, ampliaciones de capital, entrada de fondos y modificaciones en la estructura de la compañía y la cultura financiera de los empresarios.

 

¿Este aumento de tamaño pasa también por la internacionalización de la empresa?

Efectivamente, todo está relacionado. Las nuevas generaciones hablan inglés y entienden que su mercado es global, pero son conscientes de que para que su compañía se internacionalice y venda sus productos en otros países debe tener también un cierto tamaño que, asimismo, le llevará a una financiación más barata y a contar con una huella mucho más global. Esto es lo que necesita España y en lo que estamos avanzando, aunque lo hacemos lentamente y aún no al ritmo que nos gustaría.

 

¿Qué papel cree que juega el seguro de crédito en este momento de incertidumbre y perturbación del riesgo de crédito?

El mundo es volátil, incierto y complejo, cargado de peligros para todos los empresarios y directivos. Ya tenemos suficientes riesgos en todas nuestras actividades como para depender también de aquellos que pueden minimizarse en la medida de lo posible y cubrirse de forma sencilla y relativamente barata. Debemos cubrir todos los riesgos que se pueda con instrumentos como el seguro de crédito, para despejar la mesa de incertidumbres, tener la mochila lo más ligera posible y quitarnos preocupaciones.