Alicia González

Editorialista de El País y especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía

“El deterioro exterior no revertirá la apuesta de muchas empresas”

"Imagino que el seguro de crédito permitió que otras empresas salieran al exterior ante las dificultades del mercado doméstico"

Por Javier Labiano

¿Qué grandes noticias económicas destacaría de 2018 y lo que llevamos de 2019?

Para mí, la gran noticia económica es la guerra abierta entre Estados Unidos y China por el dominio de la tecnología, con todas las derivadas geopolíticas y comerciales que eso conlleva. Estamos asistiendo al pulso de dos grandes potencias por el poder tecnológico, disfrazado como guerra comercial, una disputa que marcará hacia dónde va la economía en el futuro. Esa guerra va a condicionar, entre muchas otras cosas, el desarrollo de la tecnología 5G que estaba previsto que empezara este mismo año y donde la tecnológica china Huawei juega un papel fundamental. Y también hasta dónde llega el pulso que Donald Trump va a echar a Europa.

Si nos circunscribimos a España, ¿cómo valora el comportamiento de la economía en el primer trimestre del actual ejercicio?

La economía española, a juzgar por los indicadores, mantiene más o menos el ritmo de crecimiento de finales de 2018, aunque la desaceleración mundial que se percibe —los principales organismos internacionales han rebajado sus previsiones de crecimiento— ha frenado la aportación positiva del sector exterior, que se ha traducido en una notable pérdida de vigor de las exportaciones y puede afectar en los próximos meses al sector turístico. La demanda interna ha compensado el deterioro del comercio exterior y mientras se mantenga la creación de empleo ese vigor puede mantenerse.

En el último año, ¿qué hechos o debates han sido los más difíciles de interpretar o de explicar al público?

Me parece muy interesante el debate en Estados Unidos en torno a la Teoría Monetaria Moderna, una teoría que propone un cambio de paradigma sobre el modelo económico de los últimos 40 años y que arroja muchas preguntas, sobre las que los propios expertos no se ponen de acuerdo. Para mí lo más interesante es el debate que suscita de fondo esa teoría: los bancos centrales han imprimido cantidades ingentes de dinero en la última década para rescatar y estabilizar al sistema financiero, sin que haya atisbo de presiones inflacionistas. ¿Y si dedicamos ese dinero a promover un cambio radical del modelo económico y productivo? Es el modelo al que los demócratas estadounidenses y, en especial, Alexandria Ocasio-Cortez apelan para financiar el Green New Deal.

¿De qué factores dependerá la intensidad y posibles consecuencias de la tan anunciada recesión?

No sé si se producirá una recesión como tal en sentido clásico —dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo—, pero hay muchos factores que juegan a la contra de la economía española. El primero, sin duda, la incertidumbre política. Con la fragmentación parlamentaria que se espera que salga de las urnas, la formación de gobierno resultará complicada y la aprobación de las medidas del nuevo ejecutivo tendrán a su vez una difícil tramitación parlamentaria. Tampoco nada de lo que se está discutiendo en campaña ofrece garantías para la economía. Una de las noticias más graves de las últimas semanas ha sido la confirmación por parte de Indra de que ha dejado 700 puestos de trabajo sin cubrir porque no encontraba perfiles de formación apropiados para esos puestos. Eso en un país con una tasa de desempleo como la española —superior al 14%— resulta inaceptable. Esos temas deberían centrar los debates y la preocupación de nuestra clase política y no la mayoría de las cuestiones que forman parte de sus argumentarios de campaña. En el ámbito exterior, la incertidumbre del Brexit y del conjunto de la economía global puede afectar con más intensidad de lo previsto a la economía española.

Los directivos empresariales se mostraban pesimistas en la última encuesta mundial de CEOs de PwC. ¿ha notado usted también un mayor temor a los riesgos entre los empresarios españoles que salen al exterior?

Creo que el deterioro del ambiente exterior puede frenar nuevas inversiones o nuevos proyectos, pero no creo que revierta la apuesta que muchas de las empresas han hecho por el mercado exterior en estos últimos años, tras la crisis.

A su juicio, ¿qué debe cambiar en el modelo de crecimiento para conseguir una economía energéticamente eficiente y sostenible?

Lo primero, tendría que haber un convencimiento de los responsables españoles de la importancia de avanzar hacia ese cambio de modelo y apostar, de una vez, por un cambio hacia la educación digital. A partir de ahí, habría que establecer un plan de inversión pública con metas claras y una auditoría constante para ver si las medidas adoptadas cumplen el objetivo previsto y habría que adoptar un cambio en los incentivos a los usuarios, donde se premien los sectores innovadores y eficientes y castigar fiscalmente lo contrario.

En una entrevista que le hizo a Bill Ready, director de operaciones de PayPal, afirmaba que el comercio global ha fracasado en el reparto de las ganancias. ¿Está usted de acuerdo con esta apreciación?

Desde luego, es evidente que hay ganadores y perdedores en la globalización. Así lo reconocía hace muy poco la economista-jefe del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, que pedía de cara a la nueva ola globalizadora que puede traer la próxima generación tecnológica que los gobiernos deben adoptar medidas y planes para evitar que haya muchos que se queden atrás.

¿Qué sabe del seguro de crédito y del papel que ha jugado en la crisis?

Imagino que facilitó la actividad de las empresas exportadoras y que permitió que otras empresas salieran al exterior ante las dificultades del mercado doméstico.