Si por algo es conocida la zona del levante español, es por sus playas y por ser un área abierta al mar. En Dolores Cortés, marca de referencia en diseño y producción de trajes de baño, lo saben bien: llevan más de 60 años en el negocio de la moda, con raíces en la ciudad de Castelló y, concretamente, en la localidad de Vila-real. En la actualidad, cuentan con presencia en más de 15 países en todo el mundo.
La llegada de la COVID-19 ha alterado, como ocurre con miles de empresas en España, la actividad de la compañía, a la espera de una nueva normalidad comercial, que llegará tras alcanzar la victoria contra el virus.
Pero el espíritu de Dolores Cortés, indomable como el mar que da sentido a su negocio, no sabe de hibernar. Tras conversaciones con el Ayuntamiento y el empresariado local para combatir al coronavirus, Dolores Font Cortés, dueña de la firma de trajes de baño, lo tuvo claro: “teníamos los medios, la maquinaria y los patrones. Y también la voluntad de nuestra gente”.
Dicho y hecho. En primer lugar, la compañía ya ha fabricado más de 15.000 mascarillas, en el marco de una acción solidaria coordinada por ACME (Asociación de Creadores de Moda España), que permitió alcanzar una cifra total de 70.000 unidades. Las mascarillas confeccionadas por Dolores Cortés se realizaron en las instalaciones que la empresa tiene ubicadas en Vila-real y fueron distribuidas a partes iguales a Cáritas y al hospital de Ifema en Madrid.
A continuación, se activó el corte y la preparación de, aproximadamente, 50.000 mascarillas higiénicas con destino al Ayuntamiento de Vila-real y la organización ‘Valencia-Cose’. Además, llevaron a cabo el reparto de tela ya cortada y preparada, a ciudadanos que ofrecieron a coser mascarillas en sus casas.
El flujo constante de mascarillas y solidaridad no habría sido posible sin las expertas manos de los profesionales que integran la plantilla de Dolores Cortés, en un ejemplo de sacrificio y entrega difícil de igualar.
Con la motivación por bandera, incansables. Como olas en el océano.
