Angel Martín Oro

Inversor y analista macro

"Potenciar el comercio internacional es una estrategia más eficaz que la ayuda externa para contribuir al desarrollo"

"El papel del seguro de crédito ha sido importante de cara a suavizar la muy elevada incertidumbre del contexto económico y de negocios"

Por Javier Labiano

Usted se ha especializado en cooperación al desarrollo ¿Cree que la ayuda externa debe ser el principal motor de la redistribución de la riqueza en el mundo?

El crecimiento y desarrollo económico son unos de mis principales intereses como economista. Es conocida la frase del Premio Nobel de Economía Robert Lucas, que dijo que cuando empiezas a pensar en el crecimiento, es difícil pensar en otra cosa. Quizá sea exagerado, pero el crecimiento económico durante periodos prolongados de tiempo es la única forma como se puede salir de la pobreza, y se ha salido históricamente. Los países asiáticos que ahora son ricos, como Corea del Sur, Taiwan o Singapur, lo son porque durante varias décadas sostuvieron tasas de crecimiento elevadas. Cuesta pensar que hace medio siglo eran de los países más pobres del mundo, junto a África, por ejemplo.

Estos países no han crecido de esta forma porque se les inyectaran altas sumas de ayuda externa con la que financiar su desarrollo. Éste tampoco ha sido un elemento importante en la inmensa mayoría de los procesos exitosos de desarrollo, empezando por Occidente. ¿Lo va a ser ahora con las regiones que todavía quedan atrasadas y que aún no han comenzado a subir en la escalera del desarrollo? Lo pongo en duda. Pero esto tampoco quiere decir que tengamos que descartar de plano toda ayuda externa. Solo conocer sus limitaciones. No puede comprar el crecimiento sostenido a largo plazo, pero sí puede, en algunos casos, aliviar ciertas situaciones extremas; aunque aún en estos casos, tiene sus limitaciones.

¿En qué situación se encuentra ahora el debate sobre el papel que debe jugar?

Mi impresión es que en los últimos años el debate del papel de la ayuda externa ha ido quedando relegado, poniéndose el acento en temas que pueden tener mayor repercusión. Por ejemplo, cuantitativamente se estima que las transferencias que envían los emigrantes a sus países de origen son varias veces superiores a los flujos totales de ayuda externa.

Los principales motores del desarrollo, por tanto, hay que buscarlos en otra parte: en el ahorro y la acumulación de capital físico y humano, siempre en un contexto institucional estable y que tenga como pilar el respeto de la propiedad privada; que favorezca la experimentación y el emprendimiento, que esté abierto al resto del mundo.

¿Cuáles son los principales problemas con que se encuentran los programas de ayuda externa?

Como en todo, uno debe cuidarse de generalizar y meter todo tipo de programas y ayuda externa en el mismo saco. Pero a nivel general, una de las cuestiones que más se señala es la actitud arrogante –consciente o inconscientemente- del occidental que piensa que sabe lo que necesitan los más necesitados, y desde una perspectiva de cierta superioridad, lo intenta ejecutar con la mejor de las intenciones en muchos casos. Pero estamos hablando de culturas, mentalidades y modos de hacer las cosas diferentes, por lo que las soluciones a los problemas deben ser locales: aquellos que están arraigados en el terreno son quienes mejor saben lo que necesitan y cómo implementarlo. En terminología de William Easterly, muchos programas de ayuda pecan de un sesgo planificador de arriba-abajo (top-down), mientras que lo que necesitan las comunidades y regiones más pobres son buscadores de soluciones de abajo-arriba (bottom-up). En muchas ocasiones, el problema es que existen ciertas instituciones que bloquean a estos buscadores de soluciones.

Además, está el problema de los incentivos y motivación de la ayuda externa oficial. Existe evidencia de que ésta no obedece siempre, ni quizá en la mayoría de los casos, a preocupaciones humanitarias, sino que también tiene componentes geopolíticos u otro tipo de intereses.

¿Potenciar en mayor medida el comercio internacional resultaría una estrategia más eficaz?

Pienso que sí. Una de las pocas cosas en que la inmensa mayoría de economistas estamos de acuerdo es en los beneficios del comercio internacional para el desarrollo económico. Aquí hay bastante por hacer, desde Occidente eliminando barreras proteccionistas en sectores agrícolas, pero también desde los mismos países pobres. Por ejemplo, África sufre de grandes barreras comerciales dentro de su propio continente, lo que reduce sus posibilidades. Una mayor liberalización que pusiera en conexión comercial a la mayoría de países africanos entre sí sería muy positiva.

Los países emergentes están cobrando un gran protagonismo en el panorama mundial. ¿Están expuestos también a mayores riesgos?

La década del 2000 fue algo inusual en la historia económica reciente: la inmensa mayoría de países emergentes crecieron a tasas bastante más elevadas que el mundo desarrollado. En la actualidad, esto ya no es así, y vemos a grandes países como Brasil, y especialmente Rusia, en graves problemas. La brecha entre la tasa de crecimiento de los emergentes y de los desarrollados se ha reducido notablemente en los últimos tres años.

Los riesgos son mayores en tanto en cuanto sus estructuras económicas e institucionales son, en general, más frágiles que las de los países desarrollados. Pero este mayor riesgo puede verse recompensado por un potencial de crecimiento considerablemente más alto.

Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, al final de 2015 España tendrá un 15% menos de empleo que antes de la crisis, mientras que  Alemania conseguirá 2,4 millones de ocupados más. ¿Se está produciendo una definitiva redistribución del trabajo en Europa?

No hablaría de una realidad que no tiene vuelta de hoja, sino de un fenómeno que tiene causas desde ambas partes: cosas que se han hecho mal en España, y cosas que se han hecho bien en Alemania. Al final, se cosecha lo que se siembra, y en estos años estamos viendo los resultados. De, muy grosso modo, subirse a la ola de la burbuja crediticia e inmobiliaria manteniendo unas instituciones laborales (entre otras muchas) ineficientes, por el lado español, y de hacer reformas estructurales necesarias en su día y mantener un sector productivo relativamente eficiente.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que está jugando en esta crisis?

Mi conocimiento es limitado, pero desde luego dada la situación financiera tan frágil de tantos agentes económicos desde 2008, su papel ha sido importante de cara a suavizar la muy elevada incertidumbre del contexto económico y de negocios.